SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: El fanatismo en su esplendor mas ominoso CREDITO: EDUARDO LIZALDE* La impotencia de las organizaciones culturales y los organismos internacionales frente a la irracional violencia ideologica, y los actos criminales, de los integristas y fundamentalistas islamicos, es cada vez mas evidente En El Cairo, como lo informan cables de distintas agencias, numerosos intelectuales egipcios, entre los que destaca el novelista Gamal al Ghitani, han visto con terror que no solo amaina sino se radicaliza la intolerancia primitiva de los fanaticos religiosos que ocupan cargos de importancia en todas las instituciones y organismos de gobierno. A la ya antigua campana contra los intelectuales argelinos, egipcios, iranies y otros (entre los cuales cuentan ya los nombres de varios artistas y escritores asesinados por los fundamentalistas), se agregan nuevas condenas por apostasia, como la de Rushdie y Tashlima Nasreem, que solo en el exilio y bajo la proteccion de distintos gobiernos extranjeros han logrado sobrevivir. Las noticias sobre el asunto son tan numerosas, que la opinion publica mundial comienza a insensibilizarse acerca de ellas, y a toma rlas como "un mal de los tiempos" con el que hay que acostumbrarse a vivir. La accion "juridica" mas irritante y odiosa de las ultimas semanas es la consumada por la Corte de Apelacion cairota, que declaro al profesor Nasr Hamed Abu Zeid, culpable de "apostasia" y dicto una orden inapelable para que el condenado proceda de inmediato al divorcio de su esposa Ibtihal, que es tambien profesora de espanol y frances. La exigencia del divorcio se funda en la afirmacion de que la ley islamica "prohibe terminantemente a las musulmanas casarse y convivir con apostatas". El mas consciente y civilizado sector del mundo cultural y politico en El Cairo, ha protestado energicamente contra este salvaje precedente de los fanaticos incrustados en el tribunal de la Corte, pero otros sectores universitarios y politicos respaldan abiertamente la medida: el profesor Abbdel Sabud Shahin aplaudio el dictamen de la Corte contra Abu Zeid y amenazo con volverlo a denunciar a el y a todos los que escriban obras que atenten contra la pureza de la "unica y verdadera fe". Otros intelectuales egipcios han afirmado que el gobierno de El Cairo se encuentra aterrorizado por los fanaticos islamicos, y que comete la debilidad imperdonable de someterse a los fallos bestiales de los integristas para defender la imagen de su propia "pureza religiosa". El periodista y escritor Abdel Hammuda, indignado, ha dicho sobre la condena de Abu Zeid: "Este acto abre las puertas del infierno a nuestra sociedad". Sentado legalmente el precedente de una condena tal, las cortes pueden aplicar el "s haria", ley islamica que declara absolutamente legal el derramamiento de sangre de cualquier apostata que se haya negado en tres ocasiones a arrepentirse de sus blasfemias. La inquisicion de los mas oscuros, primitivos y brutales tiempos del medievo occidental parece junto a todo esto un simple y democratico, cuando mucho algo cruel juego de ninos. Por otra parte, en Teheran, y pese a la reticente pero razonable reaccion del gobierno irani, tampoco parecen tener una respuesta convincente los 15 gobiernos de la Union Europea que han presionado oficialmente (desde el pasado abril) para que Iran se comprometa por escrito a no organizar, en ningun territorio del mundo, accion alguna contra la persona de Salman Rushdie, condenado a muerte tras el fatwa emitido hace seis anos por el Ayatola Jomeini. El viceministro de Relaciones Exteriores de Iran prometio al grupo de los 15 de la UE la entrega de una carta con la que su gobierno piensa que las exigencias de los paises occidentales seran satisfechas. No solo han exigido Alemania, Francia, Espana e Inglaterra que cesen las acciones contra Rushdie, sino que el gobierno irani se comprometa a respetar puntualmente los principios del derecho internacional y condene abiertamente el terrorismo en todas sus formas de expresion. Pero dirigentes politicos y religiosos iranies han desconocido claramente la decision del gobierno, afirman que el asunto no es de la incumbencia de los politicos sino de los religiosos y, en el diario Kayhan, concluyen: "Ignoramos lo que ocurra en nuestras embajadas, pero sabemos que Rushdie y sus complices no conseguiran escapar a la muerte... los europeos deben saber que, los hombres que decapitaran a Rushdie, no han de ser nuestros embajadores y diplomaticos, sino nuestros revolucionarios combati entes mudyahidin que luchan por la preservacion de nuestra fe." En esta selva vivimos cuando la humanidad, gloriosamente prospera y miserable, se halla a punto de poner el pie en el tercer milenio de la era cristiana. *POETA Y ESCRITOR .