SEC. INF. GRAL. PAG. 4 CINTILLO: POLEMICA CREDITO: Ruben Alvarez CABEZA: Otro tipo de partidos Los mexicanos asistimos a un proceso de transicion politica, riesgoso pero tambien prometedor y por supuesto sumamente interesante. La coyuntura ofrece un escenario de aceleradas transformaciones continuas que naturalmente se expresan en la cultura politica de los ciudadanos. Antes, la mayoria de la poblacion se mostraba indiferente y desinformada sobre el acontecer politico, pero en la ultima decada es posible advertir como la gente, en la fila de los cines, los bancos o el supermercado, comenta los ultimos acontecimientos politicos. El fenomeno no es aislado, ya en 1987 diversas encuestas de opinion que no fueron publicadas, mostraban un cambio en la dinamica de la opinion publica en relacion con el acontecer politico y de hecho se manifestaron "nuevos" sectores emergentes, como las amas de casa, que dieron lugar a una de las votaciones mas cerradas de la historia, en el proceso electoral de 1988. Pero los partidos politicos parecen no haberse dado cuenta de este fenomeno de transicion en la cultura politica de la poblacion. Tampoco parecen tener claridad que esta situacion se manifiesta en nuestros dias en una falta de credibilidad en los partidos y en una crisis interna de las organizaciones de todo tipo incluyendo, por supuesto, a las instituciones politicas. ¨Que esta pasando en los partidos? Dentro del sistema politico mexicano, los partidos habian establecido sus reglas internas, sus mecanismos de integracion, las vias para establecer sus direcciones y medios de negociacion con el Estado. Al interior se habian creado formas de negociacion entre las diversas fuerzas internas a fin de mantener la unidad y la coherencia. Al exterior habian fijado formas de relacion con la comunidad. Esta relacion se daba sustentada por un discurso ideologico que permitia, mediante simbolos, establecer una clara identidad partidaria. Hoy estas reglas internas, estos simbolos y esta identidad se encuentran gastados y han entrado en crisis, creando divisiones internas, indisciplinas, defecciones y sorpresivos cambios de bandera, y falta de credibilidad. Ninguno de los partidos politicos mexicanos ha quedado a salvo de esta circunstancia. Todos han visto rechinar sus estructuras y han enfrentado en mayor o menor grado una diaspora que amenaza con desintegrarlos. Sin embargo estas crisis son mas notorias, cuanto mas importante es la institucion politica en donde se gestan. Para citar un caso, ayer, el CEN del Partido Revolucionario Institucional (PRI) registro hoy ante el IFE sus 300 formulas de candidatos a diputados uninominales y respectivos suplentes que contenderan en las elecciones federales del 21 de agosto proximo. El hecho parece poner punto final a la seleccion de candidatos del PRI a la Camara de Diputados y a la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, que ha provocado el descontento de algunos de sus miembros que han presentado quejas, impugnaciones o francas rebeliones. ¨Que esta pasando al interior del tricolor? Nada del otro mundo, nada que no haya sucedido antes y que no fuera previsible, pero tampoco es algo que los miembros de esa organizacion politica deban dejar pasar, pues habria que pensar que se trata de indicadores de que el regimen interno esta cambiando y aun no existe un metodo adecuado que permita sopesar o valorar los meritos de cada uno de los aspirantes y llegar a una resolucion en la cual todos esten de acuerdo, conforme las circunstancias del presente. Partidos politicos de todos los colores, en mayor o menor grado, enfrentan fallas en su vida interna y en los procesos democraticos de integracion de sus organos directivos. Para citar otro caso, en el PAN las disensiones fracturaron al blanquiazul. En los partidos restantes se prefirieron los arreglos cupulares, el nombramiento vertical de los lideres nacionales y la aceptacion disciplinada de sus determinaciones en aras de mantener la unidad y la disciplina del partido. Sucede que aun persisten viejas practicas, inercias tradicionales, formas de negociacion y toma de decisiones que excluyen a las bases de los partidos, a quienes realizan el trabajo cotidiano que impulsa a los partidos y hacen posible la permanencia de su registro, pues son quienes establecen la relacion con la ciudadania, desde los comites distritales. La nueva cultura politica exige que los partidos establezcan criterios claros y especificos para valorar la militancia de sus miembros. Preservar, como hasta ahora, los mecanismos para designar de arriba hacia abajo los escanos, con la finalidad de entregar determinada cuota de legisladores a los distintos sectores de que se compone el partido, sin generar una nueva relacion horizontal entre los grupos, la direccion y la base social del partido. Como lo exige la nueva cultura politica podria estar alimentando un estallido futuro, al interior de esas organizaciones. Es probable que muchos grupos internos vean afectados sus espacios de poder o sus intereses, y en consecuencia, se muestren resistentes a la dinamica del cambio, pero todo parece indicar que si no se inicia por lo menos una transicion planificada hacia un nuevo regimen interno y nuevas formas de participacion, esos partidos enfrentaran decisiones que si bien responden a la negociacion de los intereses de grupos, seran vistos desde la optica de los militantes comunes, como errores de ingenieria electoral, qu e al final pueden conducir al partido a su derrota historica. Por otra parte, el cambio con todos sus riesgos, es prometedor como nunca, para los militantes y la sociedad no politica. .