SECCION ESPECTACULOS PAG. 45 BALAZO: JUAN LUIS GUERRA Y SU 4:40 CABEZA: Fogarate, una cosquillita en la cintura CREDITO: ERNESTO MARQUEZ Despues de incursionar con algunos experimentos musicales en Areito (1992), Juan Luis Guerra decide profundizar en el folclor de su tierra para retomar la senda del exito. Fogarate (Karen Records), su nuevo disco, ha venido a rescatar ciertas caracteristicas del merengue tradicional, en su mejor sentido. Con el talento musical de Francisco Ulloa y su excelente conjunto tipico, la guitarra electrica de Diblo Dibala, las voces acopladas de Adalgisa Pantaleon -mujer que canta sin temor a las notas altas-, Frank Ceara, Robert Jeandor, Patric McMilliam, Gino Morris y el propio Guerra, podemos decir que el merengue dominicano ha ganado una presencia refrescante. Son 12 temas con el timbre personal e inconfundible de este cantautor que se enfrenta lo mismo al son cubano, la musica africana, la bachata y, por supuesto, al merengue, ritmo por antonomasia de su tierra. Sus temas estan escritos con un compromiso limpio y absoluto: el del hombre que ha encontrado en su cultura los afluentes necesarios para hablar sin prejuicios de la vida, de la gente, del amor y de su pueblo. De hecho sus letras resumen un poco el caracter y manera de ser del dominicano medio, por eso lo destacan como un compositor cuya musica no es solo sabor y parranda, sino tambien mestizaje y, claro, nacion. Juan Luis Guerra revive la soberania auditiva del pasado y, aunque explora una variedad de estilos y tonos coloridos que se convierten en imitaciones de tiempo y ambiente, logra pergenar un punado de buenas canciones formadas con palabras que concuerdan con la musica. Con Fogarate (nombre que le dan los dominicanos rurales a la pelusa de una planta silvestre que en su contacto con la piel causa una sensacion de "malestar erotico") Juan Luis Guerra busca proyectar la sustancia ritmica del merengue tradicional al mismo tiempo que sus evoluciones liricas. En El farolito (Veo un farolito en tu cintura/ cuando tu lo mueves/ tiembla la luna./ Veo un farolito en tu cadera,/ cuando tu lo mueves/ tragame tierra...), una de las piezas del disco, retoma la picaresca y la copla sencilla del campo quisqueyano, esa de la que nos habla tan magistralmente Flerida de Nolasco en la Poesia folclorica de Santo Domingo. Los pajaritos, cancion bucolica, ejemplo de la zoofilia avicola recurrente en el canto cibaeno, es otro caso, solo que aqui (como en Oficio de enamorado) el ritmo utilizado no es merengue sino el primigenio del son cubano, el changi, que viajara a la Dominicana en ese intenso intercambio maritimo que siempre ha permitido las Antillas y que para algunos musicologos viene a ser el principio basico del merengue. Este tema vale la pena destacarlo por la categoria sonora que alcanza en el contexto del disco y por su carga de emocion dirigida al bailador, ese que si sabe y lo aprovechara con regocijo. Esta tambien El beso de la ciguatera, un merengue apambichao en el que Juan Luis nos da muestra de la evolucion del merengue tradicional, rumbo al merengue contemporaneo, tanto en la musica como en la lirica, ya que en su texto nos habla (como en La bilirrubina) en el lenguaje de un romanticismo urbano. Pero donde en verdad se cuela con fuerza el sabor quisqueyano es en Canto de hacha y La cosquillita (tema que ya esta sonando en la radio), ambos de don Francisco Ulloa, excelente musico y compositor de perico ripiao (merengue campesino), quien con su acordeon hace hincapie en el tumbao clasico del merengue, creando por demas una atmosfera donde uno siente la magia de esta musica que contagia las ganas del baile y nos precipita al goce inmediato desde el redoble endiablado de la tambora, el rayado frenetico de la gira y el chillido de los saxofones tenores. Tambien en este nuevo album hay un crossover (July 19Th) de reminiscencia beatle: tres versiones: dos del guitarrista zaireno Diblo Dibala (Los mangos bajistos y Fogarate) y una del congoleno Papa Wenba (Vivire). Ultimamente, junto con la recuperacion de sus raices, Juan Luis ha estado mirando constantemente al gran continente africano, un continente lleno de resonancias que lo motiva "enormemente" y, segun sus propias palabras, lo hace crecer como hombre del Caribe. Es asi como Fogarate sale al aire, con grandes perspectivas de popularidad, basado en el trabajo musical de un Juan Luis Guerra que se deja de incursiones arriesgadas, apuesta por lo propio y refuerza con el talento de exquisito compositor y musico que es. .