SECCION ESPECTACULOS PAG. 45 BALAZO: ES SOLO ROCK, PERO ME ENFERMA CABEZA: Barrenando sonrisitas: el Soundgarden CREDITO: XAVIER VELASCO Ultimamente nos hemos acostumbrado a ver la television llena de sonrisas que se dicen rockeras. Entre comerciales impecablemente juveniles, personajes pulcros y radiantes nos hablan con entusiasmo de Barbies de las ondas bien prendidas que nos depara su programa, al tiempo que nos venden ricos refrescos, sabrosas papas, fervorosos aplausos y grititos efervescentes. ¨Que esperan estos fulanos de nosotros? Simple correspondencia: ellos quieren que repitamos lo que cada uno de sus gestos parecen expresar frent e a la camara: si, si, si. Nada nos cuesta, despues de todo, asentir obedientes y acto seguido gozar de la publica aceptacion que obtendremos en pago a nuestra docilidad. Sin embargo, algo en esta fiesta le permite a uno percibir cierta canija pestilencia, cual si la Lady Di tirarase fragante pedito a medio cambio de guardia. Es dificil y tortuoso tratar de aclarar ante un fuereno los motivos que puede tener un rockero para decir no frente a un carnaval frondoso de colores que promete a sus participantes cielos de merengue, nubes de algodon azucarado y, sobre todo, la satisfaccion de quien tiene un lugar fijo en el universo. Sobre todo si tal fuereno incomprensivo es uno de esos personajes de la tele que por motivos de prestigio corporativo suelen ostentar un orgulloso y reluciente analfabetismo. De algun retorcido modo cuyo sin o resulta por lo menos inmutable, el rockero vive siempre como un apestado social. Es, pues, perfectamente normal que sus amores emanen de la fuerza de sus fobias, que responda con una ereccion del dedo anular a la sonrisa imbecil del simulador y que a final de cuentas sea repelente a toda servidumbre. ¨Que es un hombre rebelde? Un hombre que dice no, escribio uno de los escritores mas tiranetas del siglo: Albert Camus. Con Camus, creo que no hay artista, ni musico, ni persona honesta que soporte vivir en este mundo sin rebeldia. Ello explica la sintomatica intolerancia de los rockeros que no pueden evitar las arcadas de vomito cuando reconocen a un obediente bajo el disfraz de un rebelde. Imposible confundir a tales agachones: todo en sus personas, comenzando por su escandalosa conformidad, senala hacia su bien pagada hipocresia. ¨Como no inconformarse a mentada limpia cuando uno de estos monos de ventrilocuo abre su hociquito para elogiar al nuevo album de la banda Soundgarden? Y dos preguntas mas: ¨Se daran cuenta cuan baratos, serviles, sinteticos y estupidos suenan sus elogios? ¨Les pasara por sus cerebritos de betun la sospecha de que se parecen al matadito de la prepa prodigando porras y aplausos a los ojetes que se orinaron en sus impecables apuntes? Jovenes nerds: la proxima vez que nos digan por l a tele o el radio que el grunge esta super, consideren que habemos quienes pensamos que sus palabritas estan pa mearlas, y que seria un deleite hacerlo al ritmo de Soundgarden. No escribo solo. Recorro el teclado al amparo de Superunknown, ruda y aspera patada en los bachocos por cortesia precisamente de Soundgarden. Y lo hago no tanto para decirles que se trata de una excelente grabacion, cosa que ustedes deben saber mejor que su amigo y humilde narrador, sino sobre todo para vacunarme contra la nausea que cotidianamente me producen estos ninos obedientes -cara de grammy orgasmeado, sonrisa de eunuco agradecido, entusiasmo barato en alquiler- y asi convertir los ascos en carcajad as. Yo hago musica, tu me enfermas, llamase la razon social al amparo de la cual se registran las canciones de Chris Cornell, el cojonudo vocalista de Soundgarden cuya testosteronitis existencial es capaz de provocar en cualquier rockero duro la dulce sensacion de una bienvenida enfermedad. Por su parte Ben Shepherd, el otro cantor de la banda, ha preferido acreditar legalmente su propiedad intelectual bajo la marca Estupideces. A diferencia de los ninos obedientes que ven en cada cancion que programan un golaz o de Romario, estos musicos se caracterizan por el burlon menosprecio por su exito. Ellos estan, como sus mas enfermizos seguidores, infectos de pasion, pero no por ello ceden a la soberbia infantil de creerse su propio mito. Esta lucha entre el servilismo y la desobediencia es la que ha mantenido vivo al rockcito, y la que permite que a estas alturas uno pueda experimentar entusiasmo frente al lacrota que confiesa haber tratado de ganar solo para terminar revolcandose con los otros cerdos entre sangre y lodo. Si, jovenes amantes del desenfreno: estas son palabras del terrorista estetico Chris Cornell, uno de esos tipos magnificos que han sabido extraer harto provecho de la desobediencia y el escepticismo, y que tampoco tienen e mpacho en confesarse tracaleros. Nuestros tracaleros, no los dociles mariquitas que nos quieren sometidos, contentos, semillones y sedentarios. Si, mis cuates, Soundgarden me enferma. Su glorioso escandalo basta para contagiarlo a uno de ese precioso instinto nomadico que comenzo a escasear cuando llego al poder el primer sacaton .