SECCION ESPECTACULOS PAGINA 39 BALAZO: ESPONTANEO PROMOTOR ELECTORAL CABEZA: Juan Gabriel: el delirio, otra vez CREDITO: ALEJANDRO SALAZAR HERNANDEZ Sabado por la noche. Cientos de personas ingresan al Auditorio Nacional (de los pocos sitios respetados por la atosigante propaganda electoral) con una sola consigna: disfrutar el concierto de Juan Gabriel, esta vez atraidos por escuchar en vivo las canciones de Gracias por esperar, su nueva grabacion. Aun con la persistente llovizna externa, el lleno en el inmueble se vuelve casi absoluto mientras en dos pantallas gigantes se proyecta una semblanza donde se resaltan las proezas artisticas del juarense, asi como el videoclip de Pero que necesidad, tema con pinta de exito. No hay mayor preambulo para la aparicion del cantautor quien, acompanado de una excepcional orquesta y coros, genera en segundos el extasis acostumbrado en sus presentaciones: gritos delirantes de mujeres y aplauso general arrancados al inicio de cada una de sus composiciones (exitos en su voz o las de otros interpretes) o con sus provocadores movimientos sobre el escenario. "Gracias por comprar mi disco, por cantar mis canciones, por recordar mis exitos y por tanto, tanto amor", dice en una de sus contadas alocuciones a lo largo de la velada. A mitad de esta, lo inesperado... "Llego el dia de las votaciones!", grita Juan Gabriel. Ritmo de conga inunda el lugar, y el entona una letra al parecer improvisada: "Todos los del PRI, la vida hay que gozar. Todos los del PAN... del PRD... del PPS... del PARM, la vida hay que gozar". El publico lo secunda con espectacular coro. El divo, divertido, prosigue: "Todos los catolicos, la vida hay que gozar. Los cristianos... Los protestantes... Los ateos..., la vida hay que gozar". Transcurren los minutos. La frase cambia, mas no el tema. "Quienes votan por Zedillo. Todo el mundo tiene que votar... Por Cevallos... Por Cardenas... Aunque sea del PRI... del PAN... de aqui... de alla... Todo el mundo tiene que votar". De estas y otras ocurrencias -entre ellas, invitar a algunos asistentes a desquitar publicamente sus rencores contra amores traidores-, se da lujo, y la respuesta de sus admiradores no deja de ser igual de estruendosa. Ya quisieran contar con ella algunos candidatos a la Presidencia de la Republica. Asi, yendo de lo festivo a lo romantico, al son del mariachi o de ricos arreglos orquestales, Juanga llega una vez mas a feliz termino con el casico Amor eterno, cuya letra, como por arte de magia, hunde a todos los alborozados asistentes en la total melancolia. Bajo estos acordes y luego de dos horas y media de actuacion ininterrumpida se despide, abre los brazos, manda besos y se hinca sobre el escenario antes de que el telon lo aparte de la vista de sus miles de fanaticos, a estas alturas extasiados, sin ni siquiera el animo de pedir "otra". Afuera ya no llueve. Discos compactos y cassettes (la mayoria de estos ultimos piratas), tazas, playeras... Un sinfin de articulos decorados con su rostro borran la imagen del ¨espontaneo? promotor electoral y hacen recuperar la del idolo. Al menos con esta primera de cuatro presentaciones en el Auditorio Nacional ha corroborado una vez mas estar situado en ese nivel, aunque aun algunos se resistan a creerlo. .