SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CINTILLO: ECOLOGIA CABEZA: Enegia y medio ambiente (I) CREDITO: GABRIEL QUADRI DE LA TORRE La puesta en marcha por el Presidente de la Republica de la Presa de Aguamilpas en el estado de Nayarit, nos mueve a reflexiones inaplazables sobre el largo plazo, aun dentro de la voragine politica que vivimos. Tal es el caso de las relaciones profundas entre el suministro y uso de energia en nuestra sociedad, las politicas ambientales, y la sustentabilidad a largo plazo del propio desarrollo economico y social de Mexico. Ya hemos recordado en colaboraciones anteriores, y nos permitimos hacerlo nuevamente, que el capital ecologico es el ensamble de sistemas y elementos naturales que soporta toda actividad humana, el cual opera y se mantiene dentro de ciertos umbrales de afectacion, mas alla de los cuales se rompe su capacidad de autorregulacion. El capital ecologico aporta una gran cantidad de cosas de caracter vital que se pueden denominar funciones ambientales. Estas incluyen la generacion de una variedad virtualmente infi nita de recursos (funciones de generacion de recursos), y de asimilacion de desechos, descargas y emisiones contaminantes (funciones de asimilacion). El desarrollo sustentable implica que todas las funciones ambientales permanezcan en disponibilidad operativa a lo largo del tiempo. En este marco, el suministro de energia en las sociedades modernas adquiere dimensiones muy significativas si se enfoca a traves de la perspectiva de la sustentabilidad. Existen al menos tres horizontes que merecen una reflexion cuidadosa. a) Observancia de las capacidades de carga de los sistemas biofisicos para asimilar emisiones (capacidad de carga de los resumideros regionales y globales). Esto implica asumir, desde la logica de la utilizacion de los energeticos, los problemas locales de calidad del aire, los procesos de contaminacion transfronteriza o a distancia (precipitaciones acidas), y las tendencias al calentamiento global por exceso de gases invernadero. En el caso de la calidad del aire urbano a nivel local, es preciso reconocer y dimensionar las correlaciones entre los balances energeticos metropolitanos y los inventarios de emisiones, como contexto racional para la interpretacion de los problemas y para el diseno de politicas publicas. Siempre, ceteris paribus (considerando constantes la calidad de los energeticos, su tipo y la naturaleza de las tecnologias de combustion y de control de emisiones), la calidad del aire va a depender del volumen de combust ibles fosiles quemados en una cuenca atmosferica determinada; y las responsabilidades sectoriales en el problema se van a distribuir de manera correlativa al consumo de energeticos. Hablando de contaminacion transfronteriza o transregional (por lluvias acidas), el analisis siempre se traza hacia el volumen de combustibles consumidos y hacia la calidad de los mismos en terminos de su contenido de azufre. Por su lado, las tendencias al cambio climatico estan evidentemente asociadas, tambien, pero en este caso a nivel global, con los volumenes totales de consumo de combustibles fosiles, practicamente en forma indistinta de su calidad o tipo (sin tomar en cuenta las quemas masivas de bosqu es tropicales en los paises en vias de desarrollo, las emisiones de metano, de CFCs y otros gases). Aunque, paradojicamente, las neblinas de acido sulfurico, sulfatos y otros aerosoles producto de la combustion de energeticos de alto contenido de azufre, contribuyen a compensar parcialmente el efecto invernadero, al reflejar la radiacion solar. b) Asignacion intertemporal optima de energeticos (como recursos no renovables), previendo la generacion de alternativas ante su agotamiento (agotamiento de recursos como violacion a las reglas de sustentabilidad). Esto implica reconocer el llamado costo del usuario, separando la proporcion correspondiente de los "ingresos" producto de la venta del recurso, para generar sustitutos renovables a largo plazo. Para este analisis, en terminos de sustentabilidad, la teoria economica nos ha ofrecido desde hace dec adas una serie importante de argumentos y de herramientas. Por ejemplo, contabilizar las ventas de un recurso no renovable como ingreso exigiria, para ser rigurosos, deducir la variacion correspondiente en existencias o la disminucion de activos, lo que a precios de mercados significaria un ingreso neto igual a cero, que es un ejercicio sin sentido. Solo si los propietarios venden su recurso y colocan el producto de la venta en una cuenta bancaria o en otro activo generador de intereses surgiria un ingreso verdadero equivalente a los intereses reales devengados. Aq ui, la liquidacion del capital seria evidente y nadie lo confundiria con "ingreso". Bajo una optica de sustentabilidad biofisica, los propietarios (el pais), de algun recurso no renovable siempre deberian invertir parte del producto de sus ventas en cosas que pudieran sustituir el activo que tiende a ser agotado: por ejemplo, parte de los ingresos de Pemex deben invertirse en el desarrollo de energias alternas. c) Mitigacion y compensacion de danos ambientales en la produccion, transporte y almacenamiento de energeticos. En esta vertiente cabe hacer referencia a la remocion de cobertura vegetal y cambios de uso de suelo, alteracion de regimenes fluviales, interrupcion de cauces, contaminacion de suelos, generacion de residuos peligrosos, emisiones en los procesos de transformacion, emisiones evaporativas, induccion de colonizacion espontanea y asentamientos irregulares, riesgos ambientales diversos, etcetera. Esta s presiones ambientales se refieren tanto a la saturacion de resumideros biofisicos como a la sobreexplotacion y destruccion de recursos. Como se ve, los retos para armonizar el desarrollo energetico, el medio ambiente y el desarrollo sustentable son enormes. Ello, entre otras razones, porque demandan un esfuerzo inusitado de integracion de las politicas energeticas y ambiental, ambitos que tradicionalmente se han inscrito dentro de compartimientos y procesos institucionales no solo separados sino divergentes. Sin embargo, algunos de estos retos ya han sido asumidos por SEMIP, Pemex, CFE, Sedesol y representantes academicos y del sector priva do, que han logrado hacer confluir los intereses sectoriales e interinstitucionales que representan. A esto volveremos en colaboraciones posteriores. .