SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 8 CABEZA: Las elecciones de agosto en Baja California: ¨recuperara el PRI el gobierno del estado? CREDITO: TONATIUH GUILLEN LOPEZ* ENTRETEXTO: El electorado de Baja California, despues de "reganar" al PAN en 1994, ahora sienta en el banquillo al PRI, reproduciendo un juego bipartita que margina casi totalmente a otros contendientes En Baja California, el proximo 6 de agosto seran las elecciones que renueven a la gubernatura del estado, al congreso local y a los cuatro ayuntamientos de la entidad; y como puede suponerse, el ambiente politico y de las campanas progresivamente comienzan a adquirir mayor intensidad. El antecedente inmediato a estas elecciones fueron las pasadas votaciones federales de 1994, cuando el PRI se llevo "carro completo" con holgura en todos los cargos en disputa en el estado, como en los viejos tiempos, pese a l a nominal ventaja del PAN al tener la administracion del gobierno estatal, de tres ayuntamientos, asi como el virtual control del congreso local. Por lo menos entre los actores politicos de la region, no hay duda de que en las pasadas elecciones federales el PAN perdio con pleno respeto a las reglas democraticas, como afortunadamente ha sido costumbre en la entidad despues de las elecciones de 1989. El triunfo del PRI en 1994, pese a lo duro que fue asimilarlo para los panistas, no fue una sorpresa que llegara a interrumpir una tranquila fiesta. La estadistica electoral entre 1989 y 1992 ya habia mostrado claramente un pronun ciado deterioro de la votacion por el PAN, que anunciaba abiertamente la situacion de 1994. En otro lugar he tenido oportunidad de argumentar que ese deterioro de la votacion panista obedecio mas al ejercicio de gobierno por el PAN y a su evaluacion por la ciudadania y, mucho menos, a una reestructuracion del PRI o al restablecimiento de vinculos organicos de este partido con la sociedad local, al estilo previo a 1989. A la coyuntura regional de 1994 se anadio el fuerte efecto de la ilusion modernizadora de l proyecto economico de la anterior administracion federal y sus efectos regionales de crecimiento, nada desdenables. En la coyuntura de 1995 es relevante el recuento de la experiencia electoral de 1994, pues ratifica el perfil volatil del electorado de Baja California -desde la perspectiva de los partidos-, pues no se vincula de manera estable con ninguno de ellos. Se recordara que ese electorado permitio el triunfo en la entidad de la candidatura presidencial de Cuauhtemoc Cardenas en 1988 y, meses despues, concentro su preferencia en el PAN y en la candidatura de Ernesto Ruffo al gobierno del estado, en 1989. Ese mismo electorado es el que en 1994 deja en suspenso al PAN y reorienta su votacion al PRI y, como veremos en un momento, en 1995 se enfila nuevamente a modificiar sus preferencias, retornando al PAN. De manera resumida, la leccion de las elecciones bajacalifornianas de los ultimos seis anos puede clasificarse en dos rubros. El primero, relacionado con el ciudadano y la cultura politica regional, que muy lejos de reflejar "inmadurez" politica, implica la consolidacion del ciudadano, de la persona en el sentido liberal, autonomo, con capacidad de critica y de establecer distancias con todo tipo de organizaciones, partidarias o gubernamentales. Ya no es mas la persona susceptible de la definicion politico electoral (o de otras conductas) motivada por la relacion organica; ya no es mas la persona que guarda relaciones de subordinacion con y por la relacion organica: por el contrario, ahora esas relaciones han invertido su sentido al ser determinadas por el ciudadano. Los partidos quedan asi reubicados en otro espacio social (sobre todo el PRI), que ya no pueden manipular, sino que deben procurar amoldarse a el, en una tarea nada sencilla. Por otro lado, el segundo rubro de las lecciones de las elecciones 1988-1994 son los criterios de orientacion de las preferencias ciudadanas por los partidos. Tambien estos se han modficado: de las elecciones como objeto de si mismas, es decir, la lucha electoral para modificar lo electoral (la apertura democratica), se ha transitado hacia las elecciones como instrumento para modificar otros asuntos publicos, tanto referidos a las politicas de gobierno como a sus efectos sobre la calidad de vida de la sociedad. En este transito, el PAN perdio su imagen inmaculada de portador de la democracia para convertirse en un actor de gobierno y responsable de sus politicas y de sus costos. El PRI igual; de ser el enemigo numero uno de la democracia paso a ser reconocido como uno mas de los actores legitimos de la contienda regional. Al concluir el periodo de centralidad de lo electoral sobre si mismo, el ejercicio del gobierno y su percepcion por los ciudadanos se ha ubicado como el criterio de definicion politi co electoral mas importante. No quiere decir lo anterior que hayan desaparecido por completo las bases sociales tradicionales de cada partido. El PRI conoce las suyas y puede localizarlas principalmente entre los sectores