GUIA: 0403604 SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CREDITO: GUSTAVO HIRALES M. CABEZA: Chiapas: el camino de la paz Viviamos, desde hace dos meses, en el filo de la navaja, siempre al borde del abismo de la guerra civil, de la militarizacion, de la ingobernabilidad y la barbarie. Hoy, gracias a los acuerdos de paz alcanzados en la catedral de San Cristobal de las Casas, los mexicanos podemos ver una luz al final del tunel. Podemos, a pesar de cierta fragilidad intrinseca de los acuerdos, respirar con menos zozobra. Y siento que ahora es mas importante preguntarnos y respondernos como se llego a esos acuerdos, y del signi ficado de los mismos, que mantener las obsesiones circulares acerca de quien es y de donde viene el subcomandante Marcos. ¨Por que? Porque el contenido de los acuerdos y la posibilidad de que fuerzas que habian declarado la guerra los alcanzaran hablan mejor, y de modo mucho mas contundente, de la verdadera naturaleza de estas fuerzas que el conocimiento puntual y hasta morboso de sus origenes concretos. Dicho de otro modo, cuando el EZLN despliega publicamente su pliego petitorio, es decir, cuando se ve obligado a traducir a demandas concretas la formula literario-libertaria, pero demasiado generica, de libertad, democracia y justicia, entonces se evidencia que en efecto los zapatistas son lo que dicen ser, esto es, un ejercito de campesinos en lucha por reivindicaciones en las que les va, literalmente, la vida. Se desvanecen asi todas, o la mayor parte, de las sospechas y suspicacias que, casi inevitablemente, acompanaron su irrupcion en la vida politica del pais. Al transparentar y racionalizar sus demandas, pero sobre todo al aceptar en principio la respuesta del gobierno nacional, los zapatistas muestran a la nacion y a s us fuerzas politicas, a sus instituciones, que en efecto surgen en lo esencial como un clamor de justicia, y dificilmente se puede, por tanto, seguir sosteniendo la version de que represnta bien un interes extranacional, bien una conspiracion interna. No son producto de una conspiracion, en el sentido de maniobra promovida por fuerzas internas al aparato del Estado y, por tanto, no pueden ser tratados como "el enemigo interno". Pero los acuerdos muestran tambien, de modo impresionante, las reservas del Estado mexicano y de su personal politico. La estupefaccion ante el desafio politico sin precedente y la reaccion ortodoxa ante la ofensiva militar zapatista duraron pocos dias. Lo que pronto se mostro fue una enorme capacidad de recuperacion de la iniciativa politica del titular del Poder Ejecutivo, quien no vacilo en cortar "lo que no funciono" ni en echar mano de los activos del sistema politico mexicano para enfrentar la situa cion. El Presidente de la Republica supo desde el principio que la unica posibilidad de evitar la propagacion del conflicto de Chiapas (y con ello quizas un dano irreparable al nuevo modelo de desarrollo) era encontrar la via de la negociacion, y a ese objetivo dirigio sus esfuerzos, al margen y en contra de quienes, en la defensa de sus intereses particulares, clamaban por la mano dura y la represion. La designacion de la Comision Especial, la amnistia, el nombramiento del comisionado para la Paz y la Reco nciliacion, el cambio de secretario de Gobernacion en Mexico y de gobernador en Chiapas, la mesa de concertacion social en Chiapas, el impulso a la formacion del Consejo Estatal de Organizaciones Indigenas y Campesinas de Chiapas no indican, como algunos quisieron ver, la desesperacion de quien no sabe que hacer, sino las respuestas politicas y sociales que desde el poder mostraban, primero, la sensibilidad de ese poder a lo que estaba pasando, a los reclamos de justicia, y, dos, la capacidad del poder para generar esas respuestas: nadie da lo que no tiene. Y a proposito: ¨donde se ha visto una respuesta de tal caracter y magnitud a un levantamiento social, desde un gobierno rabiosamente calificado de neoliberal recalcitrante? En este proceso los acuerdos del 27 de enero entre los partidos politicos nacionales son un hito fundamental, pues ponen de manifiesto, primero, lo que el gobierno federal esta dispuesto a hacer para garantizar la estabilidad del pais: retirar la malla de proteccion que historicamente le significo el control de los organos electorales y, segundo, el consenso alcanzado entre las principales fuerzas politicas del pais: cambiar preservando el Estado de derecho. La composicion de los organos electorales ya ha bia empezado a cambiar desde las reformas del pasado reciente cuando se logro que las juntas ejecutivas distritales redujeran su beligerancia a solo dos votos (de cuatro que tenian), estableciendo un nuevo equilibrio en los consejos electorales distritales, pero posponiendo hasta el 97 una mayor presencia de consejeros ciudadanos. Hoy la demanda nacional de comicios transparentes e inobjetables en el 94 pasa, necesariamente, por la modificacion de la composicion de los organos electorales en todos sus nivel es, en favor de la representacion ciudadana. Y esto conlleva, a su vez, la posibilidad de la alternancia en el poder. Es una enorme frivolidad desestimar o minimizar lo alcanzado en las conversaciones en la catedral, en el afan de disminuir el papel del comisionado. La republica, la cosa publica de este pais, no mejora cuando se intenta realzar las cualidades politicas de un hombre o de un candidato a costa de envilecer las de los demas. El comisionado ha hecho importantes servicios al sistema politico mexicano y ahora, en Chiapas, al pais entero. No cualquiera hubiera sacado esa tarea con la pulcritud y la entrega de Ca macho Solis. Regatearle el merito implica abaratar las esperanzas y expectativas que la paz chiapaneca ha traido no a uno u otro partidos, sino a la nacion. Implica desconocer lo que los acuerdos chiapanecos anuncian como principio de solucion de cuestiones que el pais arrastra como fardos: la cuestion indigena, la cuestion de la pobreza extrema, la cuestion de la justicia pronta y expedita y, en un nivel que se cruza con los reclamos nacionales, la cuestion democratica y la renovacion del federalismo mexic ano. Mexico ya no es, afortunadamente, ni el pais de un solo hombre ni de un solo partido o grupo de poder .