GUIA: TFIN SECCION: PRIMERA DE PRIMERA 1-1 BALAZO: FIN DE SIGLO CABEZA: ­ Yeltsin en la encrucijada ­ Un fantasma recorre Rusia ­ Rusia no es Haiti CREDITO: Renward Garcia Medrano Es probable que en su reunion "adelantada" de este fin de semana, el grupo de los siete paises mas industrializados acuerde algun apoyo financiero mas o menos inmediato para Rusia, pero lo que es muy poco probable es que ese apoyo sirva para apuntalar al tambaleante presidente Yeltsin. Primero, porque hay indicios de que el monto sera mezquino, a juzgar por la iniciativa del presidente Clinton, el mas interesado en evitar un colapso politico en Rusia, de promover ante el Congreso de su pais un apoyo por unicamente mil millones de dolares para 1994. Segundo, porque aunque uno de los principales problemas de la Rusia actual es el economico, este no se resuelve solo con oxigeno financiero, sino con eso y la voluntad de reactivar la produccion por parte de quienes toman las decisiones, que son, en su mayoria, los viejos cuadros politicos y burocraticos del partido comunista. Y el conflicto entre estos y Yeltsin se ha encarnizado de tal manera, que en unas cuantas semanas el presidente podria ser obligado a renunciar, a convertirse en una figura decorativa, o a gobernar por decreto, lo que equivaldria a un autogolpe de Estado. Si solo fuera el destino politico y personal de Boris Yeltsin el que estuviera jugandose en Rusia, poco tendriamos de que preocuparnos y no faltaria incluso quien viera sus tribulaciones como un justo castigo a la deslealtad, el oportunismo, el aventurerismo de este singular protagonista del derrumbe sovietico. Pero el principal perdedor de todo esto ha sido y seguira siendo el otrora orgulloso pueblo ruso. Y todos sabemos que la inestabilidad politica, economica y quiza militar de Rusia puede afectar en cualquier momento a toda o gran parte de la inmensa region de lo que fue la Union Sovietica, contagiar a Europa Occidental via Alemania y los paises del antiguo bloque socialista y, en esa medida, alterar seriamente la estabilidad del mundo entero. No es esta una vision catastrofista ni menos aun un deseo malsano, sino una conclusion casi inevitable de lo que esta ocurriendo desde hace por lo menos tres anos en la patria de Pedro el Grande y Lenin, cuya influencia sobre sus vecinos y el resto del contingente sigue siendo muy poderosa, para bien y para mal. Baste un ejemplo: a pesar que desde la navidad de 1991 dejo de existir la Union Sovietica debido a los acuerdos tomados en Minsk, Bielorrusia, por los presidentes de diez de las doce republicas que la formaban, subsiste hasta nuestros dias la red comercial entre las mismas republicas, con muy pocas variantes, y de ese comercio depende la supervivencia economica de todas ellas, incluyendo la de Rusia. En otros terminos, los hechos han demostrado que ningun acuerdo de las cupulas politicas ha podido borrar del mapa a la Union Sovietica como fenomeno economico integral. Pero alli no termina el problema. Boris Yeltsin, con su carisma, sus aptitudes para el liderazgo y su obsesion anticomunista, es a todas luces la figura politica mas deseable para las potencias de Occidente, del mismo modo que lo fue su antecesor, Mijail Gorbachov, hasta que Yeltsin instrumento su derrocamiento incruento. Pero igual que Gorbachov dejo de serle util a sus amigos de Occidente, Yeltsin de nada les serviria si no pudiera garantizar su propio ejercicio del poder en la Federacion Rusa, y un minimo de viabilidad economica y estabilidad social y politica. Y estas garantias son las que cada dia Yeltsin esta mas incapacitado para ofrecer, simplemente porque, al igual que Gorbachov, el zar blanco esta siendo rebasado todos los dias por dos grandes tendencias politicas antagonicas: los comunistas que dominan el Parlamento ruso, y los llamemosles progresistas que presionaron a Gorbachov para ir mas rapido y mas lejos en las reformas, y que ahora se encuentran atomizados en grupos y grupusculos de los mas heterogeneo. El drama historico que se cierne sobre Rusia nos ha ofrecido ya importantes ensenanzas sobre las fuerzas y fenomenos que estan definiendo el orden mundial del siglo XXI, casi del mismo modo que a principios del siglo XX Rusia se convirtio en una especie de laboratorio politico-social de las tendencias que predominarian en el orden mundial que esta concluyendo. Una primera observacion, que tiene su expresion m's clara en Rusia pero que lo mismo vale para Polonia, Hungria, las republicas Checa y Eslovaca y el grueso