SECCION: CULTURA PAGINA: 35 CABEZA: Jose Luis Martinez: magnanimo dador de su tiempo/I CREDITO: ELENA PONIATOWSKA* Ahora que Jose Luis Martinez obtuvo el Premio Internacional Menendez y Pelayo 1995 por su libro sobre Hernan Cortes, recorde las muchas platicas con el historiador, el funcionario cultural y de ferrocarriles mexicanos, al critico literario hechas desde hace cuarenta y dos anos. El doctor Jose Luis Martinez siempre fue un hombre desprendido, magnanimo, dardor de su tiempo y sus conocimientos, sereno, dulce y dispuesto a dar acceso a los estudiosos a los miles de volumenes de su esplendida biblioteca. Investi gador, hombre de letras, desde muy joven, Jose Luis fue el amigo de sus amigos y una figura fundamental de la cultura mexicana, no solo de la literatura. Recordarlo a traves de estas conversaciones llevadas a cabo a lo largo de los anos en su casa de Rousseau es una forma de anadir un minimo homenaje a todos los que Jose Luis Martinez merece. El jueves 31 de diciembre de 1953, apasionado de la literatura mexicana casi desde su pubertad, el critico jalisciense Jose Luis Martinez me decia en una entrevista: "La literatura mexicana anda por los suelos. Los literatos escriben para pequenas comunidades elogiosas, y Antonio Castro Leal, critico maximo de nuestra literatura dejo de comprender la poesia cuando murio Enrique Gonzalez Martinez. Antonio Castro Leal habia publicado una "Antologia de la poesia mexicana" en que recopilaba con acierto las obras de nuestros mejores poetas pero todos los jovenes de entonces, entre ellos Octavio Paz y Jose Luis Martinez criticaron que cada dos paginas tachara a los poetas de "fino y sutil". Para el todos los poetas eran finos y sutiles, o sutiles y finos. Le pregunte entonces a Jose Luis Martinez: -Bueno, ¨usted seria capaz de mejorar esos adjetivos? -En primer lugar no habria escogido los poemas que escogio Castro Leal, ni omitiria los poetas que el dejo en lasombra. No hubiera mezclado a Margarita Michelena y a Guadalupe Amor con las lavanderas de la versificacion. El poema Canto a la Primavera, de Xavier Villaurrutia, es horrible. (Xavier lo escribio para ganarse cinco mil pesos de premio) y no tiene por que estar en la antologia. Ademas dice Castro Leal que don Alfonso Reyes, podria haber sido un gran poeta (milagrosamente, don Alfonso esc apa del "fino y sutil" o del "exquisito"). ¨Como es posible decir eso? Don Alfonso Reyes es el pilar de toda nuestra literatura. -Pero la literatura mexicana ¨tiene realmente un publico lector? -Alli esta el detalle. No lo tiene. La literatura mexicana esuna literatura sin publico. La culpa no es de los lectores sino de los escritores. Nadie lee las novelas de Revueltas o de Ramon Rubin, porque son mortalmente aburridas. Le voy a decir algo. Se lee mas la literatura mona... si, si, la literatura que hacen senoras frustradas, versitos, etcetera, que la literatura profunda. Gusta mas porque es sentimental, y hace llorar, sonar y reir. No es que sea yo lector de Confidencias pero me doy cue nta de lo que nos pasa. En esa epoca de los cincuenta, Jose Luis Martinez queria que los escritores fueran maestros rurales, que ensenaran a leer y a escribir. "Le voy a contar algo "me dijo". Yo era un intelectual hasta las cachas poetico y lleno de problemas. Por las noches me desvelaba filosofando. Queria que todo tuviera un sentido trawscendental y para todo buscaba una respuesta. Daba conferencias y clases de filosofia y filologia. En las noches me reunia con mis amigos, casi todos autores de languidos versitos que en el fon do no eran sino diversiones privadas para el regocijo del "petit comite". Como usted sabe, yo acompane a Yanez en su campana politica, y un dia, en el pequeno pueblo de Mascota, encontre dos maestros de escuela, muy jovenes... Eran maestros rurales. Ademas de ensenar, gastaban su sueldo en vestir y dar de comer a sus alumnos. Tenian una idea admirable de la condicion humana, y su actitud frente a la vida, era intachable, conmovedora, un cierto modo de ser que ninguno de nosotros literatos vanidosillos, podr iamos alcanzar. Entonces me di cuenta de la inutilidad de la literatura mexicana actual y de la falta de necesidad de todo lo que yo podria escribir. Decidi entonces dedicarme a la ensenanza y a la historia. No me malentienda, no soy anti-intelectual. Hay escritores mexicanos muy buenos, tanto que ya son universales y pronto los integrara la NOUVELLE REVUE FRANCAISE, hay poetas como por ejemplo Octavio Paz, que es un viajero incansable, pero lo que escriben ellos, ni mejorara el pais, ni lo cambiara, ni le dira nada. -¨Entonces que es lo que vale en Mexico? -Lo que vale son esas gentes, esos maestros que educan a los ninos humildes y logran que acaben su primaria y vuelven a la escuela para ensenar de nuevo a los mas pequenos anos tras ano. Lo que vale no es la esplendida Ciudad Universitaria (complemente ridicula, cuando se piensa en la miseria o en la ausencia de escuelas en el valle del Mezquital), sino aquellos hombres que, olvidandose de sus gustillos y placeres personajes se dan a los demas, a la ignorancia y a la suciedad, para tratar de mejorarlas. Ellos si saben algo por Mexico. Algo que es grande y valioso y noble. Como usted ve, Elenita, esta entrevista adolece de un defecto fundamental. No soy ya un entusiasta de nuestra literatura. Para serlo, necesitaria retroceder cinco anos de mi vida, y reunirme otra vez con mis amigos literatos, que se han quedado alli, creyendo que para un pueblo tan lleno de problemas como el nuestro, es muy importante seguir tanendo en soledad egoista una pequena lira oxidada". Y recordando que ahora es ferrocarrilero, y que el tiempo es un tren en marcha. Jose Luis Martinez saca su reloj y se despide de nosotros a tiempo para alcanzar el ultimo vagon... Asi era Jose Luis Martinez en 1953 cuando trabajaba en Ferrocarriles Nacionales, cuando aun no se convertia en uno de los grandes criticos de nuestra literatura y aun no escribia su monumental y extraordinaria biografia de Hernan Cortes. Hombre generoso y calido, todos los escritores mas jovenes somos deudores de Jose Luis Martinez quien siempre tuvo una palabra de aliento para cada uno de nosotros. Siempre recurri a sus luces y a su talento y lo entreviste innumerables veces. Era fogoso, apasionado y llamaba a las cosas por su nombre. El 25 de enero de 1954 insistio en la pobreza de nuestra literatura, despues de que su primera entrevista criticando a don Antonio Castro Leal armara en aquellos anos un merequetengue de padre y senor mio. *Escritora. .