SECCION: ESPECTACULOS PAGINA: 39 BALAZO: HETERODOXIAS CABEZA: Los pasos recientes de Bill Frisell / y II CREDITO: DAVID CORTEZ Es un dia de mayo de 1995. En el extremo izquierdo Kermit Driscoll pulsa su bajo, al centro Joey Baron acaricia-aporrea su bateria, a la derecha Bill Frisell y su guitarra dirigen al trio. A sus espaldas, una gigantesca pantalla muestra escenas de un filme de Buster Keaton. El sitio fue la pequena ciudad de Victoriaville en donde el Festival International de Musique Actuelles (FIMAV) celebro su doceava edicion. Dias antes, en abril, el guitarrista estreno el Concerto for Guitar and Symphony Orchestra escrito por el compositor Steve Mackey. Pero regresemos al FIMAV en donde un nada espectacular Frisell da una exhibicion de virtuosismo y suscita una cadena de preguntas: ša donde van las notas de su guitarra una vez tocadas?, šes diferente el aire que las acoge?, šexiste algo mas suave y mullido que el sonido de su guitarra? El sonido es volatil, pero en la guitarra de Frisell esa cualidad parece atenuarse, las notas se expanden, van mas alla de su resonancia natural; como una bailarina, efectuan movimientos lentos, envolventes. A la cola de un sonido se pega el principio de otro y asi sucesivamente hasta tender un gran manto, un enorme lienzo en el cual Kermit Driscoll y Joey Baron aplican el fondo una capa de blanco deslumbrante para que luego Frisell se explaye en el colorido. En Go West (Nonesuch, 1995) la inspiracion ha sido el filme de Buster Keaton y aunque la musica se supedita a las imagenes en ocasiones hasta ser constrenida por estas posee al mismo tiempo vida propia: va de la melancolia a la alegria desenfrenada, recupera los estereotipos del viejo oeste americano pero al tomarlos como punto de partida los reelabora. Frisell es, en su persona, un norteamericano convencional, pero su musica tiene un caracter universal, sobre todo por que no recurre a la obviedad de hecho la desconoce y sus composiciones son sorpresivas, aunque en esta ocasion carecen de la chispa adicional, probablemente porque el ritmo viene dado del exterior. La formula es inspirarse en el celuloide y Keaton se repite en The High Sign/One Week (Nonesuch, 1995). El estilo permanece incolume, de hecho bien podria haberse tratado de un album doble en vez de ediciones separadas, pero aqui se respira un aire mas ludico, la guitarra de Frisell se viste con una picardia desusada y retoma un motivo para diseminarlo a lo largo de la obra. Driscoll y Baron saben apoyar, pero su labor no se reduce a ello, ambos contribuyen decididamente a consolidar las atmosferas, a veces con mesurados solos, otras construyendo lineas paralelas al guitarrista, las menos replegandose. Go West y The High Sigh/One Week son un par de trabajos que rezuman perfeccion, una muestra de como el jazz bebe de diversos afluentes a fin de alcanzar metas, pero ante todo son un testimonio personal de un guitarrista creativo que desconoce las fronteras y para quien la conclusion de un proyecto marca siempre el inicio de uno nuevo. .