de lo que fue la Europa Socialista, es que las alianzas de fuerzas sociales y politicas heterogeneas contra un regimen establecido, no suelen tener mas programa comun que derrocar a ese regimen, y una vez que lo consiguen, salen a luz sus diferencias ideologicas, sus ambiciones de poder y sus intereses opuestos, lo que las precipita rapidamente en la desintegracion. El unico caso donde se tiene noticia de que el esquema ha funcionado, es Chile. Solo alli, que yo sepa, la alianza de fuerzas politicas diversas alcanzo su objetivo primario y no degenero en una ruptura abrupta, sino que cada partido regreso a su propia casa y reasumio sus propios principios y propuestas. El ingrediente que permitio ese proceso parece haber sido la notoria superioridad numerica y politica de la Democracia Cristiana sobre todos sus aliados, hecho que no se pudo producir en el mundo socialista, donde no hubo una organizacion politica predominante que aglutinara en su torno a las fuerzas emergentes, sino una gran cantidad de grupos que no contaron, en ningun caso, con una experiencia democratica previa. Los hombres y los grupos se sumergieron en la politica del mismo modo conmovedor que los muchachos y muchachas de la ex-Republica Democratica Alemana se volcaron sobre los aparadores a la caida del muro de Berlin: con deslumbramiento, ambiciones e ingenuidad desmedidas, y sin un minimo sentido de la realidad. Por eso alianzas como la que llevo a Yeltsin a la Presidencia de la Federacion Rusa y lo apoyo a la hora de humillar y sacrificar politicamente a Gorbachov, son efimeras y sumamente peligrosas. Una segunda y muy importante ensenanza es que mientras en 1989-1991 se llego a creer que los partidos comunistas y el socialismo habian sido aniquilados por sus propias ineficiencias, sumadas al activismo politico de Juan Pablo II y de Reagan- Bush-Thatcher-Kohl, en 1992-93 se esta comprobando que esos partidos tenian muchisima mas vitalidad de que que se suponia y empiezan a levantarse de sus tumbas. Asi lo demuestra el poder de la vieja nomenklatura rusa, duena de la mayoria del Congreso de los Diputados del Pueblo, o Parlamento, que es responsable del manejo del 80 por ciento de las fabricas del pais y tiene vinculos quiza estrechos pero desconocidos para la opinion publica, con el ejercito y los cuadros de inteligencia de la desaparecida KGB, la policia politica del Estado Sovietico, y goza de simpatias y apoyos cada vez mas extendidos entre la poblacion rusa. Ineficiente, atrasada, centalista y cavernaria, la burocracia rusa es y es, sin embargo, la unica organizacion con experiencia y control suficientes para hacer funcionar la pesada economia, o para paralizarla, como lo hizo cuando se percato de que la perestroika significaba un reacomodo de poderes reales, quiza gradual pero profundo. ¨Se acuerda usted del sabotaje que impidio la circulacion de mercancias en el ultimo ano de Gorbachov? Pues ahora Yeltsin esta tomando una sopa de ese mismo chocolate. Una tercera ensenanza es que mientras que el mundo sigue pensando con la geometria politica de izquierdas y derechas que nos dejo la inercia de la guerra fria, han salido a la superficie tres grandes fenomenos que van a definir las alineaciones y disputas en el siglo XXI, y para cuya comprension no se tiene una teoria convincente: el fundamentalismo, el separatismo nacionalista y la pobreza. Estos tres fenomenos confluyen en la Rusia conflictiva de nuestros dias, y en una perspectiva de largo plazo, mas que en la disputa por el poder entre Yeltsin y la nomenklatura, lo que debiera preocuparnos es el manejo de esos fenomenos, que ya se han manifestado como las fuentes principales de peligro para ese pais y para la estabilidad y la paz de Europa y del mundo. Los conflictos politicos entre Yeltsin y el Parlamento colocan a los complejos y contradictorios poderes de Occidente, ante las mismas perplejidades que les planteo el fenomeno Gorbachov. Para un sector, en el que visiblemente destacan los presidentes Clinton y Mitterrand, la ayuda inmediata a Yeltsin y su gobierno es una exigencia no solo para Rusia, sino para los intereses globales; para otro sector, atado aun a la mentalidad de la guerra fria, cualquier tipo de ayuda debiera existir el previo aniquilamiento de todo poder comunista significativo. Esta tendencia no oculta su desconfianza hacia el liderazgo ruso, como lo demostraron al menos el gobierno japones y Henry Kissinger en los dias previos a julio de 1991, cuando el Grupo de los Siete se nego a prestar la