SECCION INF. GRAL. PRIMERA DE PRIMERA BALAZO: EL EMBARGO NADA RESUELVE, AFIRMA EN LA HABANA CABEZA: PIDE CSG LEVANTAR EL BLOQUEO A CUBA SECUNDARIA: "Actitud generosa de ustedes hacia la guerrilla en Chiapas" CREDITO: PABLO HIRIART, ENVIADO La mirada penetrante en el rostro sin arrugas iba de Salinas a Tello, de Jaime Serra a Carlos Ruiz Sacristan, en la mesa de honor de la comida que acabo siendo el breve espacio para las "platicas privadas" entre ambas comitivas, a la vista y oidos de periodistas nacionales y extranjeros. "Es que fue brillante decretar el cese al fuego y proponer el dialogo como via de solucion para el conflicto", dijo. En la Casa del Protocolo numero 5, bajo la sombra de unos flamboyanes descomunales, Fidel Castro narraba su propia experiencia con la guerrilla, con la autoridad de haber estado en los dos lados de la trinchera. Ahora, con la barba casi enteramente blanca y algunos mechones grises, miraba hacia atras, al inicio de su camino, en un tribunal de La Habana, donde hacia 40 anos habia asegurado a sus jueces que la historia lo absolveria. Cuando la revolucion habia triunfado el gobierno cubano se enfrento a la guerrilla de Escambray, y Castro lo recordo como una ardua lucha de cinco anos, en tierra pareja, en la que tuvo que emplear a 50 mil soldados para "hacer la cuadricula" y revisar casa por casa hasta encontrar y acabar con el nucleo duro de la guerrilla, que en total no superaba el numero de 50. "Si, 50 mil tuvimos que emplear para terminar con 50 guerrilleros", decia Fidel Castro, que ya habia acabado con la nieve de vainilla y mecia en su copa el resto generoso de un Faustino I, espanol. "El cese al fuego y el dialogo que ustedes propusieron fueron una decision acertada, brillante, pues de lo contrario habrian entrado en un gran problema que les hubiera tomado muchos anos resolver, quiza cinco tambien, y con resultados inciertos", aseguraba Castro, sentado en la mesa con el senador Miguel Aleman Velasco y el empresario Romulo OFarrill. Con las dos manos, que se agitaban extendidas del pecho hacia el cuello, Fidel recalcaba el asombro, pues le resultaba dificil concebir la enorme campana internacional contra Mexico durante los diez primeros dias de enero: "fue muy grande, desproporcionado para el tamano del problema". Echo la cabeza hacia atras y se meso la barba con la punta de las unas largas y filosas: "yo creo que influyo en la opinion publica mundial el hecho de que estuviese tan reciente la fecha de los 500 anos de la llegada de los espanoles a America". "Acertada, brillante decision", repetia Castro, ante las miradas y oidos cada vez mas proximos de quienes, despues sabria el anfitrion, eran periodistas interesados en sus palabras. "Y es que no hay manera de que un ejercito regular pase sin dejar destrozos", aseguraba con la experiencia de haber combatido a la guerrilla casa por casa, "en cuadricula". "Y ustedes, con las elecciones encima, y una reaccion internacional que parecia llevar el proposito deliberado de aislar a Mexico: lo mejor fueron la tregua y el dialogo", sostuvo Castro, que desde hace varios anos ya no fuma puros. Ensalada de pepinos con jitomate y pechuga, pollo, cerdo, pescado y "moros y cristianos" frijoles con arroz fueron puestos en viandas para que los comensales tomaran con sus manos lo que quisieran, pues desde hace muchos anos aqui cada quien se sirve solo. Entonces veiamos a Carlos Slim hacer la fila para los frijoles, sudoroso pero sonriente, pues en La Habana se le conoce mas de lo esperado. Un ex ministro, ahora asesor economico de Castro Ruz, Jose Ramon Fernandez, es el primero en saludarlo y llamarlo por su nombre. Luego le siguen otros. Y eso que el no hara el macroproyecto telefonico para enlazar a la isla con el resto del mundo. Quien hara eso tambien esta presente, ahi, con el ultimo lider comunista en el poder: el regiomontano Javier Garza Calderon. En el avion presidencial venia su hijo, Javier Garza