SECCION CULTURA PAGINA 35 BALAZO: RECORDAR AL POETA CABEZA: Leon Felipe, provinciano con vocacion de universo CREDITO: EMMANUEL CARBALLO Leon Felipe (1884-1968) vivio al mismo tiempo en tres circulos concentricos: el de su persona, el de su pueblo y el del hombre de todos los pueblos y todos los tiempos. Como todo poeta fue un hombre egoista, y como todo poeta fue, asimismo, un hombre generoso. De aqui parte, y asi se explica, su profesion de judio errante. El circulo de en medio corresponde, ya lo dije, a su pueblo: como todo espanol que se respete, fue un provinciano con vocacion de universo que no ha abandonado plenamente su cascaron nativo. El resolvio este problema a la usanza tradicional entre sus compatriotas: afirma para despues negar, odia para despues permitirse la mayor de las claudicaciones: el amor. Antes y despues de la Guerra Civil espanola dijo que no tenia comarca, patria chica, tierra provinciana, patria. Y mentia a sabiendas de que mentia: c omo todo poeta autentico gozaba de casa, pueblo, comarca, pais, continente. Pero como era un exagerado, como todos los poetas verdaderos, no se satisfacia con tener casa, pueblo, comarca, pais, continente, su vocacion era la de instalar el universo en las sucesivas amplificaciones de su afecto. Mas que un excelente o menos excelente poeta, Leon Felipe es un poeta espanol. Y el adjetivo, en su caso, no determina sino califica. Es un poeta espanol de los pies a la cabeza. Asi me gusta juzgarlo, como espanol por fatalidad, vocacion y oficio, como espanol que es, ademas, un buen poeta. Un poeta en el que no se distinguen las fronteras: aun al lector atento le cuesta trabajo saber donde termina lo personal del poeta y donde comienza a vivir el pueblo espanol; donde concluyen las vivencias colectivas de un pueblo y donde principian las vivencias intransferibles de un poeta. En seguida, entresaco de la entrevista que le hice cuando cumplio 80 anos sus puntos de vista sobre el mismo, sobre el papel que cumple el poeta y sobre lo que significa la poesia. -No quiero que me haga preguntas -me dijo al inicio de la charla-. No quiero saber acerca de nada. No puedo pensar, no puedo hablar: estoy de mas en el mundo. -Sin papel y sin lapiz, Leon, aqui estoy para oirlo, para interrumpirlo. -Me siento viejo, acabado. No creo en la poesia ni en mi poesia. Nunca he hecho nada que pueda sobrevivirme. Nunca he escrito un poema que pueda resistir el paso del tiempo. En mis versos trate de formular preguntas y, quiza, de resolverlas. No lo he conseguido. Me muevo entre sombras, entre fantasmas. Cada vez estoy mas aturdido. -¨Le atormenta el mas alla? -Si y no. Y no lo escriba porque lo aprovecharian los curas. Me importa saber que hay despues de la vida. No puedo creer que aqui acabe todo. Seria una broma estupida. Soy un cristiano sin Dios. Un materialista sin profeta. -Se ha dicho que usted es un anarquista. -Los anarquistas aprovecharon uno de mis poemas, nada mas. No soy anarquista, ni socialista, ni comunista, ni republicano, ni franquista. No soy nada, y no soy nadie. Estoy de mas en el mundo. Estoy aqui, y ya ve como estoy. -Leon, hablemos de su poesia. -¨Cual poesia? ¨La mia? Yo le pregunto, ¨cual poesia? Yo nunca he escrito un poema que me satisfaga. Quiza, y esto esta por confirmarse, el ultimo poema de mis obras completas. Creo que no es malo. En el estoy retratado de cuerpo entero. -Leon, ¨en que cree usted ahora? -Creo en las lagrimas, en el poder del llanto. Es este, el llanto, la unica arma del hombre para luchar con Dios. Yo no creo en Dios; creo en el hombre, en el hombre derrotado, crucificado, sin redencion. Arriba de mi cama tengo una cruz, una cruz sin Cristo, una cruz en la que pueden caber todos los hombres. Mi propia cruz, creo tambien en la luz, en la luz que al alcanzar la plenitud nos ciega, o por lo menos nos deslumbra. -Acotemos el campo, usted es en lengua espanola un poeta distinto, sin descendencia. -No me parezco a ningun poeta, y no lo tome como fanfarroneria. No me parezco a nadie porque no soy poeta. Yo grito; los demas, cantan. Yo soy como el pueblo, escribi poemas porque no pude quedarme callado. Y ahora prefiero el silencio, ya no escribo poemas. -¨Que es usted entonces? -Quien sabe. Le aseguro que no lo se. Hace anos, mis amigos, despues de mucho pensarlo, dijeron que yo era poeta. Y desde entonces publique versos, y malcomi de ellos. En ese sentido si soy poeta. -Algunos criticos han dicho que el tono habitual de sus versos es la blasfemia, ¨esta usted de acuerdo? -Por que en lugar de blasfemia no dicen oracion. Estarian en lo justo. Mis versos son oraciones que nacen de la impotencia, y tal vez por ello los confunden con las blasfemias. Le repito, creo en el hombre, creo en su pequenez, en su inutilidad. Y porque creo en sus limitaciones, me sublevo, grito, pierdo la compostura. Eso es todo. Decir lo contrario es casi decir una mentira. Y el hombre no vale por sus mentiras sino por sus verdades. Asi recuerdo mi ultima conversacion con Leon Felipe, a quien trate a lo largo de quince anos, los postreros de su vida. En esa visita a su casa, note que a Leon lo envolvia la muerte por todos lados y que el se parapetaba frente a los embates del tiempo detras de la unica trinchera posible: la de decir la verdad y considerarse como artista un poeta pequeno, muy pequeno. (Notimex) .