con mayor influencia de la sociedad rural; el PAN tambien conoce los suyos, ubicados principalmente entre grupos urbanos y de clase media. En ambos casos, sus respectivas bases tradicionales permaneceran fieles a sus principios partidarios; pero lo importante es destacar que se trata de se ctores minoritarios, por lo menos en la entidad. La gran masa del electorado corresponde al ciudadano independiente descrito lineas arriba, el que es capaz de ajustar su definicion partidaria en funcion de la coyuntura. Entre 1988 y 1994 hemos podido constatar como el PRI en Baja California ha pasado a ser un aparato organizacional de escala menor en relacion con sus capacidades usuales, hasta 1989; no obstante, su votacion se ha incrementado de manera excepcional, alcanzando su punto maximo en 1994. El PAN, por su parte, de ser una organizacion muy menor, hoy es un partido de mucho mayor escala y se ha convertido en espacio de poder en si mismo; no obstante este desarrollo como aparato, su votacion y capacidad de moviliza cion social estan muy lejos de las que tuvo en 1989. Ciertamente estas paradojas reflejan la historia de los partidos, pero sobre todo al perfil abierto y critico del elector bajacaliforniano. De esta manera, con ese electorado y con los criterios que orientan su accion, no sorprende que el escenario de 1994, tan favorable al PRI, haya modificado rapidamente su composicion en 1995. Y el contenido de la nueva coyuntura la definio la crisis economica, que se manifesto de manera brusca al finalizar 1994 y que aun no termina por resolverse. Dicho en terminos simples, desde la perspectiva de los electores, la crisis tiene sus responsables y esos responsables guardan identidades partidarias. Para el el ectorado de Baja California las opciones estan entre un PAN, al que ha criticado con dureza, y un PRI, identificable todavia con la crisis economica y sus efectos sociales. Por supuesto que el PRI estatal poco ha tenido que ver con esa coyuntura economica manejada desde los ejes del poder nacional, pero no puede evitar disociarse de esa relacion con la responsabilidad de la crisis ni de otros asuntos publicos de gran preocupacion social (como los crimenes de prominentes politicos o el tema del narcotrafico) . Para la coyuntura del estado en 1995, no ha ocurrido la anunciada separacion entre partido oficial y gobierno, ni en terminos practicos, ni como imagen; y esa identidad es la que hoy paga su factura. El "carro completo" de 1994 ha quedado atras para el PRI, como demuestran los resultados de la encuesta realizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UABC, la mas completa realizada hasta el momento. Segun los resultados dados a conocer el pasado 17 de junio, el candidato a gobernador por el PAN, Hector Teran Teran, obtuvo una preferencia declarada de 41.5 por ciento, mientras que el candidato del PRI, Francisco Perez Tejada, se ubico en 32.1 por ciento de las preferencias; por su parte, el c andidato del PRD, Rodolfo Armenta, apenas registro un 3.4 por ciento de las preferencias. Cabe indicar que estos resultados corresponden a la segunda encuesta levantada por el IIS/UABC para esta campana electoral y ratifican las tendencias obtenidas previamente (en abril), si bien en esta ocasion es mas acentuada la ventaja del PAN. Los 9.4 puntos que ahora separan a los principales candidatos a la gubernatura, para efectos de su evaluacion deben medirse en el contexto de las ultimas elecciones locales (199 2), en donde las diferencias entre ambos partidos no eran mayores a 2 por ciento. Adicionalmente, la encuesta del IIS/UABC tambien muestra que en las elecciones de ayuntamientos el PAN mantiene su ventaja en Tijuana y en Ensenada, mientras que el PRI conserva su posicion mayoritaria en Mexicali y, segun los datos de la encuesta, esta en condiciones de recuperar el ayuntamiento de Tecate. En cuanto a las elecciones de diputados, la encuesta los omite pues su representatividad no fue disenada a nivel de distrito local (que son 15 en total), sino de cabeceras municipales (4 en total). Asi, el electorado de Baja California, despues de "reganar" al PAN en 1994, ahora sienta en el banquillo al PRI, reproduciendo un juego bipartita que margina casi totalmente a otros contendientes, como en el caso del PRD que con dificultad logra superar el 3 por ciento de las preferencias. Por lo menos ese es el panorama que ofrecen los datos del IIS/UABC, complementados con la trayectoria electoral de la entidad y, sobre todo, con el perfil de los votantes. Finalmente, conviene destacar que en las pocas se manas que le quedan a las campanas de los partidos obviamente que pueden ocurrir cambios en las preferencias ciudadanas. Pero tendrian que ser motivados por factores de una escala mayor para poder alterar significativamente la distribucion de las preferencias ciudadanas; y sin desconocer que tienen cierta eficacia, en si mismas las campanas no parecen ser ese tipo de factores. * Profesor investigador del Departamento de Estudios de Administracion Publica de El Colegio de la Frontera Norte. .