SECCION: CIUDAD PAGINA: 16 CABEZA: La reforma judicial: el dilema de la transicion CREDITO: FEDERICO PI¥A ARCE * ENTRETEXTO: La participacion organizada de los ciudadanos podria generar las bases para un acuerdo que permita la restructuracion y cambio de nuestro sistema judicial Los diversos acontecimientos que se han acumulado en torno al sistema de procuracion de justicia y combate al crimen organizado ponen en evidencia que sin la restructuracion frontal y a fondo del sistema judicial del pais dificilmente se despejara el camino de una transicion pactada, legal y pacifica. Los asesinatos de procuradores y magistrados, asi como las develaciones, cada vez mas escalofriantes, de los nexos de las corporaciones policiacas con los jefes de los grandes carteles de la droga en Mexico, i ndican que no basta con el fortalecimiento o la reforma de estos, sino que es necesaria su reestructuracion casi completa. En otros paises con democracias surgidas de prolongados periodos de autoritarismo, la restructuracion de sus sistemas judiciales y de procuracion de justicia ha estado siempre acompasada al ritmo del desarrollo de su convivencia pacifica. Es decir, los procesos que han permitido que estos paises accedan a esos estadios de modernidad democratica van acompanados, por lo regular, de sendos pactos politicos. Pactos en los que participan los principales actores po liticos. Por ejemplo, el sistema de justicia espanol se restructuro tan a fondo que practicamente fue sustituido por otro diferente. Este proceso de cambio abarco leyes, reglamentos, instituciones y personas. Ejemplo del cambio profundo es el hecho de que se derogo la pena de muerte, instaurada por la dictadura franquista y que llevo al cadalso a cientos de luchadores sociales. En Peru, Alberto Fujimori, despues de obtener su primer triunfo electoral, en una medida calificada como de un autogolpe de Estado, decidio desaparecer los cuerpos legislativo y judicial del sistema politico de aquella nacion, dado el nivel de corrupcion alcanzado en el segundo. El resultado de esta medida fue el desbaratamiento de la locura posestaliniana llamada pomposamente "Sendero Luminoso", asi como la reinstauracion del clima de seguridad publica que ha permitido a los peruanos recobrar poco a poco l a convivencia ciudadana deteriorada ante la quiebra del modelo de aquella region de Sudamerica. En ambos paises se dieron procesos politicos profundos, pero sobre todo se logro la estructuracion de nuevos pactos politicos. En el caso espanol, los partidos, con amplias y hondas tradiciones entre el pueblo, fieles representantes de sus intereses, establecieron los acuerdos necesarios para lograr la transicion democratica. Estos acuerdos versaron sobre todos los temas de la vida politica, economica y social de Espana, incluido desde luego el sistema de justicia. En Peru, ante la quiebra del modelo politico, Fujimori se apoyo en un amplio y vigoroso movimiento ciudadano, cuya fuerza lo coloco en la Presidencia de su pais. En este movimiento ciudadano descanso las bases fundamentales del nuevo sistema de imparticion de justicia, entre todos los programas y planes que estructuro. Es decir, tambien en esta nacion la nueva administracion de justicia sobrevino despues de un acuerdo politico basico. En Mexico, ante las dimensiones de corrupcion, ineficiencia y retraso que cruzan todos los cuerpos del sistema judicial, es preciso reflexionar ante la necesidad de una restructuracion que implique cambios drasticos perdurables y a fondo. Es un hecho, reconocido por el propio procurador general de la Republica, Antonio Lozano Gracia, que los mexicanos no confiamos de nuestras instituciones de justicia. El lograr niveles minimos de confiabilidad requiere la participacion de todos. Esta tarea no es solo responsabilidad del gobierno, lo es tambien de los partidos y los ciudadanos en general. Por desgracia, los partidos politicos nuevamente se encuentran sin opciones. Ni el PRI, ni el PRD, ni el PAN, y conste que el procurador general actual es miembro de este organismo, han presentado a la opinion publica alguna propuesta y alternativa ante este dilema. Estos partidos estan mas interesados por resolver rencillas personales de sus dirigentes que en contribuir de verdad a la solu cion de los grandes problemas nacionales. Asi, el gobierno de Zedillo no podra resolver solo esta problematica. Es imprescindible la elaboracion de nuevas alianzas. Los grupos de poder, que intentan desestabilizar al pais, para luego presentarse como los unicos salvadores de el, solo tienen como alternativa regresar a los viejos moldes, esquemas que nos remiten a la corrupcion, al ensenoramiento de la prepotencia, metodos que ya demostraron su anquilosamiento. Son los grupos que permitieron que la mano criminal del narcotrafico penetrara profundame nte el sistema de justicia del pais. Los partidos no se muestran interesados en elaborar una agenda para el dialogo, que conduzca a la estructuracion de las nuevas reglas del juego politico. Y en esta agenda la procuracion de justicia debera ser tema toral. Ante esta ausencia de participacion, los ciudadanos se muestran dispuestos a ocupar ese papel de interlocucion. Escucharlos, alentar su participacion organizada podria generar las bases para un acuerdo que permita la restructuracion y cambio de nuestro sistema judicial. Aun es tiempo, no basta la reforma. La transicion democratica requiere tambien un sistema judicial para la democracia, el que tenemos ahora esta envilecido y responde a los intereses del viejo sistema politico en decadencia. (Notimex). .