SECCION ECONOMIA PAG. 7 CREDITO: ENRIQUE CONTRERAS MONTIEL* CABEZA: Historia empresarial y LFT/II Hoy se concreta un relevo mas en el Consejo Coordinador Empresarial. Los problemas que tendra que afrontar Hector Larios como presidente del organismo cupula de la iniciativa privada, son muchos, pero hay uno que sintetiza la historia de las relaciones entre empresarios, trabajadores y gobierno: los cambios a la Ley Federal del Trabajo. La necesaria reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) no puede ser producto de un capricho unilateral de sectores y clases sociales, sino parte de un proceso historico de adaptacion a los requerimientos del mundo moderno. Pero la reforma a la LFT, hoy en Mexico, es un nudo gordiano, indescifrable, y no tanto por las implicaciones laborales que trae consigo, sino por la incapacidad de las partes para encontrar un punto intermedio de entendimiento que reivindique la historia nacional con los mecanismos de n egociacion entre los factores de la produccion (lease empresarios y trabajadores). En realidad la dificultad para reformar a la LFT surge no en el mercado laboral, sino en la articulacion politica en que se han dado los factores de la produccion con el resto de la sociedad. De hecho, las posiciones mas consistentes que se pueden decantar en los grupos empresariales tienen mucho que ver con su origen. Los principales grupos de poder surgieron a finales del siglo pasado. La primera camara empresarial se formo en 1874, aglutinando a los comerciantes en la Canaco de la Ciudad de Mexico. Sin embargo, en aquel primer impulso organizador del ultimo cuarto de siglo pasado en el que se formaron varias camaras, solo sobrevio la Canaco, la de los comerciantes de la Ciudad de Mexico. Fue, no obstante, la revolucion mexicana la que reordeno la vida social y politica de la Nacion. Aun cuando ya en 1908 se habia establecido con Limantour un principio legislativo alrededor de las camaras empresariales, fue hasta 1917 y 1918, bajo la iniciativa de Alberto J. Pani, cuando se formalizo el pacto politico mediante el cual pasaron a ser las Camaras confederadas la unica forma de acceso al Estado. Hay que hacer notar que cuando se establecio la Ley Federal del Trabajo, a iniciativa de Luis G. Sada, que en el nombre lleva el pecado del grupo al que pertenecia, en la asamblea de la Concamin de 1929 se planteo responder a aquel paso que se habia dado formando un sindicato patronal. Fue asi como nacio la Coparmex bajo la direccion de su promotor Luis G. Sada, con un animo combativo para buscar contrabalancear el peso de las organizaciones de trabajadores. Lazaro Cardenas dio una vuelta mas a la tuerca de la historia de las relaciones laborales al hacer la Ley de Camaras del 27 de agosto de 1936. Fue entonces que las camaras quedaron establecidas legalmente como organos de consulta del Estado. Habia, pues, fuertes intentos por meter a los empresarios al aro de las decisiones del Estado, lo que se logro en 1941. En aquel ano, efectivamente, se volvio a legislar y se anadio la afiliacion forzosa de los empresarios a las camaras y de estas a las confederaciones. Pero el golpe maestro lo represento la aparicion de una nueva camara, la Canacintra, que bajo el argumento de un espiritu nacionalista reinvindico su acercamiento al Estado y su rechazo a la inversion extranjera. Esta camara se formo 3 meses despues de que se promulgo la Ley de Camaras que hoy sigue vigente, el 3 de mayo de 1941. Su exito fue rotundo, porque para 1942 contaba ya con mil 684 afiliados y para 1943 con 5 mil. Por supuesto, el exito de Canacintra opaco el descontento de las confederaciones y del sindicato patronal, de los cuales Concanaco y Coparmex promovieron un amparo en su contra. La posicion nacionalista de Canacintra la redondeo con el primer acuerdo obrero patronal de la historia de Mexico firmado entre esta camara y la CTM, el 7 de abril de 1945. Hasta aqui hay tres aspectos a destacar del relato: primero, la intencion clara de maniatar las posibilidades de movilidad de los empresarios por parte del Estado; en segundo lugar, el proceso de politizacion de las relaciones laborales; y en tercer lugar, el contexto tecnologico. Sobre este ultimo punto hay que agregar que Mexico