SECCION: CULTURA PAGINA: 35 CABEZA: El mundo a la distancia CREDITO: EDUARDO LIZALDE* Hurgando en los textos de los jovenes exiliados que publican la revista Fe de Erratas en Chicago (me referi a ella en la nota anterior), me he encontrado con otras sorpresas. En el cerrado universo de ese grupo de escritores jovenes, que editan la revista "para preservar entre los suyos el uso del buen castellano", entre otras cosas, es visible la generalizada insistencia de los temas que aluden a la nostalgia del pais nativo, a la incomunicacion dificil y obligada con los integrantes de aquel melting pot, puchero o sopa de razas y nacionalidades que conforman aquellas complejas ciudades. Todos los escritores, aun los que residen en su pais, son de algun modo peregrinos en su patria (como titula uno de sus volumenes Octavio Paz, cobrando el titulo de Lope); todos resienten la expulsion de algun paraiso infantil, familiar, cultural, religioso o social, perdidos para siempre. Basta observar las obras de los grandes exiliados de la literatura en el siglo XX, para confirmar como ya se ha dicho qu e sus libros no hacen sino bordar y rebordar en los paisajes, los mundos, los personajes, la lengua, las calles, las ciudades del territorio nativo. En el numero de enero de 1995, encuentro en la revista Fe de Erratas un notable, solido y bien escrito ensayo de Omar Plaza: "Los convergentes senderos del autoritarismo", que curiosamente es una defensa de Mario Vargas Llosa y su Lituma en los Andes, y una discusion con el filosofo Juan Nuno, que acaba de morir hace unas cuantas semanas. Tras leer las 10 o 12 paginas del articulo, me pongo a buscar en los creditos de la revista los datos de Omar Plaza, y recibo una segunda sorpresa: murio hace medio ano, el 21 de noviembre de 1994 en Chicago, era un quiteno, de Ecuador, y habia nacido apenas en 1974. En la ciudad norteamericana residio los ultimos tres anos de su vida. Todo su ensayo es una reflexion, y una discusion con el autoritarismo y los autoritarios de distintos signos ideologicos, pero principalmente con los de la izquierda ultramontana de la linea peruana Sendero Luminoso y sus perniciosas utopias. Tambien es curioso que el joven Plaza, en la apasionada defensa de Vargas Llosa, justificadamente admirado, se ensane con Juan Nuno, a quien coloca entre los autoritarios. Creo que no conocio mucho de las obras y las opiniones de Nuno, que nada tenia de autoritario y que, por lo contrario, era un critico feroz de los utopistas del socialismo cientifico y del marxismo (aqui lo saludamos y oimos en las sesiones convocadas por la revista Vuelta hace unos anos). Independientemente de eso, el articulo de Plaza, que es hoy un debate entre dos desaparecidos, es certero. En la propia revista Vuelta, aclara el autor, descubrio una resena de Juan Nuno sobre El jardin de las dudas, de Fernando Savater, en la que el critico expresaba su "profundo desconcierto por el hecho de que el Premio Planeta le hubiera sido concedido a Mario Vargas Llosa (por su Lituma) y no a Savater", por el libro anotado. Nuno, prosigue Plaza, "se refiere a Lituma... com o una novela demasiado regionalista, indigenista y folclorica". Ofende al joven ecuatoriano que el filosofo, "con arriesgada premura", llamara indigenista y regionalista a una novela que lo remitio "a esquemas ampliamente superados, como Clorinda Mato de Turner y Enrique Lopez Albujar; modelos demasiado ingenuos para un escritor que debe gran parte de su fama actual a la madurez de su estilo, a una vision profunda de la realidad circundante, de lo cual da contundente prueba la magistral novela Conversacion en la Catedral, faro novelistico dificil de superar, mues trario de fracasos y desesperanzas en los tiempos que preceden al sueno de la revolucion latinoamericana." La buena pluma, la cultura y el talento se perciben en el articulo de este joven ecuatoriano, evidentemente dotado para la literatura y para la critica, y muerto a los 20 anos (ignoro en que circunstancias). Me confunde hallar una ficha contradictoria en el numero 10 de la misma revista (mayo de 1995), donde se repite la ficha de Omar Plaza, como "residente en Chicago hace tres anos". En ese mismo numero 10 se publica otra colaboracion del joven ecuatoriano, a la que titula La inmortalidad de los objeto s, que es una reflexion filosofico-poetica sobre la razon de ser de las cosas en estado simple (natural) y la de las cosas "compuestas de otras cosas, con un fin especifico, preconcebido por la imaginacion humana". Triste es la desaparicion de este escritor que apenas despertaba, rememorando a la distancia su mundo, y rumiando las realidades literarias y politicas de su patria y su region, que no pasan de ser en la ciudad laberintica donde le toco morir en el exilio, sino tambien peculiaridades y latinoamerican curious. * Poeta y escritor. .