SECCION CULTURA PAG. 35 BALAZO: POESIA CABEZA: El padre Placencia CREDITO: EMMANUEL CARBALLO* En una libreria de viejo encontre un libro que buscaba de tiempo atras, las Poesias de Alfredo R. Placencia, recopiladas por Luis Vazquez Correa y aparecidas en Guadalajara el ano de 1959. De este autor se conocian tres obras: El libro de Dios, El paso del dolor y Del cuartel y del claustro (todas publicadas en Barcelona el ano de 1924) y su Antologia poetica (Mexico, 1946), preparada por Alfonso Gutierrez Hermosillo, a quien casi todos los criticos posteriores del poeta d eben sus aciertos y errores. Al seguir sus datos, Castro Leal, Jose Luis Martinez, Frank Dauster, Gonzalez Salas y Carlos Monsivais lo hacen nacer en Jalostotitlan, Jalisco, el ano de 1873, cuando, segun Vazquez Correa, discipulo y albacea de sus papeles, nacio efectivamente en este pueblo pero el ano de 1875. (No es de la misma fecha que Rafael Lopez sino de la de Maria Enriqueta y Roberto Argelles Bringas). Murio en 1930. Estas Poesias, que se pueden calificar de casi completas, incluye, ademas de los libros ya citados, las siguientes obras ineditas: El vino de las cumbres, La franca inmensidad, El padre Luis, Varones claros, Tumbas y estrellas y La oracion de la patria. Uno de los defectos del libro es la falta de prologo; otro, la carencia de bibliografia directa e indirecta. Pese a estas fallas, la edicion es valiosa. Redescubierto y dado a conocer fuera de Jalisco por la generacion de Yanez, Gutierrez Hermosillo, Palacios y Martinez Ulloa, el padre Placencia ha corrido con mala suerte entre los estudiosos y criticos catolicos: uno de los primeros que se ocupo de el fue Alfonso Junco, quien puso prologo a El libro de Dios; despues le han consagrado estudios Efrain Gonzalez Luna, Alfonso Mendez Plancarte y Carlos Gonzalez Salas. (Todos ellos, en el mejor de los casos, apenas vislumbran su talento y originalidad). E n la mas reciente de las historias de nuestra literatura escrita desde este punto de vista, la del jesuita Alberto Valenzuela Rodarte (1961), ni siquiera se le nombra. Alejandro Aviles en la Antologia que preparo del poeta jalisciense, publicada en 1976, trata de enmendar errores e injusticias. Hoy es Ernesto Flores quien mejor conoce a Placencia tanto en lo biografico como en lo bibliografico: sus admiradores, entre los cuales figuro, esperamos que pronto nos ofrezcan las poesias completas de este cura errabundo visto con malos ojos por la jerarquia eclesiastica. A proposito de Flores, hace unos cuantos anos aparecio su recopilacion de las poesias completas de Francisco Gonzalez Leon: el prologo y las notas son excelentes. A lo largo de su obra, que coincide en el tiempo con la del obispo Montes de Oca, Placencia ofrece una vision del mundo, del hombre (en numerosas ocasiones de si mismo), de la vida y de Dios insolita en la poesia mexicana. Cristiano ajeno a las ideas inconmovibles, mira a su alrededor y solo encuentra el caos, la irracionalidad, el silencio de Dios, el triunfo de la maldad y la presencia obsesiva del dolor. Se sostiene que es un poeta religioso, que en ciertos momentos alcanza rango de mistico, pero se olvida que, ante todo, es un poeta existencial que lo mismo habla con Dios de tu a tu que consigna el patetico "estar ahi" del hombre en la tierra, sin oficio ni beneficio. Poeta religioso, si, pero de una religiosidad distinta de la que se practicaba por los anos en que escribe (en este aspecto es un adelantado, prefigura la actitud social de los actuales cristianos comprometidos), de una franqueza agresiva que comunica mediante un estilo coloquial, desenfadado, propenso a los altibajos (a un verso brillante puede seguir un verso cojo y ramplon) e innovador en su momento, no solo en Mexico sino en la poesia de lengua espanola. (Notimex) .