SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: DEL CONTINENTE DEL TEATRO CABEZA: Manuel Puig: entre la complicidad y el rechazo CREDITO: BRUNO BERT Es frecuente que Mexico hospede a literatos de diversas nacionalidades en sus momentos dificiles, y a veces incluso estos se deciden por nuestro pais como espacio ultimo para su vivienda y trabajo. Asi sucedio tambien con el novelista y dramaturgo argentino Manuel Puig, fallecido aqui hace unos pocos anos y del que se montaran un par de obras en nuestro medio. La mas conocida y no solo en Mexico sino a nivel mundial fue sin duda la adaptacion que el mismo hiciera de su novela El beso de la mujer ar ana (1976). Era un material particularmente atractivo. Alli se daba un raro equilibrio de factores que dificilmente se conjugan en igual medida en el resto de su literatura: un reiterante volver sobre las peliculas populares de los treinta y cuarenta de origen sobre todo Hollywoodense o argentino; el tema de la homosexualidad: la confrontacion con una realidad de carcel y represion bajo un regimen militar y una urgencia de dignificacion propio de los setenta, profundamente sentida en los momentos mas san grientos de las dictaduras latinoamericanas. Una obra que podria servir como expresion de barricada de un maduro teatro gay, que sin embargo posee una calidad y solidez que la hacen interesante aun superando la coyuntura que le dio fama. El resto de su obra tiene un vuelo socialmente menos comprometido, aunque indudablemente importante, sobre todo para la literatura sudamericana, por la claridad con que utiliza todos los cliches verbales y de comportamiento de su clase media, en un contexto de aparente complacencia que en realidad es de una fuerte exasperacion frente a la mediocridad de esos espacios que fueron los de su propia infancia en un perdido pueblo de la provincia de Buenos Aires. Su constante recurrencia al cine proviene de sus estudios en el Centro Sperimentals de Cinematografia, en la Roma de los cincuenta, y sobre todo de esa fascinacion que alguna vez la pantalla produjo en ese mismo estrato social, al estilo de las que reflejara muy acertadamnte Woody Allen en su famosa La rosa purpura del Cairo; un titulo que por cierto no hubiera desdenado Puig. Una obra que aqui aun no hemos visto montada es Bajo un manto de estrellas, que se estreno exitosamente en 1982 en Rio de Janeiro bajo la direccion de Ivan de Albuquerque. Y es natural ese espacio, no solo porque Puig viviera un tiempo en Brasil, sino tambien porque conserva una fuerte afinidad con Clarice Lispector, una escritora brasilena, muy gustada en su pais, que utiliza raices similares y formas comunes para su literatura y que incluso tal vez haya influido en el escritor argentino, ya que lo precede en la fama. La ambigedad de tiempos, realidades y espacios es uno de los ambitos en los que mejor se maneja para su implicito discurso social sobre la clase media. Como una huida permanente de la identidad, forjando otra ficticia, a la medida de su miedo. De ahi la necesidad constante de identificacion con las formas mas estereotipadas de narracion en cuanto a lenguaje literario y tambien en su correlato cinematografico. Es la pintura de extensos sectores privados de un pensamiento y caracterizados tan solo por el men saje obsesivo de los medios masivos de comunicacion; con sus deformaciones culturales, su anoranza hacia la alta burguesia y un sentido de la estetica totalmente vinculado con lo kitsch. El sexo es una pulsion constante en todos sus trabajos, capaz de adquirir formas directas y crudas cuando es asumido por las clases mas populares, o una especie de destino pateticamente tragico de las heroinas de barrio (con referentes a la radio y telenovelas), constantes negadoras de cualquier sentido directo, abie rto y ludico del placer. Leer o ver en la escena el teatro de Puig cuando esta hecho con una inteligente comprension produce extranas sensaciones de complicidad y rechazo. Una lente deformante que devuelve lo esencial de una cultura oculto bajo el barroco decadente de sus formas. .