SECCION INF. GRAL. PAG. 3 CABEZA: Zedillo, las policias y los jueces CREDITO: JULIAN ANDRADE JARDI I El reclamo Pocos temas tocan tantas fibras y tantos nervios como el de la seguridad y sus procedimientos. Decadas de impunidad han creado zonas de franca barbarie y de obscuridades notables. Basta recordar al Barapem o a la Brigada Blanca para saber de que estamos hablando. No hay que hacer un gran esfuerzo de memoria para recorrer toda una historia de prepotencia y extorsiones. Ningun candidato, mas alla de deseos o compromisos, puede rehuir a lo que ya es una exigencia ciudadana: la moralizacion y la reforma de todo el aparato de justicia. Ernesto Zedillo, en su discurso del 14 de julio, en la ciudad de Guadalajara, senalo lo que para el son los grandes ejes de la transformacion en el aparato procurador de justicia, los que pasan por las policias, los ministerios publicos y los jueces. II Las policias En indudable que el gran cancer que corroe las distintas corporaciones policiacas es el de la corrupcion. Durante la decada de los 70 se alento la creacion de grupos encargados de combatir la guerrilla que tendrian como recompensa una impunidad total para toda clase de fechorias. Los dos mejores ejemplos de lo anterior y los mas vergonzosos son los de Zorrilla y Miguel Nazar Haro. El primero cumpliendo condena por el asesinato de Manuel Buendia y el segundo acusado por el gobierno norteamericano de tener to da una red de robacoches, todo eso sin tomar en cuenta las denuncias por tortura y por abuso que obran en los cajones de algun archivo. No fue facil lo logrado durante el gobierno por eso espanta que pueda volver el pasado. La propuesta del candidato del PRI tiene como un primer alcance el de la dignificacion del trabajo y la carrera policiaca. Es indudable que sin un reconocimiento social, hacia los buenos elementos, sera dificil que la vieja maquinaria no los envuelva. Hay una nueva generacion, educada en la ley y el respeto a los derechos humanos, que tiene que luchar, cotidianamente, contra redes de delincuencia anejas, contra mandos que exigen dinero y contra relaciones con el hampa perfectamente estructuradas. Zedillo propone, por ello, un aumento generalizado en el salario y un escalafon claro para las promociones y los ascensos. Lo que no deja de ser una iniciativa generalizada. Las propuestas de Zedillo no son sencillas, toda una historia juega en contra. Los grandes agravios y la inseguridad cotidiana no se dieron por arte de magia, tienen que ver con politicas impulsadas por su propio partido. Creo que eso lo sabe perfectamente. Las grandes resistencias al cambio no estan en la sociedad, se alojan en lo mas anquilosado del partido oficial. Tal vez la primera tarea del proximo gobierno no importa de cual partido es la de rastrear la historia, la de recorrer los polvorosos archivos de cada corporacion, no solo para tener un retrato claro de la impunidad y de una de las zonas mas negras de nuestra vida publica, sino para evitar, como propone Zedillo, el que los malos elementos deambulen de una policia a otra. ¨Como moralizar a la policia? No seria exagerado afirmar que esa es una de las grandes preguntas de nuestro fin de siglo y de nuestra transicion a la democracia. ¨Como competir, desde el Estado, contra la gran derrama del narcotrafico? Las respuestas seguramente tienen que ver con la profesionalizacion y con la promocion de jefes duros e incorruptibles, con la legalizacion de algunas drogas (si no es que de todas) y con un replanteamiento de lo que significa el servicio en la administracion publica. Las iniciativas de Zedillo, en este sentido, no son malas, pero tienen el gran problema de la credibilidad. ¨Por que creerle al candidato del PRI, si su partido en el poder ha solapado la corrupcion y el despilfarro? Muchos ciudadanos podemos estar convencidos de su sinceridad pero esta se enfrenta a un ambiente donde ya no queda ninguna certeza. La contestacion, por supuesto, tiene que ver con la historia personal de Zedillo, con un gobierno que impulso la creacion de la CNDH y que intento moralizar a las distintas procuradurias. El gran problema y la mayor interrogante es la de ¨para que volver, aunque sea parcialmente, a desandar lo andado justo al final del sexenio? Creo que lo anterior puede ejemplificar lo que pasa en buena parte del Estado. Hay una lucha sorda con actores no siempre identificados entre los afanes de modernidad y las resistencias del pasado. La crisis de Chiapas y el asesinato de Colosio, han roto con un camino seguro hacia la plena modernizacion del pais. Yo creo, sin embargo, que la fuerza de la reforma y la de la sociedad son irreversibles. Es imposible pensar en un retorno a los 70. Hay que apostar por lo que aprendimos y por lo que logramos en los ultimos anos. Como quiera que sea la impunidad, la tortura y la corrupcion, son vigiladas por infinidad de organismos protectores de los derechos humanos y por toda una cultura que pudiera arrancar con el reclamo democratico de 1968. III Los jueces La relacion de Zedillo con el poder judicial ha sido rispida. El asesinato de Colosio y el auto de formal prision para Aburto por homicidio simple han exacerbado los animos. Mas alla de que el juez tuviera razon y de que su decision este fundamentada en la jurisprudencia, lo cieto es que el reclamo de Zedillo se inscriba en un ambiente generalizado de incredulidad. Lo que se hace urgente es una nueva relacion de los jueces con la ciudadania. Es cierto que la ley y la verdad no pueden estar sujetas a la voluntad de la mayoria, pero tambien es irrenunciable el derecho que tenemos todos a estar informados. De los litigios que arroja la campana priista seguramente quedara el rompimiento de un viejo tabu, aquel que pretende una distancia entre las togas y el publico. Estamos a unas semanas de la eleccion, contra todo lo que podiamos esperar, las campanas van tomando vuelo y las propuestas apuntan la agenda del Mexico del futuro. Los programas van quitando lugar a las arengas y a los pleitos. Es esperanzador que al menos en los ultimos dias tengamos un debate de altura, aunque no sea en la television. Yo no pienso votar por el PRI, hay que reconocer, sin embargo, que hay un espiritu de largo aliento en el intento de Zedillo de convencer en las elecciones mas competidas de nuestra maltrecha transicion a la democracia, lo que no deja de ser esperanzador si tenemos en cuenta que es la primera vez que el partido en el poder puede perder el 21 de agosto. .