SECCION ESPECTACULOS PAG. 36 BALAZO: GARGANTA PROFUNDA CABEZA: Pornografia, la evidencia del dano, segun Russell CREDITO: NAIEF YEHYA La profesora emerita del Mill College de Oakland, Diana E. H. Rusell, se tomo la molestia de financiarse a si misma un libro, Against Pornography the Evidence of Harm (Russell Publications, Berkeley, California) en el que afirma sin el menor pudor o modestia que ofrece evidencias irrebatibles respecto al dano que provoca la pornografia. Para ella no es problema definir la pornografia, de manera que acuna una novedosa y original definicion: "Es el tipo de material que combina sexo y/o la exposicion de los ge nitales con abuso y degradacion de una manera en que parezca apoyar, tolerar o alentar ese tipo de comportamiento". En su material de estudio combina portadas de discos y libros, caricaturas de Penthouse y Playboy, chistes grotescos de Hustler, fotos de revistas hardcore convencionales y sadomasoquistas y define erotismo como: "El material sexualmente sugestivo o excitante que esta libre de sexismo, racismo y homofobia, y que es respetuoso de todos los seres humanos y animales mostrados". El trabajo esta dividido en dos partes, una en la que muestra graficamente el dano, mediante diversas fotos y dibujos, y otra en la que da datos cientificos. La primera curiosidad es que la doctora piense que su obra fue censurada por los editores debido a que se trata de un trabajo demasiado inquietante para el orden machista, cuando su principal problema es una impresionante mediocridad. Desde las primeras paginas la doctora nos advierte que ha pretendido llegar tanto a las mujeres comunes como a la comun idad academica. Pero con un texto repetitivo, amarillista, ideologicamente endeble y deliberadamente incompleto, es poco probable que hubiera convencido a cualquier investigador serio. En cambio, las hordas militantes de los grupos procensura celebraran (como ya lo hacen en varias citas al principio y final del libro) este panfleto antihombres que se presenta como un aullido desesperado. La tesis central de la senora Russell es que la pornografia desinhibe a los hombres para desatar sus apetitos crueles y violentos y los conduce a violar mujeres y ninos. La analogia basica es que asi como la industria del tabaco niega que el cigarro hace dano, la industria de la porno niega que ver sus productos haga dano. Esta comparacion tiene el tufillo de la censura fascista, del juicio nazi de que existia un arte degenerado que habia que destruir y prohibir. Con esto no pretendo comparar la obra de Pic asso, Braque o Chagall con un video porno cualquiera, pero si mostrar que las diferentes formas de expresion humana merecen un poco de respeto y no la hoguera. Russell se presenta llorona porque el estado patriarcal (el mismo que esta constituido de hombres-potencial o activamente violentos-contra la mujer) no apoyo la publicacion de su libro. Asi, ella quiere que sea el enemigo quien pague sus balbuceos y prejuicios con ropajes estadisticos. Sin embargo, por alguna razon no toma en cuenta que para la reali zacion del ruin informe final de la comision del fiscal general para la porno en 1986, se creo una alianza entre los poderes mas machistas de Estados Unidos (la derecha conservadora) y diversos grupos femenistas procensura. En su analisis histerico, Russell se lanza a condenar en el mejor espiritu del political correciness (o correccion politica) los chistes en los que se denigra a la mujer. Primero que nada es una practica tipica de los gobiernos (personas e intituciones) autoritarios la de censurar la risa y la de no soportar una broma. El fascismo y el socialismo real tenian por enemigo al humor, ya que cuestionaba la solemnidad criminal y la irracionalidad dogmatica de sus filosofias. De la misma manera las feminazis (con este termino me refiero unicamente a aquellas feministas que tratan de imponer su vision del mundo y no a la generalidad de las feministas entre las que se cuentan muchas personas inteligentes y muchas pornografas) no pueden ver en un chiste la ironia, la critica velada al sistema mismo que las engendra. Si una mujer se muestra siendo victima del abuso prepotente masculino, ellas entienden que se esta celebrando el abuso y no que se esta haciendo una critica. Entre otras cosas, el humor consiste en eso, en mostrar las flaquezas o bien en desenmascarar de manera ingeniosa lo solemne. La logica simplona de Russell culpa a la porno de las actitudes violentas del hombre contra la mujer. Omite mencionar que la pornografia es un fenomeno que en realidad se remonta a la invencion de los medios de impresion y de comunicacion masiva. Antes la porno estaba restringida a las clases pudientes, por lo tanto, a un grupo muy reducido. Antes, mucho antes de la invencion de la porno ya existia la violencia de ciertos hombres contra la mujer en todo el globo. Ademas muchas de las sociedades enemigas de la porno, como los paises islamicos, los estados profundamente catolicos, los paises devotos de ciertas variantes del budismo (como Tailandia, en donde esta prohibida terminantemente la porno) y otras comunidades fundamentalistas tienen tasas altisimas de violencia y discriminacion contra la mujer. Estos datos, facilmente demostrables, convenientemente se le olvidaron a la autora. Otro olvido de la senora Russell fue que en su vasto muestreo de la porno sadomasoquista no considero que en el 60 por ciento (y esta es una estimacion tibia) de este tipo de representaciones es el hombre el objeto del suplicio y la mujer juega el papel de la dominante (o dominatrix). Incluir una sola imagen de un hombre sometido, atado, esposado o latigueado haria tambalearse la tesis que relaciona violencia masculina con porno. Parece increible que una persona que supuestamente se dedica a la educacion y la investigacion, crea que al erradicar las caricaturas del Playboy se pueda evitar que los hombres violen. La educacion sexual en las escuelas se limita a un breviario de higiene genital y no a una verdadera educacion erotica. No se dan cuenta las antipornofobas que si hay una educacion negativa en la porno entonces tambien hay una positiva, ya que en la gran mayoria de los filmes porno se muestran relaciones amorosas satisfactor ias para ambas partes. Se ensena ahi que el hombre debe hacer llegar a la mujer al orgasmo (no por nada en tantos filmes la protagonista central es una mujer). La porno es un medio de educacion sexual, torpe sin duda, pero es el que se merece una cultura que se ha dedicado a estigmatizar el sexo. La actitud condescendiente y materialista de Russell es el sello caracteristico de las censoras. Si una mujer goza o participa en cualquier tipo de porno es porque esta enajenada y es victima de la esclavitud machista. Es la tipica actitud de clasemediera puritana que defiende la moral judeocristiana bajo el disfraz de la defensa de los derechos de la mujer. Russell quiere que las mujeres tengan miedo de los hombres. Tambien, y lo mas grave de todo, descarta el hecho de que hay una cosa inexplicable e irrac ional que se llama fantasia. Excitarse con la idea de una violacion no es un crimen (por lo menos todavia no, aunque asi lo quisiera la policia de la mente con la que suenan las censoras), el crimen es cometer una violacion en el mundo real. Hombres y mujeres en todo el mundo tienen fantasias sexuales violentas y entre ellos solo un pequeno porcentaje cometen crimenes sexuales independientemente de que material erotico vean. .