SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: SEMBLANZA CABEZA: Joaquin Pardave, moralista e inmoralista/ II CREDITO: CARLOS MONSIVAIS "Algo mas tambien, dificil de decir" "El dia de tu boda/ no grites de emocion/ Veras que pronto pierdes/ del sueno la ilusion./ Y algo mas tambien/ dificil de decir./ Y algo mas tambien que no he de repetir". El dilema "moral", por darle un nombre, de estas peliculas, es el conflicto entre las apariencias y la vida frivola (entre la hipocresia porfirista y la zarzuela). Y algo tan banal, tan ajeno a la genuina vida subterranea del porfirismo, atrae al publico porque, en los anos cuarenta, la hipocresia rige por entero la moral social (ofici almente, escandalizan por igual el mambo y el can-can), y la Belle Epoque seduce por "armoniosa y coherente": asi eran los abuelos y las abuelas, seres mojigatos, alegres, idilicos, perezosos, reprimidos, que desprendian su vision del mundo del tumulto de condecoraciones del caudillo Porfirio Diaz, y que hacian del decoro un monumento. Al publico le convencen las actuaciones, el vestuario, las escenografias... y la reconstruccion de la farandula. Las tramas son endebles y es abrumadora la fe en todo tiempo pasado, pero los detalles satiricos son exactos. Se representa a un porfiriato asexuado, sin vida politica (excepto, casi al final de las peliculas, al estallar la Revolucion), en el tiempo sin tiempo de la bohemia que tolera de reojo el Padre de Todos los Mexicanos. Pero Pardave es infalsificable al trasladar, con suprema eficacia, rec ursos del sketch teatral al cine, repetir frases que trazan la psicologia del personaje y fomentan la complicidad de los espectadores (en La Zandunga: "A callar, yo soy la autoridad!"). El usa su rostro como escenrio del perpetuo candor, lanza risas y risillas que son confesiones de fracaso; imposta la voz, lo que dibuja a la sociedad que identifica a lo declamatorio con lo sincero. Si en el melodrama la teatralidad limita a Pardave, en la comedia lo provee de habilidades extraordinarias. A "la conviccion intima" de las peliculas, muchisimo le aporta Pardave, con su bigote art nouveau, su repertorio zarzuelero y sus maneras de alcalde de Tuxpan que ensaya durante un ano la entrevista con el Senor Presidente de la Republica. El personaje clasico de don Susanito no entrega clave alguna de la mentalidad porfirista, pero encumbra sagazmente la parodia de nuestra "aristocracia". En don Susanito (o en sus variantes en la filmografia de Pardave: don Simon, el presidente de la Liga de las Bue nas Costumbres, don Rodrigo Rodriguez y Eje, etcetera), se localiza un simbolo divertido e inofensivo, el arribista que, sin refinamiento concebible, adora y financia a los artistas, venera al dictador, finge hazanas, cultiva maneras y hace el ridiculo con elegancia inimitable. En los anos cuarenta, los filmes "porfiristas" son el gran presagio "retrospectivo": la prueba de que nuestro pasado fue aristocratico es el porvenir capitalista a las puertas. Las peliculas cunden: Recordar es vivir, de Fernando A. Rivero; Ay que tiempos senor Don Simon!, de Julio Bracho; Yo baile con don Porfirio y El globo de Cantolla, de Gilberto Martinez Solares; Del can-can al mambo, de Chano Urueta; Porfirio Diaz, de Raphael J. Sevilla; Don Simon de Lira , de Julio Bracho; La reina de la opereta, de Tito Davison, y la primera parte de Azahares para tu boda, de Julian Soler. Sin embargo, el genero no da para mucho. No se cree a fondo en epocas que solo habitan parodias. El dolor de no haber sido, el terror de no llorar Como argumentista, adaptador y director, Pardave es, digamoslo de este modo, prescindible. No tiene distancias con el melodrama, es moralista a ultranza, quiere adular a conservadores y chovinistas. El dirige El baisano Jalil (1942), Adios juventud (1943), Los hijos de don Venancio (1943), Una virgen moderna (1943), El barchante Neguib (1945), Soy charro de Rancho Grande (1947), La barca de oro (1947), Los viejos somos asi (1948), Sangre torera (1949), Primero soy mexicano (1950), Amor vendido (1950), Arrabalera (1950), El gendarme de la esquina (1950), El casto Susano (1952), Magdalena (1954), Dios nos manda vivir (1954), Secreto profesional (1954), y en ninguna de estas peliculas manifiesta interes por lo especifico del cine, el cree mas bien en el teatro filmado, y acata la estrategia del melodrama espanol de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, pletorico de semblantes angustiado s, monologos dirigidos a los representantes en yeso de la divinidad, fosos de la concupiscencia y el abandono del ideal, perdones que son en rigor relaciones publicas con el mas alla. Como director, Pardave va al limite del desenfreno: cada secuencia se resuelve y disuelve en llanto, la canallez triunfa durante una hora veinticinco minutos, y es derrotada en los ultimos trescientos segundos, la bondad supliciante es el pago del estar aqui. Y de algo esta seguro: solo si cree sufrir de veras el espectador estara contento, y a tal conviccion se deben las tramas y el estilo monocorde de direccion. ¨Que personajes pueblan su mundo? Inmigrantes que pese a todo se mexicanizan, viejos que asume n su edad como la condicion indigna sin disculpas, cabareteras que le suplican a la Virgen el perdon por lo que no han hecho (lo que han hecho, ellas lo saben, no tiene perdon), parejas de edad madura al tanto de que la vida solo existe para los jovenes, viejos rabo verde cuyo castigo es la soledad del ultimo rollo. Desde los titulos de sus filmes, Pardave renuncia a cualquier pretension artistica. ¨Como explicarse de otro modo peliculas llamadas Una virgen moderna, Adios juventud, Primero soy mexicano, Amor vendido o Dios nos manda vivir? Creo que de la filmografia del Pardave director solo interesan en algo Soy charro de Rancho Grande y La barca de oro (rescatadas del desastre absoluto por la presencia de Pedro Infante), y El casto Susano, un vodevil dinamico, muy bien actuado, y con un Pardave divertidisimo. El resto es lamentable. .