GUIA: CORTA SECCION CULTURA PAG. 15 CINTILLO: DIVERSA CABEZA: Cortazar, en la casa de aire negro CREDITO: Alejandro Ortiz Gonzalez Para la duena de mi casa "Como un ave con el ala rota que hubiese anos viajado por los aires como un pajaro que soportar no pudo el aire y la tormenta cae la noche" Seferis "Puntual, asistente de liquen y de ortigas llegas, oh soledad, puntual como la noche, como la lluvia de este otono, llegas como la estricta jaula que nos forma el aire" Banuelos "Otras leyes rigen la inmensa casa de aire negro" Cortazar Salvo el crepusculo, lo salvo y salvo la distancia que me aleja de la bestia silente, entre tejidos y alambrones que destetanla mirada. El norte pierde su equilibrio, me arrastra, breve sosten del tiempo, casa amorada. Que regazon de ramas, arbola dura de madera balsa, nave del loco con la pluma rota. Existen, entre los herederos, tres mil 300 formas de aminorar la muerte de Cortazar. Nueve anos y 15 dias arrinconados en la sala del silencio, en la esquina mas soleada del viento. No somos otra vez sino de nuevo, misterio de cascajo que recuerda, que registra y acontece como la letra impresa. Uno tiene la impresion pendiente, pendulante, de que Cortazar duerme, de que duerme siempre con la mano suelta, con el arma secreta bajo la almohada. Es un decir de labios que la condicion del muerto es liquidar su m uerte. Solo se esta, solo se aspira. Aqui la noche, silabario oir a Balis es volver a ser la piedra rodando. Julio Cortazarmuriohacenueveanos. Su ojo de tauro se ausenta y la mirada se posa cada vez menos en lo nimio, en lo mas simple que erige de la vida un monumento efimero. Quien osa dotar a la hormiga de un lugar tan alarmante. Giran cabezas y no encuentran quien les de certeza, viran los telescopios mentales sin ton y son mas tales que de mentes claves. Perdimos a Cortazar pero ganamos paginas claras, rutas esenciales por arbitrarias. Cortazar, ni mago ni profeta, acaso poeta, nos sigue generosamente- dando s u vision de muldo adulcorado. Rayuela no importa sino en razon de su generacion de espanto, de asombro ante lo mas profano: la mente dormida muere a medida que desciende. No hay diferencia entre un muerto dulcificado por el llanto y un ojo atrofiado por el peso de no querer ver sino lo premeditado. Cortazar, cientifica mente, demuestra que somos en la medida que observamos. Hay ojos (para que tienes esos ojos tan separados, Julio) que apunalan la vida, la desganan. Hay ojos que no descansan ni cuando se cie rran. Hay una relacion directamente proporcional entre los ojos de Cortazar y el cuadrado de la distancia a su mente de crono gamo de asta blanca. Tiempo. Jazz. Hormigas. Mar. Misterios de igual calibre para el disparo de una inteligencia viva, de una lente fija en la movilidad de lo que no se mueve. Leer a Cortazar no vale la pena, vale la gracia de caer en la cuenta primigenia. Leerlo es acudir a la cita del complice, a la risa del que no descansa. La isla navega en su mano como la razon en el centro del alma. Su tema es de todos los dias, es "eso" que a todos nos ocurre y desechamos por eliminacion fantasma. El Metro, la calle, el cuarto, el temor del hombre que se niega a la risa del nino, el sexo sinsenso y principalmente todo lo que se fermenta entre la hora en que uno despierta y la hora en que v uelve a despertar. No hay nada que sea mas importante. Uno recurre a los libros de Cortazar como quien asiste al futbol. Se sabe quien va a jugar, se conocen las probabilidades de triunfo en uno u otro bando (aun cuando haya mucho mas que dos contendientes), se sabe que no hay limite a la obsesion, pero el transcurso, el que sucede entre los extremos es impredecible. Ahi entra la mano y el ojo avisor, sumerje la duda, se contradicta la emocion y el norte generalmente camina de espaldas. Se abre una "gaseosa" y la corcholata salta, gira, vuela sobre cabezas vari as recorriendo (el ojo se monta en la vision) momentos, instantes foto-grafiados, inscriptos que mellan la memoria y en ella se instalan como piezas en un tablero con vida propia. El juego, unica mision del escribiente, comienza y la tregua se vuelve algo pasajero, algo para despues. El juego confunde, atrapa, ultima verdades a medias, cabalga desbocando la geografia pepelica, desmontando escenarios y agotando lectores sin agotar sus fuentes. El juego es unico e irrepetible. En Cortazar es siempre la hora d el azar y lo fallido nunca es falla, nunca se convierte en fosil. Cortazar nunca se lapida ni lapida a su lector porque el, precisamente con su ojo doble de nictalope fragmenta la vida en diminusculos alientos. Para seguir. Pero seguir siguendo en la captura. Perseguir tiempo, perseguidor seguido, acechanza lanza con el lazo la distancia. El juego vira, reta la letra al ojo y lo funde. Saber caer es saber leer entre lineas las otras leyes que rigen la casa de aire negro .