GUIA: ACC SECCION INF. GRAL CINTILLO: DEBATE CABEZA: Accion Nacional y las lecciones del pasado CREDITO: Jorge Calvimontes y C. (Segunda y ultima parte) Accion Nacional, desde que la confianza de los electores le permitio gobernar; primero con alcaldes y despues con go-bernadores en Baja California Norte y Chihuahua o, como resultado de problemas postelectorales en Guanajuato, ha tenido que modificar en los hechos el sentido y la intensidad de sus tacticas de lucha. Resulta agresivo alla donde la correlacion de fuerzas no le permite ni siquiera aspirar al cabildeo; contemplativo y componendero donde le es dificil actuar con los rostros de opositor y gobern an te. Los estandartes tradicionales del PAN, en lo que atane a su plataforma electoral de oposicion, a sus posturas respecto del papel de la Iglesia en la politica, a sus reservas en materia de anticonceptivos y la practica del aborto han sido seriamente cuestionados, sino organicamente, al menos en el ambito del examen conciencial y en la conducta de sus militantes. Y, eso es mas decisorio que un simple ejercicio de diludacion teorica. Hay, pues, un alejamiento indisimulable entre lo que es el sustento teorico p artidario y lo que es la conducta de sus afiliados, en la vida cotidiana. No podia ser de otra manera, si se tiene en cuenta que las organizaciones politico-partidarias, a la hora de la racionalidad de la mercancia, han sido rebasadas por otras formas menos organizadas, quiza, que los partidos, pero mas eficaces en el pragmatismo del movimiento social que concilia o negocia, pero que no se enfrenta. Solo las lineas gruesas de un programa politico partidario tienen la apariencia de ser ortodoxas; es mas, ninguna linea politica se traza para ser aplicada al margen y a pesar de las condiciones que prevalecen en el escenario de la realidad. Pero eso, la intrincada red de huellas que deja el andar politico en la circunstancia de hoy, borra irremisiblemente, las del pasado. Por otra parte, no se hace politica para ser igual o diferente al otro, el fin supremo de la politica es utilizar el poder para mejorar las condiciones de vida de la colectividad y si para ello el PAN tiene que parecerse al PRI o viceversa, el fin supremo no puede desaparecer. Este es el PAN de 1993. Un partido en la borrachera colectiva de la transicion, en la cruda no superada de los neoliberalismos resquebrajados, en la incertidumbre maniquea de si el Estado debe o no cautelar y servir a las necesidades de la politica social, en la dura confrontacion de que su "solidarismo", enunciado como la "participacion responsable de la persona en la convivencia y organizacion de la autoridad y las instituciones para promover y garantizar el orden, el progreso y la paz a la persona, la fa milia y los grupos sociales" ha sido rebasado como postulado y se encuentra convertido en instrumento de accion social que compromete o genera la corresponsabilidad de la sociedad civil y el Estado en el programa Solidaridad, imitado y repetido aun fuera de Mexico. Un partido, en fin, cuya existencia politica esta librada, no tanto a lo que insuflen los aires del pasado sino a la fuerza y la seguridad con que jovenes dirigentes combinen su repertorio ideologico con la argamsa de la realidad concreta. El PAN se encuentra en un escenario caleidoscopico en el que las figuras blanquiazules parecen protagonizar la salinizacion de sus propios prospectos, cosa que lo mismo podria llamarse como la "panizacion del PRI". Esta realidad ha colocado a la dirigencia panista en las rieles paralelas del poder y la oposicion y, de esa manera, se ha generado un sentido de ubicuidad que, en politica, no tiene que ser necesariamente una trampa aunque resulte mayormente compleja. Esta es la circunstancia que establece el mayor reto para quienes desean conducir el timon panista. ¨Como avanzar sin percatarnos que abrimos distancia entre el pasado y el presente? ¨Como mirar atras sin riesgo de que los dirigentes panistas se conviertan en estatuas de sal? Pueden intentarse muchas respuestas; pero una cosa es cierta e imprescindible: no es suficiente saber quienes somos si no tenemos conciencia de donde venimos y hacia donde vamos. No hay duda acerca del origen ideologico y social del Partido Accion Nacional. Sus cuadros estan