GUIA: N11CARTU SECCION: ESPECTACULOS PAG. 17 CINTILLO: CARTUCHERA ELECTRONICA CABEZA: ¨Como te deshaces de un lambiscon CREDITO: Xavier Velasco Lambiscones es el juego que todos deseamos jugar. En Lambiscones no se acumulan puntos, sino poder. Solo Lambiscones permite al jugador el privilegio de humillar a los serviles, echarlos a la calle de una patada, cambiar la programacion del mas odiado canal televisivo y ascender a la gloria. Esto es: ocupar la silla del mas griton. A Lambiscones se llega con una mano atras y otra adelante, aunque se cuenta que quienes se quitan la mano de atras llegan mas rapido a los niveles altos (metodo que no se recomienda). Un empleado despota y prepotente nos avienta el overol de trabajo, nos recuerda que estamos ahi solo temporalmente y nomas de gatos, nos envia a la unidad movil donde nos negrearan vilmente y nos divierte: la recompensa no esta en el salario, sino en el privilegio de llevar puesto el uniforme que nos hara importantes a nivel internacional. A partir de ahi, estamos a nuestro arbitrio, pero debemos cuidarnos: si por alguna razon se nos cae la pizarra, desconectamos un cable o somos sorprendidos mirando un canal de la competencia, llegara el productor a patearnos el cucu mientras el primer empleado nos quita el overol con lujo de violencia. La cautela es basica. Mientras los demas suben de puesto a base de lambisconear, uno debe hacer uso de toda la sagacidad necesaria para ascender de otro modo: sabotajes, amenazas e incluso altos crimenes. Una manera facil para el principiante es distribuir periquito, especie de chamois finisimo, entre los lambiscones mas golosos. Si gracias a nuestras habilidades conseguimos una buena cantidad de periquito, podremos distraer a un productor, sentarnos en su silla, terminar el programa a nuestro gusto y arrebatarle para siempre el mandado. Si logramos producir un programa, vendra un alto directivo de la empresa a darnos nuevo contrato, nuevo sueldo, un pantalon y una chamarra. Es tiempo de llamar al empleado que nos recibio el primer dia y echarlo a la calle de una patada en el cucu. Inmediatamente despues volvemos al estudio, conscientes del poder que nos otorga el haber echado a un infeliz al barranco del desempleo. Una tremenda linea de modelos lambisconas nos espera, seguramente sonando no solo en ser escogidas, sino quiza presentadas a algun director. No caigamos en la trampa: si le hacemos al lambiscon, como el resto de los colegas terminaremos en la banqueta, buscando chambas en el segunda mano. No es posible ascender sin haber depredado a tres modelos, pero resulta igualmente necesario acudir a las fiestas acompanado de una actriz de mediano prestigio, de la cual abusaremos salvajemente cuando la primera ocasion se nos presente. Momento mas que propicio para armarle una intriga al jefe de programacion, presentar un proyecto absolutamente idiota y quedarse en su lugar. ¨Que hacer entonces? ¨Llevar a cabo el proyecto? De ninguna manera: para mayor muestra de poder, debemos echar abajo nuestro propio proyecto y sacar del aire a tres o cuatro comunicadores, tres o cuatro animadores, tres o cuatro comicos y un cronista deportivo. ¨El motivo? Nomas porque se nos pego la gana, aunque en el fondo sabemos que lo hemos hecho porque necesitamos de lambiscones aun mas torpes. A partir de este momento los riesgos aumentan. Si bien nuestras innovaciones tienen la virtud de idiotizar mas al televidente -cosa que nos valdra un aumento de sueldo- estamos en la mira y cualquier pretexto puede ser bueno para que una manana se nos aparezca furibundo el senor Bengala, maxima autoridad del juego, y nos eche a la calle con una patada digna de anotar un golazo de porteria a porteria. Hay quienes se conforman con dirigir un canal, diez repetidoras o una empresa del consorcio. No es facil lograrlo, amen de que siempre hay quien llega hasta nuestra oficina y nos pega una gritiza en la que no nos baja de pinches gatos. Por eso es que, si estamos empenados en jugar lambiscones hasta el final, mas nos vale hacer el esfuerzo extra y tratar de ganarnos la buena voluntad del senor Bengala: si se nos hace, podremos entrar al universo de alta intriga y gritarle los exabruptos mas humillantes a 99 de cada 100 empleados que nos desagraden (los gritos y las mentadas, cuando se dirigen a un subordinado, nos cubren de prestigio ante los demas lambiscones). En este punto del juego, el senor Bengala nos dara, sin advertirlo, una sola oportunidad de quedarnos con el emporio y manejarlo a nuestro antojo. Si somos lo suficientemente habiles y perversos para aprovecharla, se abrira en la pantalla el porton de acceso a una gran oficina. Para sorpresa de quienes se hallan ahi reunidos, iremos directo hasta la silla del senor Bengala y le recetaremos un patin que lo enviara directo a la banqueta, entre dos teporochos que un dia fueron productores. Atonitos, los funcionarios ahi reunidos correran a limpiarnos los zapatos, traernos un cafe, y nos presentaran a unas morras sensacionales. Pero no se nos ocurra tocarlas, al menos antes de patear a esos lambiscones hacia la calle, o de menos enviarlos a seguir lambisconeando en el departamento de intendencia. Ha sido dificil, pero la verdad es que aqui comienza el juego: hay que correr a todos los lambiscones (o sea, a todo el mundo) y contratar a nuevos empleados. Hay que hacer una nueva programacion. Hay que comenzar a ser decente, y eso es lo mas dificil Lambiscones. Videojuego mitico de estrategia, prepotencia y alta tenebra corporativa. ser decente, y eso es lo mas dificil .