PAG. 26 SECCCION: INTERNACIONAL CINTILLO: COORDENADAS CABEZA: Los militares hoy en America Latina ENTRETEXTO: Al parecer es una constante que se repite, los militares aun constituyen poderes facticos nada despreciables CREDITO: EDIT ANTAL Un nuevo desafio, por parte de las fuerzas armadas hacia el poder civil, y una creciente demanda social de castigar a los culpables por los crimenes cometidos hace mas de una decada, recorren en los ultimos tiempos America Latina. Tensiones entre militares y sectores civiles en Peru, Argentina y Chile. Lo preocupante es que en el momento de salirse del poder la impunidad de los militares ha sido la condicion pactada para poder transitar hacia la democracia. El actual resurgimiento de tensiones entre la sed de justicia y la necesidad de reconciliacion ponen en dura prueba a las, todavia no del todo perfectas, democracias. Tanto en Chile como en Nicaragua o en El Salvador, el precio a pagar por la evolucion de los regimenes autoritarios de corte militar hacia formas de convivencia pacifica ha sido muy alto: la renuncia de pedir sanciones y castigos penales para quienes cometieron horrores infames. Aquello fue el momento del realismo politico: los asesinos, los torturadores, los secuestradores y los que colocaban las bombas _de ambos bandos de las guerras civiles_ gozaban de impunidad. Cier tamente no se trataba de una autentica reconciliacion. Esta en aquel momento no fue posible. Pero se acordo el respeto y la tolerancia, la fe en la ley y en las instituciones. En la transicion hacia la nueva era, la de la democracia, hacia falta aprender los valores y las formas propias de actuar en un Estado de Derecho. Las fuerzas armadas de Sudamerica, que historicamente estaban acostumbradas a ejercer una especie de tutela sobre el poder civil _lo quitaban y lo ponian_, sin duda constituyen un serio obs taculo ante el nacimiento de una cultura en la que su papel debiera ser diametralmente distinta: servir como sosten para el Estado y no sustituirlo. Ultimamente se multiplican los acontecimientos que parecen sugerir que en estos procesos de transicion la consolidacion de las democracias esta todavia lejos de ser tan fuerte y definitiva como se habia creido, e incluso nace el temor de que pudieran ser revertidas. En Peru, desde el muy recordado 5 de febrero de 1992, fecha en que Fujimori para poder combatir el terrorismo disolvio el Poder Legislativo y el Judicial, se ha hecho evidente que en la actualidad los fines siguen justificando los medios. De ahi en adelante los vinculos del presidente se han ido estrechando con ciertos sectores del ejercito, y se ha fortalecido la sospecha de que no se trata de un regimen digno de llamarlo democratico. Mas recientemente, la controvertida Ley de Amnistia General para soldado s y policias acusados de violar los derechos humanos durante los 15 anos de lucha contra la guerrilla pone aun mas en evidencia el compromiso que pueda tener el Poder Ejecutivo con los uniformados. Incluso en Chile, uno de los paises de tradicion legal e institucional mas enraizada del subcontinente, la condena de la Corte Suprema, que solo ha sido posible gracias a la presion norteamericana, de los generales Contreras y Espinoza, autores intelectuales del asesinato en Washington de Orlando Letelier, lider socialista exiliado, esta enfrentando una fuerte resistencia desestabilizadora por parte de las fuerzas armadas. Al parecer es una constante que se repite en las nuevas democracias latinoamericanas que los militares _que se encuentran protegidos por amnistias_ todavia constituyen poderes facticos nada despreciables. Ello hace pensar en que en la actualidad, las fuerzas armadas pueden estar interesadas en renegociar su papel en la sociedad y el Estado. En Argentina, una reciente e inesperada catarata de ®MDRV¯mea culpa®MDNM¯, las confesiones de torturadores arrepentidos despues de que el ex capitan de corbeta, Adolfo Scilingo, confesara como habia participado en dos vuelos desde los que se tiraron al mar a prisioneros politicos vivos, ha traido a la superficie la eterna disyuntiva moral _sin embargo de gran importancia politica_, entre memoria u olvido. Se ha puesto en claro que no existe aun la reconciliacion, la moralmente imposible, pero politi camente necesaria, entre las victimas y los asesinos. Lo mas delicado de lo que plantean los recientemente reverdecidos procesos en torno a las fuerzas armadas es la falta de un acuerdo y de una nueva cultura politica con miras a una democracia real. Aparte de los militares, por supuesto, el resto de la sociedad es tambien responsable por este cambio: los partidos, los sindicatos, los medios de comunicacion, y la sociedad en general. El escenario de la aparente contradiccion entre lo que dicta la moral, juzgar a los culpables, y lo que exige el realismo politico, imponer la tolerancia sobre un acuerdo comun, lo constituyen democracias fundadas sobre la base del olvido del pasado, en terminos historicos, reciente. ¨Seran suficientemente solidas las nuevas edificaciones institucionales y legales de la democracia como para aguantar la actual presion y el desafio? Es la mayor inquietud que esconde tras las noticias acerca de la ahor a, de nuevo, cuestionada culpabilidad de los militares. ¨Que nuevo pacto buscaran los militares, y por que justo en este momento? .