SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: A MEDIO SIGLO DE VALERY CREDITO: EDUARDO LIZALDE* El cincuentenario de la muerte de Paul Valery (octubre 30 de 1871-julio 20 de 1945), sera conmemorado por numerosos articulos y reediciones de su vasta obra prosistica y su torturada y perfecta obra poetica, pero poca falta le haran los homenajes al autor de La Jeune Parque, porque ha sido en el si glo uno de los poetas mayormente celebrados y de mas profunda influencia en multiples generaciones. Valery se encontraba en vida cuando, por ejemplo, se publica en Mexico Muerte sin fin, el gran poema de uno de nuestros mas singulares creadores, que como tantos de su generacion mexicana, latinoamericana y espanola, continuaban siendo senalados como escritores marcados por la estetica valeryana. Tambien Valery estuvo entre los que golpearon los gustos, las incapacidades y los intentos de emulacion de muchos primerizos poetas de las decadas posteriores a la de los anos cuarenta. Todavia se encuentran en mis estantes todas las atesoradas versiones del Cementerio marino de que podiamos hacernos en los anos ciencuenta los jovenes de mi generacion: la de Jorge Guillen, desde luego, publicada en Revista de Occidente en 1929 (y muchas veces reeditada despues); y tambien la de Alfonso Gutierrez Hermosillo, publicada en la revista Occidente, de cuyo consejo editorial formaba parte don Enrique Gonzalez Martinez (un contemporaneo de Valery, nacido en 1871 y muerto en 1952), dentro de un numero en que precisamente se publicaban un responso ("Tumba de Paul Valery"), de Jose Luis Martinez y un ensayo de Bernardo Ortiz de Montellano sobre "El concepto de la poesia en la obra de Paul Valery". El numero de la revista es el de julio-agosto de 1945. Jose Luis Martinez (cuyo reciente premio Menendez y Pelayo hemos celebrado), en esos anos tragicos del final de la Segunda Guerra Mundial, hablaba en estos terminos: "Me resisto a dolerme por su muerte, si no es por la admonicion que su perdida significa para Francia en estos anos oscuros, cuando con el desaparece uno de sus simbolos mas claros. Hemos recibido poco antes noticias sobre la pobreza que soportaba junto con su pueblo, sobre su carencia de calefaccion y aun de alimentos. Por esto, porque quien soportaba la desgracia era un anciano y porque ademas habia rendido con creces los frutos de una de las mas ilustres obras de nuestro tiempo, Paul Valery habia conquis tado su muerte. Gide nos cuenta su entereza en el sufrimiento de la agonia... un ya no puedo mas, que fue como la rendicion postrera de quien nunca abdico de la mision que habia sido conferida a su espiritu." Tengo entre otras ediciones mexicanas la de 1943 (Editorial Prisma), con cuatro preciosas aguafuertes del propio Valery, y una antologia de poemas y prosas en version castellana de Rafael Lozano. Si el poeta se preguntaba, en aquel famoso texto: "No se si prosigue la costumbre de trabajar largamente los poemas, de mantenerlos suspendidos entre el ser y el no ser, durante anos...", y aunque tal vez (lo decia Eliot) su concepcion del quehacer estetico, su personal e influyente estetica, no se encuentra en vig encia a partir de la segunda decada del siglo, lo que sin duda continuo ejerciendo un influjo terrible sobre todo el quehacer poetico posterior es la leccion de desprendimiento discursivo, de rigor formal, de obsesion musical y arquitectonica que ya en los anos treinta habia seducido a su amigo James Joyce (mas bien grunon y poco generoso con sus contemporaneos). Y bastante "valerysmo" habia aun en las obsesiones creativas y teorizantes de nuestro "poeticismo" de los anos cincuenta, cuyas producciones solian tambien quedar durante meses, anos a veces, suspendidas entre el ser y el no ser, con la conciencia valeryana bien aprendida: "el poema no se termina, se abandona". Se abandonaba generalmente al grado (feliz) de no ser publicado. Y continuamos leyendo, traduciendo, descubriendo iluminaciones, en la enorme obra y la correspondencia del frances (Salvador Elizondo la ha estudiado y traducido admirablemente, empezando por el Monsieur Teste, ese alter ego del poeta). Pero curiosamente, como todo poderoso jefe de escuela, el retraido y metafisico Valery se ha convertido en ese publico monumento universal a contrapelo de sus intereses. Lo declara insistentemente, y sin falsa modestia, en aquella "Reponse" publicada en 1932 en la revista Co mmerce, cuando se le solicito su opinion sobre la poesia: (traduzco un parrafo libremente), "...tengo una antipatia instintiva por todo intento de ganar a cualquiera para cualquier causa; y si, por distraccion, me sorprendo procurando convencer de algo a otra persona tratando de hacerle gustar aquello de lo que no gusta, o de odiar lo que ama, el sonido de mi propia voz se me vuelve rapidamente insoportable." (Notas, en Oeuvres, tomo II, p. 1604, Gallimard) l *Poeta y escritor. .