GUIA: JAULA SECCION CULTURA PAG. 12 CINTILLO: Jaula del Tiempo CABEZA: Mistica y misticos en Ramon Xirau(II CREDITO: Alfonso Simon Pelegri Para el maestro Xirau, la obra filosofica y mistica de Edith Stein, si bien a partir de su conversion al cristianismo acuso una clara influenciaaristotelico-escolastica, nunca dejo de estar cerca del magisterio de Husserl. A este respecto cita a Gomez Robledo, cuando este apunta la fusion de tomismo y fenomenologia existente en la obra fundamental de Edith Stein titulada Ser finito y ser eterno. La propia filosofa corrobora en el prologo de la segunda parte de la citada obra este aserto, senalando su seguimiento de la via aristotelica partiendo de los sentidos para la consecucion del conocimiento. Tambien afirma haber usado (...) "la via agustiniana que toma su punto de partida en lo que nos es mas cercano: el yo viviente". De hecho, la raiz de su obra matriz la encontramos en el afincamiento de un "yo", que su autora califica de "vivo", y que Xirau apostilla como un yo agustiniano que no guarda comparacion con el cogito, ergo sum ni con el yo pienso de Kant. Edith Stein pretendio con Ser finito... un estudio del ser, segun confesion propia. Pero no debe buscarse en el la expresion de un sistema filosofico sino una forma de allegarse a la vision mistica; a la vision de un Dios innombrable -esta en la mente de todos el biblico ego sum qui sum con su rotunda tautologia- y cuyo citado yo soy constituye "un presente eternamente viviente sin lagunas y sin oscuridad" para la autora del libro de referencia. Aqui, afirma Ramon Xirau en su comentario al pensamiento de Stein, "es necesario hacer resaltar lo de que Dios para los teologos es persona, es el ser en persona", ya que en tanto persona es capaz de crear. Una creacion en la cual el hombre, al igual que todas las criaturas, constituye "una dadiva de Dios" en palabras de Edith Stein, la cual considera a la creacion toda como participante de la divinidad, y glosando a San Pablo nos recuerda que (...) "la humanidad rescatada y unida a Cristo y por Cristo es e l templo en el cual mora la divinidad trinitaria". Ramon Xirau comenta en el libro que da origen a estas notas de lectura, De mistica, que en los ultimos capitulos de Ser finito... su autora se aproxima mas y mas a la mistica. Este proceso se culmina en La ciencia de la Cruz, en donde el termino "ciencia" no corresponde, supuestamente, a la terminologia actual. Su significacion esta inmersa en una teologia cristiana para la cual la "ciencia" es el tercero de los dones del Espiritu Santo; don infuso y que corresponde a la acepcion latina, scientia, sabiduria , de la palabra. Una sabiduria que yo connotaria de gozosamente devota, y formalmente dentro del "quede sin saber sabiendo" del poeta carmelita, abocado a un "toda ciencia trascendiendo" medular al esoterismo de la mas alta mistica. Edith Stein considera que esta sabiduria surge de lo que ella denomina la objetividad sagrada. Objetividad que, abona Xirau, hace posibles no solo la mistica sino tambien el arte, la poesia y el juego, y se nos da gratuitamente; a titulo de gracia si se me permite la reiteracion. Pero a la vez, nos previene, requiere de una buena dosis de lo que el denomina ascesis; una previa disciplina o practica equivalente al yoga de los misticos orientales. Estos seguimientos y prescripciones tienen como finalidad la p urificacion de los sentidos y apetitos, reduciendolos y sosegandolos a sus justos terminos, a fin de que no se guie el alma por ellos; si con ellos y por la oscura luminosidad de la fe. Inmarcesible noticia, y testimonio, nos da San Juan de la Cruz de este camino mistico. Nos dice: En una noche oscura ( con ansias en amores inflamada ( ­oh dichosa ventura! ( sali sin ser notada (estando ya mi casa sosegada. Camino mistico el del fraile carmelita -"aquel proceso que empieza en noche y concluye en llama", mas de una vez me toco oirlo de labios del propio Jorge Guillen en su modesto departamento junto al Paseo Maritimo, en Malaga, y asi lo cita el maestro Xirau en su mencionado libro De mistica-, y camino que, paralelamente, tambien de semejante modo lo considera Edith Stein como sendero desde la noche oscura a la llama de amor viva, y en cuyo curso, anade, ha de estar implicado el doble movimiento homologo de la fe y el amor .