SECCION INF. GRAL. PAGINA 3 CABEZA: CREDITO: Carlos Sirvent Con todo y las criticas que los planes nacionales de desarrollo han suscitado por parte de las organizaciones de oposicion, constituyen en manos de la sociedad los unicos instrumentos de evaluacion sexenal que pueden aplicar los ciudadanos al presidente de la Republica. Frente al PND hay al menos dos actitudes de oposicion que parecen criticas y que en realidad se vuelven apoyos callados. La primera consiste en afirmar que es un documento plagado de buenos deseos irrealizables, y que por tanto no vale la pena referirse a el; la segunda encuentra en el PND un documento sin consenso por ser una propuesta del Ejecutivo federal, y por tanto no merece la atencion de los partidos politicos. En ambos casos, el error esta en ignorar o hacer el vacio al PND, ya sea por tener exceso de compromisos o por defecto de consensos, olvidando que lo realmente relevante es que en manos de una sociedad activa y operante es el medio para llamar a cuentas y evaluar politicamente al Ejecutivo federal una vez que concluye su sexenio. El PND 1995-2000 es particularmente importante porque, ademas de ser un instrumento de evaluacion democratica que guia la accion del Ejecutivo federal, presenta un cambio de perspectiva respecto a los planes anteriores, al poner en primer lugar las reformas de las instituciones. Al menos en los dos ultimos sexenios, los planes se han fincado en grandes pronunciamientos, en perspectivas de conjunto y en el reconocimiento de la necesidad de cambio y modernizacion. Sin embargo, no han pretendido presentar medidas concretas o reformas puntuales, que con el tiempo van apareciendo como acciones a lo largo del sexenio y que se sistematizan en los informes de gobierno y en los llamados informes de ejecucion del plan. Esta concepcion del PND como gran propuesta ideologica les da a los presidentes la posibilidad de maniobra y eventualmente de alejamiento y hasta olvido de sus compromisos; en cambio, en el PND presentado por Ernesto Zedillo no existe este espacio de maniobra. El documento contiene compromisos puntuales, no grandes pronunciamientos ni retorica historicista, sino reformas a las instituciones. El mejor ejemplo lo constituye su propuesta politica, y en particular su oferta de reforma electoral, que es la que alcanza una presentacion mas acabada. Zedillo aborda el tema a partir de dos estrategias basicas. En primer lugar, el pronunciamiento a favor de los partidos politicos, entendidos como los protagonistas de la vida electoral y a partir de los cuales se construyen los consensos de la reforma; en segundo lugar, el pronunciamiento por una democracia compuesta por mayorias y minorias, y por tanto c on derechos de formar parte del gobierno. A partir de estos dos principios basicos convoca a todos los partidos politicos a contribuir a una reforma electoral que revise siete temas principales, que son los siguientes: 1. La composicion de los organos electorales, que deben preservar el principio de corresponsabilidad de los poderes publicos, los partidos y los ciudadanos, con el fin de dotarlos de plena autonomia. Aqui, el presidente se inclina a favor de la creacion de un organo electoral que forme parte del Estado, pero que ello no signifique que sea un organo en manos del Ejecutivo. 2. La seleccion de los funcionarios electorales, con el objetivo de apoyar su profesionalizacion, imparcialidad y reconocimiento publico, exigiendo austeridad presupuestal y disciplina en el gasto. 3. La equidad electoral, que es uno de los grandes problemas y criticas a las elecciones mexicanas, que a su vez se divide en cinco grandes temas, que son: la necesidad de debatir sobre la categoria de equidad a fin de diferenciarla de la igualdad; perfeccionar el sistema de financiamiento, otorgando de manera equitativa el financiamiento que otorga el Estado, que debe predominar sobre las aportaciones privadas; establecer topes a los gastos de campana; vigilar los ingresos y gastos de los partidos, y abrir de manera equitativa los medios de comunicacion a los partidos y candidatos. En estos siete temas, Zedillo recoge en el PND las propuestas que hizo en tiempos de campana, que despues menciono en su discurso de toma de posesion y que en enero pasado asumieron los partidos politicos al firmar el acuerdo para avanzar hacia una reforma electoral definitiva. Son propuestas que, para decirlo de manera simple, se articulan alrededor de dos tesis basicas: autonomia del organo electoral y equidad en la competencia, que son justamente las demandas ciudadanas mas reiteradas en los comicios. Dentro de seis anos, gracias al compromiso establecido ahora, veremos si el Ejecutivo Federal pudo alcanzar la meta que se propone de hacer comicios plenamente creibles y equitativos. Por ahora, el reto de todos es obligar a que tales compromisos se lleven a cabo. .