formados por gente acomodada y del sector empresarial, enriquecida, desde luego, por elementos que aporta la movilidad social ascendente y que, lo mismo, procura ejecutivos de empresas, intelectuales o activistas. En todos ellos, el rasero lo determina su adhesion catolica ferviente y casi militante. Esta composicion ideologica y social no impide, sin embargo, que el ejercicio de una politica dinamica posibilite la cooptacion de otros sectores sociales que nutren los niveles de direccion media y las bases sustantivas de su potencial electoral que, como ocurre con casi todos los partidos politicos mexicanos, no deja vislumbrar una militancia partidaria organica y activa. Es indudable que el PAN se encamina hacia una praxis politica de nuevo cuno basada en la superacion de viejos esquemas organizativos y procedimentales. Sobre los viejos modos de exclusion elitista en la toma de decisiones, por ejemplo, ahora se trata de ampliar la participacion que, como lo sostiene Alfredo Ling Altamirano, propone el dialogo que debe ser sin discriminacion, incluso con cualquier interlocutor que no sea necesariamente panista. Desarrollar la capacidad de dialogo no es un fin, se trata de un medio para entrar en la busqueda de la conciliacion y, la conciliacion asi, no excluye, sino que fortalece la posibilidad de acercarse al regimen y, de ahi, al cogobierno. Carlos Castillo Peraza, uno de los mas lucidos aspirantes a la presidencia del PAN, senala que su partido no rechaza las alianzas y que esas alianzas "no deben constituir una mayoria de rechazo, sino una mayoria de adhesion a algo, a un programa..." De estas afirmaciones parece aflorar nitida esa postura universal de la politica de entendimiento: que las diferencias no nos separen, que las similitudes nos acerquen. Para Rodolfo Elizondo la cuestion alcanza un nivel de mayor concrecion cuando afirma que el PAN "seguira dando cauce al dialogo para que tanto los partidos de oposicion como el gobierno y el propio Partido Revolucionario Institucional (PRI), pongan el orden politico que debe existir en nuestro pais". Lo que esta aconteciendo con Accion Nacional, en el orden de su readecuacion principista y en el de la accion cotidiana, permite colegir que hay una inclinacion, cada vez mayor a compender que la estrategia partidaria del presente apunta hacia un gobierno nacional. El pragmatismo politico por el que ha atravesado la vida del PAN plantea, en esta encrucijada, la reflexion partidaria que tienda a definir el perfil doctrinario de ese instituto asi como a definir su praxis frente al poder y a las bases ciudadan as de su sustentacion. Estan quitandose los canceles que ocultaban la vida interna de ese partido y la mantenian lejos del conocimiento de la opinion publica. El debate en el programa Nexos-TV tiene la virtud de hacer publica la reflexion, de apreciar sus aciertos y sus limitaciones. Por ejemplo, como todos los politicos, los aspirantes a la direccion panista, han priorizado las cuestiones de los procesos electorales; esto es legitimo si se tiene en cuenta la proximidad de las nuevas elecciones presidenciales. Sin embargo, no deb e caerse en la protagonizacion antelada de ese hecho con mengua del tratamiento de cuestiones capitales para la vida de la ciudadania en general y de los militantes partidarios en particular. Aunque Castillo Peraza hizo mencion concreta a los "agravios economicos" que sufren algunos sectores de la poblacion no hubo un acercamiento preciso a las cuestiones del desempleo, los bajos salarios, la vivienda, el agua potable, el drenaje, la atencion de la salud y la educacion que, en verdad de cuentas, forman el n ucleo de las aspiraciones y las preocupaciones de la colectividad. Como nueva es la circunstancia que vivimos y viejos los problemas que se arrastran, nuevos tienen que ser los aprontes partidarios y viejos, pero vigentes, sus principios de renovacion. El PAN en este sentido, el PAN de los jovenes dirigentes, ha de estar enraizado con su pasado de inconformidad, no para enclaustrarse en el obsoleto oposicionismo contestatario, sino para intentar la aventura de la renovacion como sinomino de vida. Poco o menos salinizado, lo que importa es como el PAN de 1993 responde a las expectativas de sus militantes y de la nacion mexicana .