SECCION: CULTURA PAGINA: 35 CABEZA: Los peligros de un nombre CREDITO: ALFONSO SIMON PELEGRI* "Este pueblo tiene siempre el nombre de Dios en sus labios, pero su corazon esta muy lejos de mi." Isaias, 29, 13 Paul Tillich afirma en su ensayo El nombre divino, publicado por Kairos con el titulo de Antologia de teologos contemporaneos, que desde la mas remota antigedad se venia profesando la creencia de que conociendo el apelativo oculto de los nombres se tenia poder sobre los seres que los detentaban. Nada lejos de esto, en las actuales terapias se busca que el paciente saque a la luz los nombres, y hasta las anecdotas, que turban su subconsciente para dar con la causa de sus desajustes emocionales .. Con cierto parentesco y parecida mecanica, si bien en otro plano de finalidad, en el ejercicio de diversas misticas hacia lo divino se ha venido usualizando el nombre de Dios en largas oraciones plagadas de exclamaciones y superlativos; su retorica ociosidad es tan patente como de melcochoso mal gusto. El antidoto esta en el escueto fervor absoluto de la oracion dominical, el Padre Nuestro, cuyo autor para los cristianos es el propio Jesus segun nos platica San Lucas en el evangelio de su nombre. Y es que en la invocacion del nombre de Dios, y no se diga de sus impotentes adjetivos menesterosos, se esta caminando en la cuerda floja de una cirqueria oral buena para nada, en la que debajo el precipicio de los nombres de la divinidad entorpece nuestro paso. Esta torpeza o impedimento usual sigue creciendo el abismo, lo previene Tillich cuando nos alerta de los peligros de la palabra Dios. Y nos habla de una a manera de embarazo, de un reverencioso temor de su nombre (...) "pues la presencia de lo Divino en el nombre exige un corazon timido y tembloroso". Dentro de esa turbacion del alma ante la consideracion de la Divinidad, nuestro teologo nos habla de tres especies de embarazoso temor: uno del tacto, otro de la duda, y un tercero que el denomina del pavor. El primero de estos parte del presupuesto de que toda la moderna teologia debe surgir de un entranable contacto y de una convivencia cordial y fraterna con la sociedad. El hombre dentro del tiempo y la sociedad que le toco vivir debe tomar partido; esto no implica el que a veces sea prudente el silencio, y hasta en alguna ocasion necesario. Ahora bien, en el pensamiento de este teologo, el "tacto" para definirse ante el hecho religioso debe ejercerse motivado en un amoroso temor de Dios; de ninguna manera e n un obsequioso y servil mirarle a la cara a este o aquel grupo que detenta el poder... o a su oponente. Supuestamente, este medroso "respeto humano" seria asimismo tan condenable y mezquino al manifestarse en favor o en contra de Dios. En los descansos se caeria en el "No tomaras el nombre del Senor en vano" del Exodo. Un segundo aparente entorpecimiento, el de la duda, es necesario para con su aguijon situarse en la fe. Y con dicha fe en una duda existencial, que con todo y combatida nunca sera totalmente aniquilada para que la fe sea tan divina como humana y meritoria. Y por ultimo, Paul Tillich nos habla del embarazo del pavor, de una suerte de "titubeo" misterioso al pronunciar su nombre. A este respecto y a titulo personal se plantea una interrogacion tan audaz como estremecedora: se formula la pregunta de si ese silencio sobre Dios, esa ausencia secular, no sea una tacita condenacion divina sobre el ministerio de tantas asambleas religiosas que se congregan para tomar el nombre de Dios en vano. Paul Tillich concluye su ensayo planteando que se pregunta sobre esta situacion porque entiende que nadie conoce la forma de la providencia de la Divinidad. Tampoco se puede hablar de Dios sino acaso sobre algunos de aquellos de sus nombres que ha querido descubrirnos. Ni el, pero ni siquiera su resplandor resulta conocible a sus criaturas; por eso el Genesis lo representa por una zarza ardiendo. Con arreglo a esta imagen, y ateniendose prudentemente a la sabiduria popular, seria bueno optar por aquello de "ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre"... Digo yo. *Escritor. .