GUIA: NOVO SECCION CULTURA PAG. 9 CINTILLO: Novo y Monsivais CABEZA: Dos calibradores del pulso citadino CREDITO: Alejandro Sanciprian Entre el simulacro y la utopia siempre hay un venerable presente imperfecto susceptible de ser consignado, pulsado por la mirada del cronista atento. Parece que no, pero ahi estan los ofrecimientos de la noche, los ires y venires de los infaltables personajes urbanos, la astracana continuidad de los dias, las posibilidades de lo cursi y toda esa combinatoria de cosas, comportamientos, rutinas y bisuteria varia que motiva esa singular dialectica cosmopolita de las grandes ciudades. En ese deambular por calles y avenidas, de habitar sin remordimientos el entorno, el cronista lucido percibe el anima colectiva y sus diversas pretensiones de alcurnia y modernidad: las diversiones, las dispersiones, las elocuencias, los gustos y disgustos, lo insolito, lo grotesco, lo nimio y lo significativo de lo cotidiano. Parece que no, pero ahi estan tambien las correspondencias, las ensenanzas de dos autores como Salvador Novo (1904-1974) y Carlos Monsivais (1938), dos cronistas de altos vuelos, dos calibradores del pulso citadino que invariablemente han establecido huella por esa su mania de zarandear conciencias e inventariar la magia y siniestrez de los espacios urbanos. Ellos han puesto especial atencion en los detalles que caracterizan la entrana social: Novo era capaz de hablar -de escribir mas bien- sobre la importancia de las pocas veces practicada siesta o alrededor de lo que acontece en mercados, parques o durante los viajes en camion o barco, sin olvidar jamas el apunte de ese ingrediente distintivo de la gente. Por su parte, Monsivais se ha convertido en un poligrafo de marca que lo mismo echa una mirada refilona a los habituales de la cantina, que desentrana la di namica tramoyesca del poder politico. Ambos se han ocupado de las ruborizaciones de los hombres cultos y de los diversos tumbos y recompensas que estan por darse en este escenario citadino donde los protagonistas intercambian roles a cada rato. Novo fue un hacedor de reflexiones varias frente a los designios de la cultura urbana y ademas un excelente poeta. Se integro sin demasiados resquemores a la burocracia oficial. Cobraba (y bien) por sus servicios al elaborar ensayos, discursos y ciertas investigaciones. Por ejemplo, con motivo del IV Congreso Mundial de Cardiologia (celebrado en la ciudad de Mexico en 1962), el doctor Ignacio Chavez le encomendo la redaccion de un breve libro -llamado Vision de Mexico- que consto de tres capitulos: Mexico e n la historia, Mexico en el arte y Mexico en la medicina. Asimismo, elaboro discursos oficiales de notable maestria. Cabria recordar aquel que pronuncio en ocasion de la clausura de cursos del Instituto Tecnico Industrial -antecesor directo del Politecnico- en 1926. Celebre miembro de la llamada generacion de Los Contemporaneos, Salvador Novo supo asimilar el camino trazado por Jose Juan Tablada respecto al manejo del humor aleccionador para comprender y recrear el devenir historico de la trivia y lo otro. El propio Monsivais (quien va que vuela para ser la fatigable conciencia critica del poder politico y veleidades que le acompanan) ha dicho de su maestro: "Su prosa, flexibilizada por la disciplina periodistica es en este siglo, en mas de un sentido, la primera prosa moderna en la literatura mexicana, al reflejar y asimilar precozmente la cultura urbana, al revolucionar esquemas formales y darle ejemplaridad al uso desenfadado de la prosa coloquial. En Never Ever Novo atestigua que el sentido del humor y la burla del lenguaje y desde el lenguaje son signos de madurez y civilizacion. Vivifica el articulo, la cronica social y el ensayo. Novo elevo el nivel literario del periodismo mexicano utilizando una inteligentisima mordacidad, un ingenioso juego lingistico (los novocablos) y un estilo barroco para las mayorias". Al tomar la estafeta del maestro, Monsivais destaca por su intensidad y acopio de metaforas. Literalmente hilvana frases desconcertantes, a las primeras de cambio, por ese su inconfundible estilo de ingeniosa erudicion. Tan prolifico como ocurrente, dispone de la cronica como un poderoso instrumento para introducirse lo mismo a los vericuetos de la musica popular que a la lucha politica, pasando por la critica de los gustos publicos, de los espacios vitales y de las confrontaciones generacionales. A proposito de la publicacion de Dias de guardar, ofrece una reformulacion de las caracteristicas sustanciales de lo mexicano. Rosario Castellanos lo ubico en el ambito de las letras nacionales como un autor "despiadado y desenfadado; siempre listro al zarpazo del humor feroz. Explora los diversos estratos de nuestra cursileria con profundo animo". Novo y Monsivais son dos impulsos, dos calibradores del pulso citadino y de sus protagonistas que bien vale la pena redescubrir mas alla del histrionismo que le han impreso a sus vidas privadas .