SECCION CULTURA PAGINA 31 CABEZA: La nostalgia y los muertos CREDITO: EDUARDO LIZALDE* Hemos viajado mi esposa y yo con nuestro cordial pero a veces absorbente amigo Enesimo Nemo, que la verdad de las cosas se convierte a veces en una remora, porque se quiere pasar la vida en los conciertos (que no habia muchos) y, a falta de ellos, en infinitas tiendas como Rose Records, Musicland o Rizzoli, en el babelico edificio de la Water Tower. Ya habran visto ustedes que se ha ocupado del mundo musical de Chicago en sus ultimas cronicas. Por mi parte, y pese a la persecucion de Enesimo (que aqui entre nosotros sabe menos de opera de lo que el supone), incursione en otros medios, acompanado por los jovenes poetas Antonio Deltoro, Veronica Volkow, Aurelio Asiain y Luis Ignacio Helguera. Nos reunimos con un grupo de escritores latinos y mexicanos, que editan en Chicago la revista underground Fe de Erratas, muy bien impresa y escrita en espanol. Me han sorprendido muchas cosas, leyendo dos o tres numeros de esa publicacion, cuyos colaboradores de origen chileno, nicaragense, cubano, hondureno, ecuatoriano, espanol o mexicano, en ningun casi escriben en "spanglish" (jerga contra la cual nada tengo siempre que quienes la usen hagan con ella algo literalmente decoroso). Entre estos narradores, ensayistas y poetas (casi ninguno de ellos llega a los 35 anos de edad), hay varios cuyos trabajos merecerian comentario mas cuidadoso, como el muy afortunado Ensayo de maneras o tiempo de sobra, del nicaragense Ricardo Armijo, uno de los mayores (nacio en 1959), que radica en Chicago desde 1991; o como los poemas del espanol Eduardo Urios-Aparisi (nacio en 1964). Me ocupo aqui de un texto de Raul Dorantes (que nacio en Mexico en 1968 y reside en la ciudad norteamericana desde 1987): son unos Apuntes para el 31 de octubre, Dia de los muertos, como el lo titula, aunque como sabemos, esa "fiesta" comienza al dia siguiente. La cronica de Dorantes es mas una reflexion sobre las nostalgias del pais nativo (como la de Armijo), una radiografia de las obsesiones y las costumbres de los exiliados, y se halla trazada con pericia y agudeza. "¨Por que se empenan los inmigrantes mexicanos en enviar sus difuntos a su tierra? ¨Incinerarlos en Chicago no es mas practico y economico que esos viajes de familias enteras? Idilio tercermundista quiza, lo cierto es que preferimos los funerales a la mexicana, y aqui son imposisbles. En Chicago alguna noche llegamos a descubrir que no existen los velorios; la palabra wake ("to vigil over a corpose at night") ha dejado atras su significado. Los funeral homes cierran a las 9 pm y los fa miliares tienen que regresar hasta el proximo dia a las 10 de la manana. Y realizar velorios en casas particulares es una violacion al codigo sanitario." Hace notar Dorantes, enseguida, que la mayoria de los inmigrantes proviene del campo mexicano, donde esta muy viva la costumbre religiosa de "hacer vigilia ante los difuntos". Es nuestra Nostalgia de la muerte, que dijera el poeta Villaurrutia, y bien parece que los exiliados de Mexico emigran con su muerte a cuestas, y regresan con ella a su terruno, como los habitantes de nuestra real Comala. Y continua: "A pesar del gasto generoso, los deudos prefieren enviar a sus muertos, que asi queden para siempre con los suyos. Los inmigrantes mexicanos envian a sus difuntos porque quieren lo mismo para ellos; si uno no regreso a tiempo, por lo menos (que lo haga) a deshora. Nada mas angustioso que la muerte por estos lados." Asi, con esa sencillez, describe Dorantes la tragedia mas honda del transterrado: se viaja a otro mundo sin contar con que arrastramos nuestra propia muerte en la maleta. Un dia la abrimos, y alli esta, de cuerpo presente: "La muerte aqui es precisamente una sorpresa, una posibilidad que jamas se considero al momento de emigrar. Cuando se canta: que me entierren en la sierra, es obvio que sabemos cual sierra. Los inmigrantes toleran las redadas de la migra, el abuso de los patrones, el gandallismo de los que llegaron primero y ya se acomodaron, pero el angustioso gusano del retorno, de golpe nos invade y nos carcome poco a poco." Y toda la revista (es el universal, eterno tema del retorno) esta permeada por la misma obsesion del avecindado a medias, del que se resiste a morir en otro mundo, del que no ve la suya. Mucho mas dice la nota de Dorantes, en su analisis del alma del barrio de Pilsen, hoy el mexicano, y antes residencia de polacos, croatas, lituanos, irlandeses y germanos, cuyos hijos salieron del barrio al crecer para confundirse en el melting pot americano (la "sopa de razas" americana, precisamente). * POETA Y ESCRITOR .