SECCION ESPECTACULOS PAG. 42 BALAZO: VIDEO CABEZA: Ecos de Duke Ellington CREDITO: XAVIER QUIRARTE Musico total. Tal podria ser el calificativo que podriamos aplicar a Duke Ellington, quien a lo largo de su vida escribio no solo un impresionante numero de composiciones que se convirtieron en standards inmortales, sino tambien suites, obras sinfonicas, misas, musica para ballets y peliculas. Este vasto legado llevaba siempre la marca personal del compositor, pianista y lider de orquesta que titulo a su biografia Music Is My Mistress (La musica es mi amante). "Yo creo que la musica no es nueva ni vieja", escribio Ellington en su autobiografia, lo que me recuerda lo que respondio el compositor y director Luckas Foss cuando le pregunte si le gustaba el jazz: "Si, siempre y cuando suene fresco". La buena musica, la que trasciende el tiempo, no tiene edad, suena siempre fresca. Esto ha sucedido con las obras de Duke, que con el paso de las decadas no solo mantienen sus valores, sino que aceptan la posibilidad de nuevas lecturas a la luz de nuestros dias. Cotidianamente, en algun festival de jazz, en cierto club de algun rincon del mundo alguien rinde homenaje a la figura de Duke y toca alguna de sus piezas. En 1987, un grupo de musicos, bajo la direccion del pianista Roger Kellaway, se reunio en el Wiltern Theatre de Los Angeles para recordar a Ellington con algunas de sus composiciones mas celebres. La actuacion esta recogida en el par de videos Echoes of Ellington (Jazzvisions/Verve/Polygram). En un mismo escenario, el homenaje permitio reunir a dos saxofonistas (Tom Scott y Bill Evans) y un trompetista (Randy Brecker) de distintas tendencias para hablar un lenguaje comun. La seccion ritmica, impecable, estuvo integrada por Kellaway y Pete Jolly (pianos), Andy Simpkins (contrabajo), Ndugu Chancler (bateria) y Robben Ford (guitarra). Brecker alcanza uno de los momentos mas sublimes del primer volumen al interpretar un solo intenso en "In a Sentimental Mood", mientras que en "Mood Indigo" Scott, Evans y Brecker sostienen un impresionante duelo como solistas. Como estrella invitada, Diane Reeves (cuyo talento deberia recibir mayor reconocimiento) ofrece un impecable manejo vocal en "I Got it Bad (And That Aint Good)", para luego ejecutar en scat "Im Just a Lucky So and So" impulsada por el sax candente de Scott. El otro invitado, Ossie Sm ith, se une a Reeves para demostrar que sus cualidades vocales no estan a la altura del homenaje y su actuacion es opacada por la maestria de Diane. En el volumen 2 de Echoes of Ellington, Simpkins y Chancler, fuerzas vitales en esta recreacion del universo de Duke, realizan esplendidos solos en "Satin Doll" y "Rockin in Rhythm", respectivamente. Tom Scott, lejos de sus ejecuciones complacientes que caracterizan buena parte de su produccion discografica, se lanza a toda maquina en "It Dont Mean a Thing (If it Aint Got that Swing)" para mostrar sus excelentes dotes de improvisador. los pianistas Kellaway y Jolly entablan un impecable dueto en "Rockin in Rhythm" con solos en los que uno desafia al otro, para terminar entablando una conversacion en la que incluso hay espacio para las disonancias. Despues de deambular por terrenos escarpados, lo que les permite explayar su enorme dominio tecnico del instrumento, los pianistas regresan al tema principal. Echoes of Ellington es una buena muestra de que la musica de Duke Ellington sigue tan viva como siempre. .