nacia a la era industrial en un momento en que el fordismo era la version tecnologica y de organizacion de trabajo predominante en la empresa. Ello significa que la tendencia era a la creacion de los grandes elefantes industriales que producian en linea para las clases medias que en masa se iba incorporando al mercado de los consumidores. Pero tambien ese contexto dio pie para hacer un dibujo de los sectores que coexistia entre los empresarios. En la decada de los cincuenta, un investigador estadounidense, Sanford Mosk, publico un trabajo, "La revolucion industrial en Mexico", en el que aseguraba que habia surgido en el pais un "nuevo grupo" de industriales. Segun Mosk, el "viejo grupo no constituye un cuerpo unificado con un programa positivo", en tanto el "nuevo" tenia las cualidades de preocuparse por el bienestar de los obreros e impelia un impulso emprendedor al desarrollo del pais. A principios de la decada de los sesenta se realizaron trabajos preparativos para reformar la Ley Federal del Trabajo. El Presidente de la Republica designo una comision para preparar el anteproyecto. Pero los trabajos se suspendieron y no fue sino hasta 1967 cuando se reanudaron, ya en el gobierno de Gustavo Diaz Ordaz, quien volvio a designar a la misma comision. Ese proyecto fue presentado ante la Camara de Diputados en diciembre de 1968 con el nombre de Nueva Ley Federal del Trabajo. El contenido de la NLFT resultaba, segun los comentaristas de la epoca, muy favorable para los trabajadores, pues en ella se incluian nuevas prestaciones. Ese fue quiza el punto culminante de una fase de la historia de las negociaciones. Aunque en la misma epoca se empezaron a poner de moda las comisiones trilaterales de negociacion, de la cual su principal exponente fue la Comision Nacional Tripartita, misma que introdujo el salario de emergencia, tambien son anos de fricciones y conflictos muy fuertes que, incluso, condujeron a la reorganizacion de los empresarios al formar el Consejo Coordinador Empresarial en mayo de 1975. Con la declinacion de aquella decada tambien se fueron apagando las posibilidades de un tipo de negociacion laboral caracterizada por las relaciones politicas. Forma de negociacion factible hasta entonces y que dio origen y sustento a la LFT. La decada de los noventa ha sido, no obstante lo anterior, de busqueda de nuevas formas de entendimiento y concertacion entre los sectores. El contexto basico de esa busqueda lo constituyen las condiciones propias de las unidades productivas, lo que resta importancia a las negociaciones cupulares. Esa discusion se ha dado principalmente en los "Pactos" y se ha concentrado alrededor de la productividad del trabajo como medida del incremento salarial. Planteada la discusion de esa manera, las implicaciones sobre la Ley Federal del Trabajo son la introduccion, fundamentalmente, de la flexibilidad y movilidad del trabajo. Ha sido precisamente en ese terreno donde la Coparmex ha elaborado el discurso mas persistente y consistente alrededor de esa tesis, con lo cual parece haber buscado recuperar la capacidad de liderazgo con la que nacio y que tampoco pudo cubrir el CCE. Hay que entender que las camaras y las confederaciones que las agrupan son organos de consulta del Estado, por lo que cuidan mucho que sus posiciones no tengan una traduccion politica directa. Sin embargo, entre las propuestas que fueron presentadas para el nuevo plan de gobierno, la que ofrece la reforma a la LDT mas radical fue signada por Coparmex, Concanaco y Canacintra. Concamin, por su parte, tradicionalmente ha hecho su propuesta de politica industrial a los candidatos electos, y quiza por esa razon no pudo ponerse de acuerdo con las otras organizaciones empresariales. Por lo pronto, es un hecho que la LFT del trabajo tiene que cambiar para responder a las condiciones de las unidades economicas. Ello, por supuesto, implica tambien la reorganizacion de las relaciones laborales y las organizaciones gremiales en un sentido mas participativo tanto en los procesos economicos como en la vida interna de los gremios. Es decir, la parte dura de la reforma. 1 Carlos Arriola Gong, "La Concamin", en Historia y desarrollo industrial de Mexico. Ed. Concamin, Mexico, 1988, p. 284. .