PAG. 24 SECCION: Deportes CABEZA: Fernando Marcos comenta Tanto va el cantaro al agua hasta que se queda dentro. Asi reza un refran que habla, entre otras cosas, de los abusos. Por ejemplo: dos futbolistas que tal vez sean reclutados para el seleccionado nacional -si es que algun dia este se constituye- han manifestado ya, todavia antes de ser nominados, sus exigencias. Quieren celebrar contrato ANTES del mundial. Y, claro, ponen condiciones que serian exageradas aun si nuestro equipo brillara intensamente. Pero mucho peor es cuando no se sabe si vamos a cubrirnos de gloria...o de oprobio. Con esto los jugadores mencionados demuestran que no estan interesados en el futbol, sino en las ganancias que el futbol les puede dar. Y, para eso, exigen mucho y no ofrecen absolutamente nada nuevo que pueda beneficiar al deporte, primero, y al espectaculo, despues. Porque sin espectaculo no hay publico y sin este no hay dinero. Pero en la soberbia de algunos, tal factor no es tomado en cuenta. Por eso, cuando el publico, molesto en grado sumo por la deficiencia en la actuacion de nuestro equipo los abuchea, ellos se sienten ofendidos y se lanzan contra el publico que es quien paga sus salarios. Es decir, muerden la mano que les da de comer. Afortunadamente, no todos son asi. Sin embargo, hay otro factor que me hace temer por el futuro de nuestro futbol. Es muy sencillo: en cuanto llegan las fechas en que va a terminar la temporada profesional, todos los jugadores actuan con una dedicacion tan profunda que me hace sospechar de sus motivos. Y, claro, esos motivos son simples: al final del torneo juegan todo lo que saben para reforzar sus peticiones de aumento salarial para la siguiente temporada. Si se los dan, y siempre lo hacen, en cuanto empieza la siguiente se vuelven otra vez haraganes, displicentes, aburridos. Lo grave del caso es que los directivos no entienden la jugada. Todos los anos es lo mismo. Y todos los anos los dirigentes vuelven a morder el anzuelo. Si usted, amigo nuestro, no cree en lo que estamos diciendo, bastaria que recordara y comparara los juegos de arranque de la temporada y los finales de la misma: no parecen ser los mismos jugadores...y no lo son, aunque se llamen igual! Hay otro factor que uno es incapaz de entender bien a bien: cada ano los ingresos en los estadios son menores y cada ano los sueldos de los futbolistas aumentan: ¨de donde saldra el dinero? Pero, en fin, no me hagan caso. Solamente los invito a que comparen el ardor y la clase con que jugaran los partidos del dia de hoy todos los equipos. Claro, todos dentro de sus naturales limitaciones de calidad. Mas claro: en estos partidos finales los futbolistas no salen a divertir al publico, sino a ser vistos por el. Y, claro, por los directivos. Hay un ejemplo que resulta impresionante: el Guadalajara. Lo que se ha gastado el concesionario de este equipo rebasa lo que podria pagarse por un club de primera linea en Brasil, en Argentina o en Espana. ¨Y cual ha sido su rendimiento? Tenemos otro caso: los Leones Negros de la capital de Jalisco. Cuando les debian todo el dinero del mundo jugaban como juramentados. Y en cuanto se les pago, se tiraron a la hamaca, al fin y al cabo, una vez satisfechos sus salarios, el problema de equipo era de los dirigentes y no de los jugadores. Hubo futbolista en el Atlas que cobro a razon de cuatro millones por minuto de juego. Y, para que se vea que el problema no es solo del futbol, sino de los profesionales mexicanos, tenemos el caso de Higuera, el pitcher de los Cerveceros, que cobro trece millones de dolares...y jugo, en cuatro anos, cuatro partidos: a eso muchos le llaman profesionalismo! .