SECCION CULTURA PAG. 33 BALAZO: ALFONSO SIMON PELEGRI CABEZA: SUMARIO: S. Pablo, 1a a los Corintios "Se comienza a reconocer, aun en los medios mas conservadores (catolicos), que existe, como nimbo de la Eucaristia, una comunion con Dios por medio de la Tierra, Sacramento del mundo". Teilhard de Chardin, Las direcciones del porvenir En el Genesis, desde sus primeras lineas, asistimos a una sacralizacion de la materia en tanto que esta constituye una forma de manifestacion de la voluntad divina -"al principio creo Dios el cielo y la tierra", afirma el texto biblico- para continuar con lo de que la tierra estaba desierta y vacia, "inanis erat et vacua", y seguirse puntualizandonos que aleteaba sobre las aguas del espiritu de Jehova. Dejando a un lado la paridad de esta noticia con la memoria de la literatura latina -pienso en la concordancia nada fortuita con el pronunciamiento de la Metamorfosis ovidiana: "rudis indigestaque moles"- seria bueno insistir, con el vapor humilde de rigor, en la afirmacion del citado texto del Pantateuco con referencia al (...) "espiritu de Dios que aleteaba sobre la superficie de las aguas"; extremo sobre el cual valdria la pena detenerse para considerar, siquiera brevisimamente, una interpretacion personal de este vuelo del espiritu, este aleteo, que implica comunion entre el ala y el aire; entre el impulso y la sustentacion de dicho aire para el vuelo. En definitiva, eucaristia de la materia con el espiritu: comunion que dentro del pensamiento cristiano separaria con un pavoroso ciclo de milenios este vuelo creacional de Yave sobre su creacion, aun casi inedita, de las palabras de una y otra persona y mismo Dios, cuando, alla en Judea y cerca de su muerte, fuera todo aquello de desmoronarse en pan y desmigajarse en vino sobre los manteles de la mesa de ultima cena en la que se reuniera con sus mas fieles discipulos, segun nos refiere puntualmente los evangelistas. Vemos, pues, que a lo largo de la tradicion judeocristiana, lo material no es un dique entre Dios y el hombre. Contrariamente, se constituye en un soporte creacional en el Antiguo Testamento; en una consustancialidad divina cuando los evangelistas nos hablan, como testigos y participes, del caracter sacramental de las materias del vino y del pan donde divinidad y humanidad estan presentes segun la teologia dogmatica. Esta exaltacion de la materia, y su empleo en la administracion de los distintos sacramentos, es doctrina de la Iglesia. Asi se manifesto, expresamente, anatemizando a monistas, maniqueos y otros teologos disidentes que menospreciaban el valor y uso de la materia en el orden de la creacion. La teologia catolica no se limita a darle un rango espiritual a la materia; la diviniza en la persona de Cristo, y asi la enaltece. El gran teologo de la sublimacion evolucionista de la materia, Teilhard de Chardin, anuncia en la verificacion de una Parusia, o segundo advenimiento de Cristo, la plenitud en los tiempos de la humanidad. Yo pienso que este constituira un mismo Cristo; pero sera otra nuestra mirada. El ver, asi lo siento, sera igual que el mirar. .