Sepulveda, con el maletin y los documentos listos para firmar el proyecto telefonico, que tendra un costo de mil 400 millones de dolares. Y en la mesa fluia la platica, casi unilateral de Fidel Castro. Bromeaba a Jaime Serra Puche por los aranceles de hasta mil por ciento impuestos a los productos chinos que entraban con dumping al mercado mexicano: "Yo cuando vi eso puse mis barbas a remojar", dijo Castro con la risa en los labios, y recibio una amplia respuesta del secretario mexicano de Comercio sobre la cooperacion de Mexico hacia Cuba en algunos productos concretos. Luego Fidel Castro volteo a ver a Carlos Tello Macias, el embajador mexicano en Cuba, que reemplazo a Beatriz Paredes Rangel. "Que buenos embajadores de Mexico en Cuba. Siempre, siempre ha habido embajadores de primera de Mexico aqui", dijo y vienen a la memoria, tambien, los nombres de Gonzalo Martinez Corbala y Mario Moya Palencia, entre otros. Si, son tan buenos que por eso nos los llevamos a Mexico repuso el presidente Carlos Salinas de Gortari. Un funcionario del protocolo cubano se aproximo al oido de Fidel Castro para recordarle que ya se habia pasado la hora para el inicio de las platicas privadas. "Las platicas las estamos realizando aqui en la sobremesa", contesto el presidente cubano y se dirigio a su invitado: "¨tu tienes prisa, Carlos?, yo tampoco", y pasaron ofreciendo la cohiba y cigarros de tabaco negro que Santiago Onate tomo con una mezcla de gusto y de curiosidad. La conversacion seguia. Ustedes han oido esta platica privada con toda libertad dijo Castro de buen humor a los reporteros que circundaban cada vez mas proximos a la mesa. Tanto que la seguridad cubana pidio elemental distancia para que se respete lo "privado" de las conversaciones. Despues de las tres de la tarde abandonamos esa enorme y bella casona con persianas de madera donde seguramente hubo fiestas de antologia durante los gobiernos anteriores a la revolucion. Hasta podria uno imaginar los vestidos largos de olan que pasearian zigzagueantes damas de la alcurnia cubana, con sombreros tambien blancos y rosas que acabarian ensopados por uno de esos vendavales imprevistos del Caribe. "Esta zona es Cubanacan", y aqui "vivia la alta burguesia", explica seguro y firme un oficial cubano, con la misma energia que minutos mas tarde empleo para que dejaran pasar al canciller Manuel Tello al centro de convenciones, pues "no traia gafete" y los de seguridad tienen instrucciones de pedir identificacion. "Hasta nos ha pasado con el comandante...", apunto. Y de ahi, a la embajada de Mexico, a reunirse con la escasa colonia mexicana residente aqui. Una casa aun mas grande que la del Protocolo numero 5 del gobierno cubano. Ahi, emotivas y cargadas de sentido, las palabras del presidente Salinas. "La sola visita del Presidente de Mexico es una declaracion: visita de largos y profundos contenidos", dijo el mandatario mexicano, quien recordo, "para que no se olvide", que "Cuba esta en el animo y en el corazon de los mexicanos". Finalmente, Fidel Castro, quien aseguro haber batido un record digno del libro de Guinnes: la brevedad de su discurso: solo seis parrafos para agradecer la "valiente visita, porque en los tiempos que vivimos visitar Cuba es un acto de valentia: el presidente de Mexico ha llevado a cabo un acto de valentia que todos admiramos". Terminaba asi una visita oficial de seis horas a Cuba y el avion Presidente Juarez enfilo rumbo al sur, hacia Cartagena de Indias, donde el presidente Salinas llego por la noche. La ciudad amurallada de Cartagena tiene la estampa de viejo senorio. Pasamos junto al convento de Santa Clara y en las calles buscamos la larga caballeria de Sierva Maria, que no aparecio por los rumbos del mercado. Pero en el muelle estaba un lanchon blanco con un tripulante de pelo ensortijado y sonriente: Gabriel Garcia Marquez, que se llevo al presidente Salinas y a su esposa, Cecilia, por las aguas mansas del mar Caribe. .