SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: DEL CONTINENTE DEL TEATRO CABEZA: Cuatro equis: erotismo y relacion de pareja CREDITO: BRUNO BERT Nathan Grinberg es un director que apenas tiene tres montajes (al menos que yo conozca), pero tambien una especial habilidad en el manejo de sus productos, a los que va rapidamente deslindando desde un teatro comprometido en la busqueda de lenguajes (Abolicion de la propiedad), pasando por un juego de habilidades hacia la conquista del publico (El contrabajo), hasta llegar a un equilibrado manejo de estimulos dentro de una propuesta de caracter casi abiertamente comercial como es Cuatro eq uis, la obra de Mauricio Pichardo que ha estrenado hace unas semanas en el Foro Shakespeare. El material de Pichardo propone a dos parejas jovenes que viven una union libre con no pocos conflictos. Una la compone un aspirante a pintor, cuya mujer es una bella burguesa que adora el status, la vida rumbosa y los amantes ocasionales. En la otra hallamos a una hacedora de tapices, tambien en sus inicios, acompanada de una especie de gigolo al que conocio en un viaje a Paris. Este tiene una vida bastante desordenada, consume drogas y le encantan las prostitutas con las que pueda tener una relacion de caracter sadomasoquista. La obra en si es el desarrollo de estas dos relaciones, su destruccion final y una apertura de alternativas que en realidad se van perfilando a lo largo del trabajo. No hay nada particularmente interesante ni en la estructura ni en el planteo, salvo que el autor (usando un recurso aplicado por Serrano en Sexo, pudor y lagrimas o por Leonor Azcarate en una obra que no he visto aun sobre los escenarios, para mencionar solo antecedentes locales) hace coincidir a los cuatro protagonistas en el mismo espacio fisico un departamento bohemio disenado por Rocio Martinez sin vincular a ambas parejas entre si. Incluso recurre a dialogos que comienzan en la circunstancia de una pareja y concluyen en la otra. Esto obliga a una agilidad de movimiento y dialogo que es la piedra angular en la que se apoya Grinberg en su puesta para hacer interesante lo que de por si no es mas que simpatico. Es decir que la obra se sostiene hacia el publico esencialmente sobre un juego de habi lidades pirotecnicas en el uso del espacio; en lo picado del dialogo, que juega siempre sobre lo brillante con un sesgo permanente de comicidad, y en el erotismo explicito de las relaciones que obliga a desnudos totales de todos los participantes en una cama de cuatro en la que no pasa nada mas que una infinita complacencia hacia el publico al que se le van ofreciendo "los encantos" de cada actor en forma alternada y conjunta. Un teatro light para tiempos de crisis que dedica sus esfuerzos al pub lico clase media de corte intelectual, entusiasta consumidor de todo aquello que lo halague en sus sentidos y preconvicciones; sobre todo si va, asi sea ligeramente, vestido de una apariencia inconformista y contestaria. Y de hecho la formula parece caminar en terreno seguro, ya que la funcion que me toco fue a sala llena, cosa rara hoy dia aun para espacios de camara como lo es el Foro Shakespeare. Los actores son Ari Telch, Odiseo Bichir, Amara Villafuerte y Consuelo Duval. Artistas conocidos, en algunos casos, que oscilan en su busqueda entre el actor y la "estrella", roles ambos que no siempre coinciden entre si. Su trabajo es solvente dentro de un contexto que, como es obvio, no resulta demasiado exigente, salvo en una verosimilitud cotidiana y a niveles de ritmo. No hay mas que esto, un teatro convencional hecho de habilidades para distraer un rato. Y a decir verdad, logra holgadamente sus objetivos. .