SECCION: CIUDAD PAGINA: 14 CABEZA: Nuevo operativo policiaco: ¨sera el DF una ciudad sitiada? CREDITO: IGNACIO TREJO FUENTES * ENTRETEXTO: Los retenes, en tiempos de paz, son anticonstitucionales, y mas si ocurren en las ciudades El anuncio hecho por el jefe del Departamento del Distrito Federal, Oscar Espinosa Villarreal, en el sentido de que entrara en vigor una serie de medidas tendientes a combatir la delincuencia que azota cada vez con mayor inclemencia a la capital, debe verse con mucha atencion y con reservas. Segun el titular del DDF, el operativo denominado RIMA (Reaccion Inmediata y de Maxima Alerta), en el cual participaran las secretarias de Gobernacion, de Comunicaciones y Transportes, la Procuraduria General de la Repu blica y otras dependencias, pretende "prevenir, investigar y esclarecer aquellos delitos que perturben la paz, la tranquilidad y el orden publico". Que duda cabe que la seguridad es una prioridad en la ciudad de Mexico y en todo el pais: no hay dia en que no constatemos el aumento gradual de la delincuencia, promovida por innumerables factores que confluyen en una especie de nudo ciego que, hasta ahora, ninguna autoridad, ningun plan, han podido deshacer, de manera que todo intento por hacer que imperen el orden, la paz y la justicia, debe ser bienvenido. Pero cuidado: cualquier medida debe ser friament e meditada, analizada rigurosamente antes de ser aplicada, pues de lo contrario puede generarse una accion en sentido contrario, como se ha demostrado una y otra vez. Segun Espinosa Villarreal, el operativo RIMA consistira en una supervigilancia por las arterias mas conflictivas de la urbe, y seran aplicadas medidas tales como detencion de sospechosos, deteccion de posible portacion de armas en lugares estrategicos y retenes en los cuales se buscaran anomalias como posesion ilegal de automoviles, portacion de armas o estupefacientes. Ahi esta el meollo de las reservas con que, me parece, debe atenderse el nuevo dispositivo de seguridad. Se sabe -consta en estadisticas, ademas de ser vox populi- que las diferentes corporaciones policiacas, con honrosas excepciones individuales, no gozan de credibilidad y menos de confianza publica; al contrario, su desprestigio ha llegado a niveles alarmantes. La ciudadania, antes de mirar a los cuerpos de seguridad como tales, ve en ellos a posibles y feroces transgresores de la ley que supuestamente representan. La policia preventiva del Distrito Federal, por ejemplo, es acaso mas temida que los delincuentes comunes mismos. Y en ello tiene que ver la corrupcion en los mandos medios, los salarios de hambre de los elementos, su escasa, a veces nula preparacion profesional y, en consecuencia, su proclividad al cohecho, a la mordida y la extorsion. En esas circunstancias, autorizarlos, obligarlos a ser mas rigurosos con la ciudadania (todo mun-do podria ser sospechoso de algun delito, nadie estaria exento de ser detenido a la menor provocacion o aun sin ella), seria como darles manga ancha para com eter mayores tropelias, podria hacerlos proclives a desmanes "justificados", con lo que las intenciones de seguridad que buscan las autoridades se irian por la borda y devendrian su opuesto: inseguridad mucho mayor. Recuerdese, por ejemplo, que hace un par de anos las autoridades capitalinas instrumentaron un batallon policiaco (de cuyo nombre no quiero acordarme) con el proposito de disuadir a los delincuentes. Se trataba de policias motorizados armados como si fueran a la guerra, y entrenados en artes marciales y otras; circulaban por la ciudad en grupos, y eran en verdad impresionantes, apantalladores. Sin embargo, incurrieron en lo contrario de lo que se esperaba de ellos: avalados por su porte amenazador, se dedi caron a extorsionar a distro y siniestro, a tal grado que despertaron una oleada de repudio ciudadano que obligo a su desmantelamiento. Algo similar podria ocurrir con el operativo que ha sido anunciado. Los retenes, en tiempos de paz, son anticonstitucionales, y mas si ocurren en las ciudades. Y eso que el propio regente habia asegurado que la ciudad que gobierna no caeria en tales y temidos extremos. Ojala me equivoque y el RIMA sirva en efecto para proporcionar seguridad y confianza a los atribulados hab itantes de la capital, de todos tan querida. *Periodista. .