SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CABEZA: Dos vertientes del acuerdo CREDITO: Renward Garcia Medrano El acuerdo por la Civilidad, la Concordia y la Justicia en la Democracia, firmado por ocho candidatos presidenciales a iniciativa del secretario de Gobernacion, Jorge Carpizo, tiene una doble importancia: es un instrumento para garantizar que el proceso electoral se ajuste a la legalidad y transcurra en paz, y apunta cambios politicos profundos para el proximo gobierno. En cuanto a lo primero, el Acuerdo traduce a compromisos politicos expresos, comportamientos propios de un Estado de Derecho y una sociedad civilizada, como el respeto a las leyes, el privilegio al dialogo politico para dirimir diferencias, el repudio a toda forma de presion sobre los electores, los funcionarios y los observadores electorales, el rechazo a la calumnia y la difamacion como armas politicas, la imparcialidad de las autoridades en los tres niveles de gobierno. Tambien reafirma lineamientos que ya estan contenidos en la legislacion electoral vigente, como el acceso equitativo a los medios de comunicacion. ¨Por que entonces el Acuerdo, si su contenido ya forma parte del cuerpo legislativo? ¨para que? Para dos propositos: el primero, reformar, con el compromiso politico de cada candidato -y el respaldo manifiesto de las abundantes organizaciones, grupos y personalidades -la validez de las disposiciones legales vigentes que, como se recordara, fueron objeto de profundas reformas a partir del Acuerdo para la Paz, la Justicia y la Democracia, firmado el 28 de enero pasado por ocho candidatos presidenciales y sus respectivos partidos politicos, con excepcion del PPS y la maestra Lombardo, cuya ausencia obedecio mas a razones formales que de contenido. ¨Por que habria que revalidar la legislacion? Porque uno de los tres candidatos mas importantes, Cuauhtemoc Cardenas, y algunas fracciones de su partido, el PRD, han asumido la deslegitimacion del proceso electoral como eje central de su campana politica y eso, en la practica, podria debilitar seriamente la credibilidad, propiciar acciones al margen de la ley y crear las condiciones para la violencia. De esta suerte, en buen castellano, a la descalificacion del proceso electoral por el ingeniero Cardenas, se ha respondido con el inmenso esfuerzo politico de redactar el nuevo Acuerdo, lograr que lo firmen todos los candidatos presidenciales menos el, y levantar un clamor de apoyo de grupos y personas altamente representativas de la sociedad politica y la sociedad civil, quienes, en masa, declaran su voluntad de preservar la paz y la concordia nacionales y poner un valladar moral y politico frente a los am agos de violencia. Ademas, si solo hubiera la amenaza de un candidato y su partido, probablemente no habria sido necesario movilizar a la sociedad a favor de la ley y la paz. Pero las actitudes del senor Cardenas y sus mas cercanos colaboradores coinciden con los planteamientos politicos de un movimiento armado que controla por la fuerza una parte del territorio nacional y ha convocado a una "convencion" para redactar una constitucion que remplace a la vigente. Por eso la sociedad, encabezada por ocho candidatos presidenciale s, se ve compelida a manifestar su repudio a toda forma de violencia y su voluntad de respeto a las leyes y a las normas elementales de civilidad y decoro en la contienda politica. El documento de julio llega mucho mas lejos que el de enero y define dos importantes compromisos que obligaran politica y moralmente a cualquiera de los ocho candidatos firmantes que gane las elecciones. El primero, se refiere a gobernar con "un equipo que sume a los mejores mexicanos y mexicanas" lo que no obliga a ninguno de los candidatos a renunciar a sus respectivos "espacios de participacion" (ni a) la contribucion al proceso democratico que seguira realizando cada uno de nosotros". Se trata, claramente, de romper las amarras partidistas y llevar al equipo de gobierno a las personas optimas, camino que inauguro el presidente Salinas al designar al doctor Carpizo secretario de Gobernacion. No se comprometen los candidatos, entiendase bien, a formar un gobierno pluripartidista -lo que no es propio de un sistema presidencialista, sino de un sistema parlamentario y, donde se ha intentado, como en el viejo sistema politico de Colombia, ha degenerado-; se comprometen a buscar a los mejores p ara el gobierno, independientemente de su filiacion partidista o su apartidismo. El que este camino haya sido abierto ya por el presidente Salinas demuestra, primero, que no afecta la unidad del partido mayoritario; segundo, que no rompe la indispensable y plena lealtad y disciplina a que estan obligados todos los colaboradores del presidente, incluso los que no son miembros de su partido y tercero, que no significa compartir el poder, sino fortalecer la autoridad presidencial. Es indudable que los ochos candidatos evaluaron el experimento Salinas-Carpizo antes de asumir el compromiso d e gobernar con "los mejores". Un segundo compromiso, que transformara profundamente la estructura del poder, es el de dar "un nuevo impulso institucional que fortalezca la interaccion de los poderes Legislativo y Ejecutivo, consolide el federalismo en el fortalecimiento de las soberanias estatales y del municipio libre e incremente la participacion de organizaciones civicas en los procesos fundamentales de desarrollo del pais". Se trata de tres acciones basicas: la primera, fortalecer y por lo mismo independizar a las camaras legislativas frente al Poder Ejecutivo, lo que significara un notable paso en la modernizacion del sistema presidencialista mexicano, que no dejara de ser eso presidencialista, pero impulsara decisivamente la division de poderes. La segunda accion se refiere a otra tendencia tambien incontenible de la historia politica del pais: el fortalecimiento del federalismo y del municipio libre, paralelo y necesario pa ra el autentico desarrollo regional y la descentralizacion. La tercera, abrira espacios mas anchos a la accion de las organizaciones de ciudadanos que hacen politica y que, por lo que parece, son un puente hacia la reforma de la mayoria de los partidos existentes y la creacion de otros. De esta suerte, los dos compromisos que adquiere quien sera presidente de Mexico gracias al acuerdo de julio, constituyen el trazo de un nuevo orden politico interno, hacia el que se pretende avanzar dentro de la ley y las instituciones y a traves del dialogo y la negociacion licita y legitima entre las fuerzas politicas mas representativas del pais. La otra opcion es emprender el cambio a traves de la violencia, pero la sociedad, en masa, la rechaza. En ello radica la extraordinaria importancia del Acuerdo por la Civilidad, la Concordia y la Justicia en la Democracia. .