SECCION CULTURA PAGINA 32 CABEZA: Tan lejos del cielo y tan cerca de Hollywood CREDITO: Hector Orestes Aguilar s costumbres del otrora alado y melancolico Bruno Ganz transformado en bonachon padre de familia, pizzero multilinge que atiende un local de comida italiana; se involucra paulatinamente en los conflictos de una familia berlinesa dividida por la guerra y se pasea por lugares insolitos, como el despacho donde Mijail Gorbachov escribe, y una exposicion de dibujos del actor Peter Falk en la capital prusiana. Hasta ahi toda va bien. Vale decir, hasta ese momento Wenders sigue siendo fiel, de alguna manera, a su proyecto primigenio, dejando que el desarrollo argumental siga un curso aleatorio. Justamente una de las razones que habia convencido a Falk para intervenir en Las alas del deseo era la de trabajar sin un guion inamovible, como lo habia hecho antes en alguna de las cintas que protagonizo para John Casavettes. Para mala fortuna de todos (el cineasta y los espectadorees, sobre todo), en esta pelicula las apariciones del inspector Columbo, de Lou Reed, de Willem Dafoe en uno de sus clasicos papele s de gandalla y de Nastassja Kinski como angel de la guardia del angel Cassiel resultan gratuitas, pretenciosas, y aun enfadosas si se atiende al final moralista, sentimentaloide y fallidamente parodico. Queda a los criticos de cine juzgar con mayor amplitud y conocimiento la pelicula. Tan lejos y tan cerca guarda, para el viajero y el cronista de ambientes, la gran virtud de capturar varios lugares secretos y entranables de Berlin, vista ahora ya no como la ciudad dividida sino como un extrano lugar de convivencia en habitos, actitudes, lenguajes, y, por supuesto, pasados historicos. Al permutar involuntariamente su condicion de angel, Cassiel salva la vida de una nina que cae desde la terraza de un o de los multifamiliares situados alrededor de Alexanderplatz, cifra arquitectonica del centro tanto, recuerda de cierto modo la idea de la errancia perpetua que anima la pelicula anterior de Wenders, Hasta el fin del mundo. Sin alas, sin trabajo, sin identidad, sin un proposito vital, el nuevo nomada esta tan lejos de encontrar su rostro humano como tan cerca de perderse entre los callejones de la criminalidad contemporanea. Lejos esta de albergar rasgos humanos y cerca de verse arrastrado hacia la anulacion de su se encuentra de ser un personaje autonomo, libre y vagabundo como En las alas del deseo y cerca, muy cerca de convertirse en vehiculo programatico de una moraleja inhabil que se supone deberia funcionar como una imitacion farsica de los finales felices hollywoodenses. Pero, una vez mas, la pura presencia de Berlin salva un poco a la pelicula de ser un neo-thriller europeista filmado en San Francisco o Chicago (ejercicios filmicos que abundan en el cine underground de Estados Unidos). Las visiones tang enciales del querido aeropuerto de Tempelhof, de los canales subterraneos y de los barcos que surcan el Spree bastan para cautivar, asi sea momentaneamente, a un espectador que termina sintiendode estafado por la abundancia de nombres y la carencia de ideas. .