SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 6 BALAZO: LOS HECHOS Y LOS MITOS CABEZA: Larrainzar: cambiar el formato CREDITO: Gustavo Hirales* Las plumas zapatistas insisten en la maldad del gobierno y en la supuesta estrategia de "guerra de baja intensidad" como explicacion ultima de los avatares del dialogo en Larrainzar. En la realidad, sin embargo, las cosas son un poco diferentes. ¨Que fue lo que realmente sucedio en el ultimo encuentro de San Andres? La delegacion de Marcos el Durito llego muy enojada por varias razones. La primera de ellas fue la publicacion del libro La Rebelion de las Canadas, de Carlos Tello Diaz, qu e significo un golpe mortal al mito, fatigosamente elaborado, del origen cuasicelestial de una guerrilla pura e incontaminada, indigena cien por ciento y sin nada que ver con las perversiones del viejo fundamentalismo de raiz marxista. El libro mostro sin remedio la relacion historica y organica entre un grupo de iluminados, de inspiracion cerrada y arcaicamente marxista, con lo que hoy se conoce como EZLN. En segundo lugar, los "comandantes" llegaron molestos por la difusion del analisis, hecho por la delegacion gubernamental, segun el cual y, tomando en cuenta los ritmos actuales, la aceptacion de la propuesta del EZLN sobre reglas de procedimiento, implicaria alargar la negociacion al menos por tres anos, lo que en modo alguno se compadece con la proclamada (y por otra parte, reconocida) urgencia de solucion a las demandas de la base social de los zapatistas. El tercer elemento que parece influir en el malestar de los marquistas son las nebulosas perspectivas de la "consulta nacional" a la que ha convocado la direccion zapatista. Sea de ello lo que fuere, el caso es que llegaron los comandantes, en su peculiar estilo de declamadores de primaria, a echarse sus conocidos y aburridos discursos contra el "mal gobierno" y sus "palabras de engano y traicion", con el ingrediente del ataque personal y provocador. O sea, nada especialmente nuevo. El problema es que ahora sus tacticas encontraron terreno propicio en una delegacion gubernamental que no esperaba avances reales de la mesa, puesto que para todos era conocido el hecho de que el EZLN tiene, por el momento, todas sus canicas puestas en la consulta nacional, y que para Marcos Larrainzar es solo un tramite para mantener, en todo caso, el beneficio de la "libertad bajo palabra". A la provocacion se respondio entonces con dureza verbal, y gestos de inflexibilidad, de lo que EZLN se agarro para salirse por la tangente del "maltrato". El resultado de las conversaciones en Larrainzar V fue practicamente nulo, sin avances, e incluso cosas importantes que ahi acontecieron pasaron practicamente desapercibidas, opacadas por la rudeza de los enfrentamientos. ¨Como que? Como la aceptacion abierta, por parte de los delegados del gobierno, de la propuesta sintetizadora que la Conai habia elabo rado acerca de las "reglas de procedimiento", y el rechazo virtual que a esta propuesta le dio el EZLN. Al parecer, lo mas importante es que ya se agoto, por cansancio y desgaste, la tactica marquista de la "delegacion indigena" que "no entiende", que requiere de enormes recursos de paciencia, dadas sus tacticas dilatorias, de la(s) otra(s) parte(s) y que no tiene facultades para llegar practicamente a ningun acuerdo. Se agoto lo que Rodolfo Stavenhagen llama con justeza el "aspecto teatral" de la negociacion. Es evidente que se necesita un nuevo formato de negociacion, y este deberia caracteriz arse, a diferencia del anterior, por hacer a un lado el discurso y la retorica que tanto excita a ciertos medios (periodisticos y sociales), y privilegiar la negociacion real, la que realmente puede producir acuerdos que, a su vez, conduzcan a la solucion de los problemas que estan en el origen de la insurreccion. El gobierno, por su parte, debera superar la tactica de la simple contencion del Ezeta, para pasar a desarrollar una propuesta audaz (integral) de solucion a las causas del conflicto, que abarque tanto los aspectos economicos-sociales, como los politicos y de otra indole. Las platicas pasan por un momento de estancamiento, pero ello no se debe, como senalan algunos simpatizantes del EZLN (Luis Hernandez, La Jornada, 28.07.95), a que exista un supuesto "empate tecnico de fuerzas", segun el cual el gobierno no puede acudir a la solucion militar porque, de un lado, acaba de cambiar sus tropas en la region y se esta en epoca de lluvias, y del otro, el presidente Zedillo es debil y el EZLN goza de fuertes simpatias. El EZLN, por su parte, dice Hernandez Navarro, "no parece tener tampoco (sic) fuerza militar suficiente para revertir la presencia del ejercito federal en la zona sin desencadenar una guerra de larga duracion". ¨Que quiere decir "revertir la presencia del ejercito federal en la zona"? ¨Sacarlo de la zona? ¨Que no estabamos hablando en serio? "Revertir la presencia del ejercito en la zona" y "desencadenar una guerra de larga duracion" son solo frases para el consumo interno, imagineria febril de un maoismo tardio y de corto aliento. No hay tal "empate tecnico" y si el gobierno no adopta la solucion militar es porque en efecto conlleva costos politicos altos, pero sobretodo porque no quiere adoptar esa decision. Su vision del conflicto y sus salidas es otra, mas acorde con los origenes historicos del Estado mexicano y con la perspectiva de un pais mas justo, mas libre y democratico. Lo central ahora es romper el estancamiento. Si una reunion entre el sub Marcos y el secretario de Gobernacion, Emilio Chuayffet, puede servir para destrabar el proceso de negociaciones y ponerlo en otro nivel, fuera del show y la ganancia corta; y cuidando en efecto de no echarle gasolina al alicaido fuego de la consulta zapatista, adelante. Ahora es el momento de proyectar una vision de Estado que entiende y asume no tanto las relaciones de la insurreccion, lo cual puede ser una cuestion int eresante pero finalmente no sustantiva, sino las razones profundas que llevaron a una parte de los indigenas de la zona a apoyar algo tan desmesurado como la pretension de derrocar al Estado mexicano. * Politlogo. .