SECCION CULTURA PAGINA 32 BALAZO: FESTIVAL BEETHOVEN CABEZA: Una leyenda interpretada con vehemencia La mencion de Ludwing Van Beethoven (1770-1827) es uno de tantos lugares comunes que quieren en sus consabidas y manoseadas anecdotas representar al artista por excelencia. Como se sabe, es en el siglo XIX que surge la imagen del artista que enfrenta la adversidad, viviendo en la desgracia material y el abandono. Una especia de martir invadido por una fuerza indomita con la que enfrenta a un mundo que no lo comprende y que le ve como un gran inspirado; un iluminado. Beethoven llevo a cuestas esa imagen, pero ademas se distinguira por su individualidad que le hacia rebelde; el mundo tenia que someterse a su voluntad y no al contrario. Su vida amorosa se asocia con apellidos que han pasado a la historia gracias a el, pero hay un hecho no menos conocido, la tragedia de su sordera unica adversidad que no pudo enfrentar de la cual deja una huella en el quise sobre ponerme a todo, oh, cuan duramente chocaba con la triste realidad renovada de mi mal! Y sin embargo, no era posible decir a los hombres: Hablad mas alto, gritad porque soy sordo". Mas alla del anecdotario con que se pueda contextualizar al compositor aleman, es necesario recordar, aqui, los cinco conciertos para piano y orquesta; ademas de mostrar al primer romantico (tal vez, muy lejanamente anunciado en obras mozartianas como el Concierto No. 20, K 466), deja una de las obras pianisticas mas portentosas de la historia de la musica. Se sabe que el autor de Fidelio obtendria la fama, inicialmente, como pianista; el critico Harold Schonberg refiere que seria el pianista mas energico de su tiempo, e incluso el improvisador mas grande que haya existido nunca; ademas de considerarsele el primer virtuoso moderno del piano. El martes pasado concluyo el Festival Beethoven con la participacion del Cuarteto Guarneri (integrado por Arnold Steinhardt, John Dalley, Michael Tree y David Soyer) que interpreto los 16 cuartetos. Los cinco conciertos para piano y orquesta, ademas de la Fantasia Coral, opus 80, estuvieron a cargo de Jorge Federico Osorio y la Filarmonica de la Ciudad de Mexico, y Luis Herrera de la Fuente (obras que grabaran en los proximos dias). Este ciclo tuvo un exito que supera en mucho el lleno de las salas o la calidez del publico (en este sentido, nuestro publico de musica clasica, en general, es algo mas que generoso); el nivel de ejecucion e interpretacion fueron optimos. Cualquier comentario sobre el cuarteto Guarneri parece una boberia ante las versiones que ellos dejaron de los 16 cuartetos de Beethoven (una solucion huidiza seria la plena ¨plana? solucion de lo inefable del arte). ¨Como explicar el quinto de los seis programas al que asistio este redactor, del Cuarteto en Fa mayor, opus 59 No. 1 y la del Cuarteto en Si bemol mayor, op. 130. Sencillamente aqui no hay posibilidad de hablar de nada que no sea la esencia de la musica, expresada en cuatro instrumentos de cuerda. La depuracion interpretativa de este cuarteto es tal que cualquier dinamica a la que se quiera referir es irrelevante. Sus tempos son flexibles; transcurren en un vaiven pendular, constante donde el ritmo siempre tenso, nunca sobresale en posible medicion del solfeo. Nada. Ritmo, melodia, armonia se funden en este cuarteto que, con todo, esta lejos de oirse con la perfeccion de las grabaciones; hay algo de rustico en su sonido, que siendo intenso y profundo no tiene el brillo superficial que con frecuencia se encomia a los conjuntos de cuerda. La depuracion y fineza de Guarneri esta en la relacion conjunta de su musicalidad: su libertad y consistencia ritmica y una sonoridad que permite oir a la vez las lineas melodicas y la textura armonica. La perfeccion esta en el resultado, esta en una musica que ya se olvido de las notas dejando su esencia de sonido y mas sonido con resonancia total, ¨puede haber mas musicalidad? Aunque las presentaciones de Jorge F. Osorio (1951) merecen un comentario aparte, habria que senalar, sin embargo, que en sus interpretaciones de los conciertos 2, 4 y 5 dejo ver la madurez del solista cuya tecnica le permitio pasar del vigor juvenil a la profundidad y reflexion en el primero; de la elemental aparicion de una melodia en el segundo que se transforma en una lucha entre la pesadumbre y la vitalidad al confrontarse el piano y la orquesta, y una energia desbordante mas que majestuosa, impetuosa en el ultimo. Osorio mostro un fraseo donde por una parte las articulaciones entre nota y nota son enfaticas, pero el final de un sonido siempre es la preparacion para el siguiente; aunque cada uno es independiente. Por otra parte, el fraseo motivico o tematico siempre esta deslindado sin ser fragmentado. Si Osorio tiene un estilo a partir de su tecnica desde hace muchos anos ahora mostro un Beethoven muy propio, que va de la delicadeza en los movimientos lentos a la febrilidad por instantes, agresividad en los Allegros, y el juego casi improvisatorio en los rondo. La Filarmonica y su director respetaron la independencia del solista siguiendo su parte con atencion, apoyando al solista cuando fue necesario. Este ciclo fue estimulante; se escucho a un Beethoven vivido en versiones plenas. .