SECCION ESPECTACULOS PAGINA 38 BALAZO: IMPRESIONES CABEZA: HAN S DULFER, EN ARMONIA CON LA EPOCA CREDITO: SERGIO MONSALVO C. ¨Conoce alguien aquella region de los Paises Bajos? ¨La del groove? Es el rincon de los Dulfer. Y dentro de la familia Dulfer esta la hija. Candy, un cuero de saxofonista alto que desde hace varios anos recorre los escenarios para encontrarse con los musicos mas talentosos (Maceo Parker, Prince, Miles Davis, en su momento), quedando seducidos todos por esta bomba holandesa. Y tambien dentro de la familia Dulfer esta el padre, Hans., saxofonista tenor, ha sacado un album portentoso, Big Boy (EMI), con un groove mas que eficaz. No se habia escuchado nada tan fuerte desde How Gee de Black Machine. La unica diferencia es de corte, puesto que el sax no es sampleado. Otro punto a favor de Hans Dulfer son sus influencias roqueras; a la guitarra que lo acompana, a cargo de Paul Keuzenkamp, no le falta nada. A los 54 anos, este saxofonista holandes toca el jazz mas puro que existe. Cuando baja de los escenarios, aunque solo sea por un instante, es para dar una buena leccion a alguien. Tiene reputacion de anarquista en el medio europeo, porque no hace lo que se espera de el; lo consideran un loco problematico. Prefiere que las disqueras lo busquen antes que ir el a implorar que lo dejen hacer un CD. Por cierto que las disqueras no le importan en los mas minimo. Les tiene horror a las personas que trabajan ahi: Efectivamente, hace lo que quiere y por eso mismo se ha convertido en el numero uno de Holanda. Dedicarse al bebop en la actualidad ya no es jazz, ya fue rebasado. Hans Dulfer lo sabe. El sencillo Streetbeat suena a house como ya se apunto, pero la forma en que aborda el sax es muy humana. En primera instancia porque lo realizo de un solo jalon y porque se nego a que le impusieran los grilletes de los acordes. Ademas de ser el primer album de Hans Dulfer en alrededor de diez anos, Big Boy tambien constituye su primer intento de fundir la tradicion Con todo el resultado no es el disco promedio de jazzdance que este ultimo duo quiza se imaginaba. Los destacados solos de Dulfer, los sampleos nada obvios de su discoteca, los raps incidentales, las energicas erupciones guitarristicas y el sonido sorprendentemente natural de los grooves de dance, se distinguen muchisimo de lo que por lo general se produce bajo la etiqueta de jazzdance. El disco tiene un comienzo arrollador: la pieza del titulo, en la que Junior Walker sale disparado muy arriba de la estratosfera, y el house peligrosisimo del sencillo Streetbeats son la tajada del leon, el todo. Las siguientes cuatro piezas Winning Streak, Mickey Mouth, Insaxurraction y Jazz Disaster conservan la sudorosa tension entre el sonido pleno del sax colocado por encima de ritmos pulidos e incansables, pero ahi no se acaban las ideas nuevas, se nos presenta mas de lo mismo sin perder ni un poco de precision o fuerza: Grouser, A Night at the Sheraton y Unsafe at Any Speed estan a la altura de un disco bombastico, admirable. En sus tres cuartas partes Big Boy es un disco de dance unico, con un sax duro, que sera Unsafe at Any Speed tambien en el mas tranquilo hogar. El jazz avanza, se desarrolla, se mezcla con los generos contemporaneos, vive en los latidos de los corazones actuales. .