GUIA: 0503208 SEC. CULTURA PAG. 33 CABEZA: CREDITO: iblidades del lenguaje. Pasaba noches enteras en el casino, lo que no le impedia su dedicacion -minuciosa y refinada- a las letras. Ademas de sus excelentes traducciones (al italiano), sobre todo del ruso: Tolstoi, Pushkin y Dostoievski, la obra de Landolfi -una larga reflexion sobre el lenguaje- comprende novelas, cuentos, y diarios. En 1991 la editorial Siruela publico cincuenta y dos relatos suyos -Invenciones- (Rizzoli, Milan, 1975), elegidos y presentados nada menos que por Italo Calvino. Esplendida oportunidad para leer a este autor, algunas de cuyas narraciones, ciertas escenas o argumentos, son de veras inolvidables. Su literatura es fantastica y no sin ciertos rasgos de perversion. A veces incluso hace alarde su sufrimiento, tormento interior, pero con tan fina ironia que pareciera desvanecerlo al ponerlo en palabras. Con un e stilo agil y lleno de recursos verbales, mas temprano que tarde hemos de esperar una sorpresa. Pero no consoladora o agradable sino que, dice con razon Calvino, en el mejor de los casos tendra el efecto de una una que chirria contra un cristal, o de una caricia a contrapelo. Fascina a Landolfi, tanto de los juegos de mesa como en la literatura, la relacion entre fatilidad y azar -cual es en ambos el papel del destino y de lo inesperado. "El azar era un numen al que tributaba devocion fervorosa, pero de cuya existencia y poderes se veia obligado a dudar continuamente". En sus paginas, igual que frente al tapete verde de dados y ruleta, Landolfi se concentra en, entrega a lo que hace, pero en cuanto gana o pierde, o pone punto final, igual es capaz del mayor desapego. Habia en el , dice Calvino, ensimismamiento en una forma o formula rigurosamente establecida que pudiera contraponerse al caos y sostenerlo; pero tambien ese gesto de indiferencia, encogimiento de hombros de quien sabe que al final de cuentas todo acto es delpilfarro e insignificancia. El Landolfi que nos ofrece, dice, es el "que prefiere dejar en su obra algo no resuelto, un margen de sombra y de riesgo; el que despilfarra sus jugadas en una apuesta o las retira bruscamente de la mesa con el gesto alucinado del jugado r". Se le ha comparado con Poe. Y sin embargo la pulsion de muerte -hecha miedo y atraccion- que sin duda se cierne continuamente sobre sus pensamientos, el la expresa con el cuerpo. La abstraccion o el mero concepto no es para Landolfi, a quien concierne la presencia fisica y sensible. Quien explora todas las posibilidades afectivas, desde la mas inerme ternura hasta el sadismo mas cruel, el espanto. Landolfi es un escritor demasiado concreto. Y obsesivo. Tiene una idea fija, casi siempre una escalofriante, alrededor de la cual teje su narracion. Los muertos vivientes, la frontera siempre dudosa entre ultratumba y nuestra realidad, los espectros o las apariciones del mas alla -de los escritores romanticos y simbolistas- no faltan en sus dos novelas mayores: Piedra lunar (surrealista) y Relato de otono (tambien en Ed. Siruela, 1992). Pero el mundo de los muertos no ocupa el primer plano en las narraciones cortas; hay fantasmas, pero antes que ellos una obses ion es la patologia del vivo. Que mas da si gobernadas por la fatalidad o por el azar -parece decir Landolfi-, "las acciones del hombre defraudan una y otra vez la pretension de plegar los acontecimientos a su voluntad". Su verdadera pesadilla, segun Calvino, es la existencia o, de otro modo dicho, la nada. "La existencia es una condena sin apelacion y sin remision; nada que hacer con ella. Y a caso sea solo nuestra esperanza, (...) como provocada por el agudo dolor de una herida, la que ha imaginado un estado distinto del existir, una nada. Tal vez, Dios mio, todo existe, ha existido y existira eternamente."que ha imaginado un estado distinto del existir, .