SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: OBRA DE VICENTE LE¥ERO CABEZA: Teatro clandesino: Todos somos Marcos CREDITO: BRUNO BERT Vicente Lenero es un dramaturgo que ha abordado de diversas maneras el fenomeno teatral, pero es claro que su orientacion periodistica es la que finalmente termina prevaleciendo, con su caracter de hecho efimero y testimonial. De alli que sea natural encontrarlo en el ciclo Teatro clandestino que se esta llevando a cabo en La Casa del Teatro, ese espacio coyoacanense a cargo de Luis de Tavira y un grupo de conocidos teatristas entre los que se cuenta al mismo Lenero. Se trata justamente de obras fundamentadas en lo inmediato, capaces al menos en su intencion de encontrar un eco seguro en el espectador, ya que lo hacen tematicamente parte de su preocupacion socio-coyuntural. Esta pieza concreta recibe por nombre Todos somos Marcos y la dirigio Morris Savariego. La anecdota se centra en un par de amigos. Uno de ellos va dejar su departamento, ya desmantelado, y cuenta su ruptura con la pareja con la que compartia ese espacio. Tres personajes entonces, y una accion en dos tiempos: el presente y el racconto, que se enlaza por momentos con la actualidad a traves de los comentarios de ambos sobre lo que va sucediendo narrativamente. El amigo que escucha se vuelve de esta manera como un voyeur de la conflictiva intimidad del primero, incorporando un sesgo de humor a la situacion densa que vamos presenciando. Una buena construccion de Lenero, que asi hace mas asimilable la intencion politico-testimonial que la pequena pieza contiene. Es un filtrado de las intenciones didacticas a traves del sentido del humor, por momentos farsico, que bien puede tener las raices en las tecnicas de las viejas narraciones brechtianas. Lo que nos muestra la carnacion de esta estructura son tres posibles alternativas ideologicas por parte de la clase media semi-intelectual, que parece ser la retratada. La primera corresponde a la muchacha, que frente a los sucesos de febrero que rodearon la posible develacion de la identidad de Marcos, asiste a la manifestacion donde se corea el estribillo que sirve de titulo a la obra. Se da en ese momento una toma de conciencia, una vinculacion con el pasado (los sucesos del 68 sobre todo) y una decision de actuar en pro de un cambio, que queda inicialmente marcado por la ruptura con una pareja que ama pero de la que difiere en su concepcion de vida. La accion puede ser positiva o romantica, pero Lenero la testimonia sin juicio directo. La otra es la contraria, encarnada en el hombre, que apoya decididamente al sistema y al gobierno, con su secuela de brutalidad y tambien con la impotencia consiguiente, quedando el valemadrismo del tercero al que solo le importa medrar con los resultados como una imagen de entorno bastante difundida. Aqui Lenero muestra su capacidad narrativa a traves de las herramientas teatrales para salir al paso a los hechos sin una carga de didactismo, que es lo que generalmente vuelve invalidas y tambien aburridas a este tipo de obras. La direccion de Savariego hace agil la propuesta escenica, con acciones directas, dejando de lado cualquier intento de sutileza creativa, mas bien apegado a la intencion testimonial del autor, vehiculizandola efectivamente en complicidad con tres actores que le rinden en su trabajo: Arcelia Ramirez (buena actriz que tambien acabamos de ver en otra puesta recien estrenada de Tavira, repartiendose en dos teatros), Alvaro Guerrero, asumiendo a su pareja dentro de una linea que lo identifica con un estilo de in terpretacion que ya le vieramos en puestas anteriores, y Adrian Joskowicz, excelente interprete, especialmente apto en papeles que no se hallen demasiado apegados a un estricto naturalismo. En definitiva, un trabajo breve que se ve con placer y se debate con gusto. .