SECCION ESPECTACULOS PAG. 43 BALAZO: DRAMA DE VALDES MEDELLIN CABEZA: A tu intocable persona CREDITO: GONZALO VALDES MEDELLIN Murmullo metalico. Al fondo del escenario se proyectan diapositivas de banos de vapor solo para hombres. Cuerpos que se entrelazan. Manos que acarician muslos, piernas. Imagenes sugerentes o pornograficas. Erotismo y lubricidad. Leonardo (retoma, aturdido).- Y mas todavia, me enerva pensar que esto que siento por ti me obnubila, me enceguece. Es amor, es pasion, es sexualidad. Sexualidad que ha despertado a gritos, a gemidos. Orlando.- Yo tambien te quiero. Leonardo.- No. Pero no es lo mismo. No puede ser lo mismo un te quiero, a un te amo!, a un te adoro!, como yo. Y luego tu atraccion por las mujeres (laconico). No creas, me sumerges en una gran tragedia. Orlando.- Yo no lo veo asi. A veces te siento muy posesivo. Cuando me hablas de la fidelidad... Leonardo (interrumpe).- Por cierto, el otro dia me heriste profundamente. Orlando.- ¨Por que? Leonardo.- Para ti es muy facil decirlo, pero para mi es una amenaza constante. ¨Puedes imaginar lo que senti cuando dijiste "hay que ser fieles, pero no del todo"? ¨Por que?, te pregunte... Orlando (adelantandose).- Porque somos hombres. Leonardo.- Si, eso contestaste, porque somos hombres. Todavia se me hace absurdo eso; "porque somos hombres". ¨En que se opone el ser hombre con el ser fieles, eh? Orlando.- Bueno, ya sabes que... Leonardo (con pena).- Si, que eres un... inestable. Y no te lo reprocho. Yo tambien lo he sido, hasta que te encontre, porque creo que por fin halle el amor. (Moviendo la cabeza negativamente.) Me veo ridiculo. Parezco personaje de Ninon Sevilla. Orlando.- Somos hombres, Leo. Nos gustan los hombres, no tenemos por que coartar nuestra libertad, de todos modos seguimos amandonos, ser fieles no es nada. A veces yo necesito hablar con otras personas, conocer mas gente; pero no porque me aburra contigo o no me intereses, sino porque me siento muy solo; Leo, tu no sabes como me siento por dentro. Ya te lo dije otras veces: no hallo mi lugar. Leonardo.- ¨Y que sientes por dentro? ¨Menguas con otras gentes tu soledad? Orlando.- Leo, por favor, no me digas esas cosas, no me cuestiones, no me conflictues. Me haces sentir mal. Leonardo.- Dime, ¨con otras gentes te sientes mejor que conmigo? Orlando.- No, no es eso, Leonardo... Simplemente asi creo sentirme menos solo, como que pertenezco a muchos y al mismo tiempo no soy nada. Leonardo.- Te avergenzas de ser gay, por eso no me demuestras tu carino. (Burlon.) ¨Asi crees sentirte menos solo? Vaya! Si te molesta que yo este a tu lado, que te quiera, pues... Orlando.- No, no lo tomes asi, por favor, mira, yo... Silencio. Leonardo parece leon enjaulado. Orlando se apena. Orlando (retomando).- Me cuesta tanto trabajo entender tu manera de... Leonardo.- ¨De que? Orlando.- Tu manera de ser, de amar, de todo. Leonardo.- Mi manera de amar! Que tal con la frasecita (suspira fingidamente). A mi tambien me costo mucho trabajo aprender a amar. Mucho. No es facil. A lo largo de las correrias emprendes relaciones donde la fidelidad es punto menos que aberrante o donde el amor esta fincado por el interes economico o en donde amar es siempre un ensueno, pero uno se acostumbra a todo. Ya llega el momento, cuando menos piensas o esperas, en que has elegido alguno de estos tres o cuatro o cinco o mil modos de condu cirte como amante. Porque a fin de cuentas te rindes ante la evidencia: todas, todas estas relaciones se descomponen, comienzan a pudrirse, se destruyen hasta que de pronto te encuentras frente a tu amante sumido en la mayor apatia, en el desamor mas asfixiante, en el asco y en el odio. Y tu amante es tu espejo. Va sintiendo, pensando, albergando lo mismo que tu. Y aunque los dos se dan cuenta, ninguno se atreve a asumirlo hasta que ambos se han lacerado... Es estupido, pero asi es. Luego, cada uno toma un camino diferente, como perros se encuentran de pronto vagando por las calles, ya ni siquiera en busca de la charla que los haga nuevamente humanos. No. Se busca el sexo, porque uno llega a pensar que solo al sexo puede aspirar. ¨El amor?, ¨la compania compenetrada, univoca? No existen. Son entes obsoletos, cursis, pero mas que nada, el amor es amargo, algo que bien se puede evitar con el roce de los cuerpos. Asi te conoci Orlando, asi, movido por todo esto. Y entonces todo en mi se iba metamorfoseando; sent ia el deseo por tu cuerpo, pero tambien por tu voz, deseaba escuchar tu voz, oler tu aliento, los humores de tu ropa, tus perfumes, regodearme en la tersura de tu piel, en tus largos dedos. Ninguna caricia que no reposara unicamente en ti, para mi, tenia valor. Mis pensamientos eran contigo, para ti, Orlando. Y me digo, te lo digo, ¨para que buscar en otro lado lo que ya tengo contigo? Orlando.- Pero yo siento diferente (enervado). Te quiero, me gustas, te agradezco que seas tan bueno conmigo, pero, no se... Me siento mal, Leo, estoy enfermo, no puedo entregarme asi como tu porque mi enfermedad no me lo permite, aunque lo quiera, aunque lo necesite. Se que es injusto, pero yo mismo no hallo que hacer. Solo pienso en mi vida, en mi mama, en mis hermanos, en el dano que le he hecho a tanta gente y en el que me han hecho a mi tambien. Leonardo (exacerbado).- ¨El dano? ¨Que dano? ¨A que te refieres? Orlando (estallando).- Ya...! No me hagas mas preguntas por lo que mas quieras. Necesito estar en paz. No quiero seguir hablando de esto. Me siento morir, Leonardo, de veras, entiendelo. No quiero hacerte dano, no sigas. Leonardo.- De todos modos me haces dano! .