PAG. 9 SECCION: INF. GRAL. CABEZA: Negociacion interrumpida: ¨cada quien su democracia? ENTRETEXTO: El tiempo de los enconos debe concluir; es por Mexico... y para el bien de Mexico CREDITO: OFELIA CASILLAS ONTIVEROS * Con frecuencia los debates sobre la democracia parecen semejar el juego del "palo ensebado", en cuya cuspide se encuentra el ansiado premio y los competidores resbalan a pesar de los esfuerzos por ascender en la resbaladiza superficie. El tema es por su naturaleza polemico, pues al abordarlo se parte _casi siempre_ de la vision retrospectiva del desarrollo politico del pais, donde la circunstancia de cada epoca matiza la anecdota sobre los personajes del poder y pocas veces se analiza el proceso que, config urado por una serie de acontecimientos, ha propiciado el cambio de las estructuras que dan cauce a la expresion de la sociedad y legitiman la institucionalidad de la representacion y el poder publico. Precepto universal es que todo es perfectible. Mas aun en los organismos vivos, que evolucionan de acuerdo con el impulso de su dinamica intrinseca. De otra manera no podrian comprenderse las grandes transformaciones que han presentado las naciones a lo largo de su historia. Y Mexico no es la excepcion; en anos recientes hemos vivido y protagonizado acontecimientos que en el pasado se hubieran antojado desquiciantes o convulsivos; ciertamente hemos reducido la capacidad de sorpresa, pero ello significa asimismo que la poblacion accede a grados de madurez politica que conllevan el procesamiento de los hechos y los ubican en el escenario de la critica, de las demandas o las propuestas. Hoy, una de las polemicas esta enmarcada en la Reforma Politica del Estado, propuesta que provoca distintas interpretaciones alimentadas por el amplio prisma ideologico gestado en el ambito de las contradicciones socioeconomicas que los rezagos sociales, la injusticia y la marginacion aun no superadas en numerosas comunidades han convertido en banderas de lucha social que los partidos se empenan en enarbolar en su afan por mantener o llegar al poder. Es evidente que ahora la participacion de sectores que antano permanecian generalmente pasivos esta integrada a los movimientos que exigen mayor equidad en la distribucion de la riqueza, claridad en los procesos electorales, respuestas a las demandas de servicios, justicia diafana e incorruptible y otros reclamos, que por su naturaleza impulsan la organizacion ciudadana y politizan su proceder y expresiones. Asumir una actitud de avestruz ante esta realidad seria remar contra la corriente historica, pretender revertir el desarrollo organico de la sociedad mexicana. Asi lo ha comprendido el gobierno de la Republica, que no obstante las filosas aristas que presenta la actual crisis economica, se ha propuesto impulsar una reforma politica para que los cauces de la democracia adquieran la dimension que el propio pueblo determine. La iniciativa del presidente Ernesto Zedillo conlleva el fortalecimiento de la confianza popular en los procesos electorales. Los conflictos que intereses sectoriales engendran despues de cada eleccion o la configuracion de supuestos fraudes que en el fondo buscan justificar la insuficiencia o falta de respaldo a tal o cual partido solo contribuyen a fomentar la incertidumbre y la duda sobre el respeto que por ley y etica politica merece el voto ciudadano. El abstencionismo tambien es una forma de p rotesta y eso debe preocupar profundamente a los partidos politicos; a todos, sin excepcion. Aqui radica _entre otros aspectos importantes_ la trascendencia que la Reforma Politica del Estado puede tener si en ella participan el conjunto de organizaciones partidistas, de ciudadanos autonomos e instituciones interesadas en propiciar un cambio objetivo y eficiente en la dinamica politica de la nacion. Cualquier motivo _o pretexto_ para asumir una postura marginal o indiferente en este proceso es moralmente insostenible ante el significado que la reforma puede tener en la vida presente y futura del pa is. De ahi el imperativo de que los partidos politicos que se han retirado de la mesa de negociaciones vuelvan a ella con un criterio analitico, propositivo y, desde luego, constructivo. Las discusiones deben partir de la certidumbre de que no existen "lineas trazadas" o "esquemas inmutables"; los temas que integran _o pueden integrar_ una reforma de tal magnitud y naturaleza no pueden ser prefabricados por el iluminado talento de gabinete. La credibilidad, la confianza del pueblo, entraria nuevamente en la vor agine de la duda y cualquier proyecto caeria en el fangoso terreno de la indiferencia publica. Es necesario reconocer que los propios partidos politicos requieren de un proceso de autorrevision periodica, que mejore sus estructuras y les permita superar errores o desviaciones. Asi lo esta haciendo el PRI, al igual que otras organizaciones similares. Ello no significa caer en un periodo inquisitorio o de fragmentacion partidista, es simplemente propiciar la oxigenacion para que el cuerpo politico permanezca sano y vigoroso. Eludir una responsabilidad como lo representa la definicion de una Reforma Politica del Estado es caer en maniqueismos sobre lo que es, debe ser o sera la democracia, desde la perspectiva estatica del dogmatismo. Mexico es un pais plural _cada vez mas plural_ en su pensamiento y proceder. Esto deben comprenderlo cabalmente los partidos o estaran condenados a convertirse en permanentes cazadores de "votos de castigo". Negociar _que no transar_ es un reflejo de madurez y obligacion para quienes asumen la responsabilidad de congregar voluntades con base en principios y programas. Evitar la negociacion puede tener varios significados, pero ninguno sera valido si antepone el interes de un pueblo, que como el de Mexico, forja dia a dia su criterio y respuestas con los hechos mas que con las palabras. Es momento de reflexionar, de superar controversias circunstanciales, de volver a la mesa de negociaciones para que la Reforma Politica del Estado alcance el objetivo que los partidos y sus militantes esperan. Y no solo ellos; en las instituciones de educacion superior debe propiciarse este debate, porque en ellas se forma una juventud pulcra de pensamiento y propositos; generaciones que en un futuro muy proximo habran de participar e incluso conducir las lineas rectoras de la politica nacional. Al igual qu e este sector, otros no deben permanecer al margen de las discusiones y las propuestas; de ser asi, la reforma quedaria trunca, convertida en un intrascendente esfuerzo sexenal. El tiempo de los enconos debe concluir; es por Mexico... y para el bien de Mexico. *Diputada del PRI. .