ayuda financiera que solicitaba desesperadamente Gorbachov. A diferencia de Yeltsin y sus seguidores, cuya fuerza politica y capacidad de presion descansaba en el carisma del lider y su extraordinario talento para el oportunismo, los viejos comunistas sustentan su capacidad de presion en el control que aun tienen de los hilos de la economia y de las otras dos instituciones que casi nadie menciona pero que los gobiernos de Occidente harian bien en no menospreciar. La primera es el ejercito, que ha sufrido las humillaciones de su retirada de los paises de Europa del Este, despues- y que ha sido victima del hambre, la pobreza y el desencanto que sufre el grueso de la poblacion. La segunda formalmente disuelta, pero cuyos dirigentes y expertos aun estan vivos y tambien han sido humillados, y cuyos archivos de informacion y redes de control en todo el pais, en vez de romperse se podrian haber fortalecido en la desgracia. Y como trasfondo de estas dos instituciones, el armamento nuclear, que no puede estar enteramente bajo el control de Yeltsin, porque este ha perdido fuerza politica y facultades reales. ¨Quien controla los arsenales en la practica? ¨Tiene Yeltsin suficientes partidarios especializados y leales para sustituir a los cuadros comunistas que siempre estuvieron a cargo? ¨Donde estan, con que les pagan y a cual de los bandos obedecen los cientificos y tecnicos nucleares de lo que fue la Union Sovietica? Lo que el Yeltsin golpista nunca comprendio -y tampoco los lideres occidentales- es que desintegrar la Union Sovietica no era lo mismo que dividir en dos a Checoslovaquia y que darle un golpe de Estado a Gorbachov no era lo mismo que derrocar al presidente Aristide en Haiti. En lo que fue la Union Sovietica y ahora en Rusia, hay demasiado poder economico, militar y politico como para darse el lujo de jugar a los golpes de Estado, y quiza lo que menos convenga en este momento, para la paz y la tranquilidad del mundo, sea la expulsion repentina de Yeltsin. Aqui es necesaria una acotacion. Como todos sabemos, Gorbachov no es el primer lider sovietico que es removido de su cargo, y la ex Union Sovietica estalinista dio abundantes muestras de que la clase politica podia ser "purgada" o "podada" sin que sobreviniera la catastrofe. Mas cerca de nuestros dias, el relevo de Nikita Jruschov fue fulminante y absoluto, pero no produjo ninguna ruptura apreciable en la politica, en la economia o en la estructura social de la Union Sovietica, sencillamente porque el resto de la maquinaria politica, burocratica y militar quedo intacto y funcionando. Pero cuando Yeltsin recibe a Gorbachov en Moscu despues del fallido golpe de Estado, lo regana en el Parlamento Ruso y ante las camaras de television del mundo entero, rechaza todo intento de formar un nuevo Tratado de la Union -que era por cierto lo que estaba redactando Gorbachov en su dacha de Crimea al momento del golpe- y disuelve por fin la URSS, no solo estaba derrocando al jefe de Estado y del Gobierno para ponerse el en su lugar, sino que estaba destruyendo al Estado sovietico mismo, sin medir las gravisimas consecuencias de sus actos. En esa coyuntura, Gorbachov con su perestroika-glasnost estaba profundamente debilitado y Yeltsin no tuvo mas que darle el empujon final para derrocarlo. Pero los que estaban igualmente debilitados eran los cuadros altos y medios del Estado. Al contrario, la historia atestigua que ellos, y no el oportunismo yeltsiniano, fueron los obstaculos insalvables que abortaron a la perestroika. Expulsado Gorbachov del poder, Yeltsin se ha enfrentado a una prolongada y desgastante lucha con los ex-comunistas, en la que ha habido de todo: amenazas, traiciones, concesiones, en espera de que uno de los dos contendientes se debite lo suficiente como para aniquilarlo. Y el que se esta debilitando es Yeltsin, no solo porque los comunistas han ganado tiempo para reconstruir solidas redes en todo el pais, sino porque la economia no funciona y la poblacion, decepcionada porque Yeltsin no trajo la magia del consumismo sino mas hambre, desempleo, inflacion e incertidumbre, esta volviendo los ojos a lo que siempre funciono, al menos para satisfacer las necesidades vitales: el socialismo. Y en este estira y afloja, con el ya mencionado trasfondo del fundamentalismo, el separatismo nacionalista y la pobreza, y con la incertidumbre sobre el manejo de los arsenales nucleares, no solo Yeltsin tiene un gran problema; tambien las grandes potencias de Occidente y el resto del mundo de fin de siglo .