SECCION CULTURA PAGINA 32 BALAZO: CENTENARIO, ALDOUS HUXLEY CABEZA: LA UTOPIA COMO REALIDAD CREDITO:RAMON MAYRATA Debemos a Huxley una de esas imagenes estremecedoras que perturban la imaginacion de varias generaciones. La conviccion patetica de que la utopia puede hacerse realidad, le inspiro un titulo mordaz, Un mundo feliz, y una fabula en la que la capacidad de creacion del hombre teje un dogal en torno a su propio cuello. No solo supo captar la vertiente siniestra que anida en los suenos de perfeccion de la humanidad, tambien puso en evidencia como lo maravilloso, al cumplirse y realizarse, se transforma casi biol ogicamente en angustia. Como novelista, Huxley busco siempre otorgar un rostro a las ideas, que es tanto como decir un soporte biologico. Si desconfiaba de las ideas no era menos piadoso con la biologia, con la que estaban destinadas a asociarse. No dudaba en atribuir a un sistema glandular prodigiosamente adaptado al paleolitico la fabricacion de ese excedente de adrenalina que provocaba, en aquellos anos preludio de la Segunda Guerra Mundial, un exceso de energia sin otros cauces que la autodestruccion o la de los demas. Procedia de una familia de cientificos. Su abuelo, el eminente fisiologo Thomas Henry Huxley, trazo en una polemica con el poeta y critico Matthew Arnold, las directrices de lo que seria la educacion de sus descendientes. Frente a Arnold defendio una formacion primordialmente cientifica, completada por un caudal copioso de historia, sociologia, literatura inglesa y lenguas extranjeras. Se trataba de una clase de educacion poco habitual en una Inglaterra victoriana en la que las clases cultas experimentaban cierto desden, cuando no decidida aversion, ante la revolucion industrial y la revolucion cientifica sobre las que se cimentaba su prosperidad. Teoricamente no vivio esa escision entre las dos culturas la humanista y la cientifica, cuya inconsecuencia describiria brillantemente otro cientifico escritor, C. P. Snow, muchos anos despues. Pero en la practica la tension entre su formacion cientifica y su vocacion literaria marco su vida y su quehacer. Este hombre, eta de trafico. Se veia a si mismo como un ensayista que, en ocasiones, escribia novelas con la intencion de fijar las abstracciones, de encarnarlas en lo concreto, de ofrecerles el asiento de un paisaje y un acontecimiento determinados. No siempre lograba efectuar esta especie de transfusion de la mente en una experiencia precisa. A veces, en sus creaciones, persiste la impronta del laboratorio y sus personajes se convierten sin desearlo en un genero de frankenstein extremadamente brillantes, cuyas anatomi as se descoyuntan bajo el peso aplastante de una idea, con la carga de profundidad de una demostracion. Lawrence, con quien le unio una solida amistad a pesar de las diferencias de caracter, le recordo en mas de una ocasion: Ciertamente le estaba designado otro destino. Su hermano Julian fue autor de numerosos libros sobre la evolucion y su hermanastro Andrew alcanzo el premio Nobel de Medicina. El mismo se graduo en medicina en Oxford, pero una enfermedad de la vista le vedo ejercer la profesion de medico. Su cornea inflamada por la queratitis no le impidio, sin embargo, escribir con ayuda de una lupa. Sin duda, Contrapunto es la mas lograda de sus primeras novelas. Mediante la superposicion de distintas intrigas simultaneas y entrecruzadas, ensaya un procedimiento para extraer de la pulida superficie de Londres las inquietudes intelectuales de la sociedad inglesa posterior a la Primera Guerra Mundial. Gide, con cuyos Monederos falsos se emparienta Contrapunto, no podia soportar la habilidad de Huxley para cazar al vuelo lo que denominaba despreciativamente Se trata de una radiografia mental colectiva, escandalosamente distante de la novela victoriana aun en boga. La publicacion de Contrapunto le granjeo una fama de cinico, totalmente inmerecida, y la constatacion de que su ojo blanco y opaco no era suficientemente penetrante para traspasar la realidad. Habia logrado describir un estado de animo con tecnica impresionista, que si bien evidenciaba muchos de los problemas que acuciaban a la Europa de entonces, se detenia ante ellos como ante un abismo, en el que resonaban tan solo sus ironicas carcajadas. Su novela Ciego en Gaza (1936) tiene algo de premonicion de una conflagracion mundial que no tardaria en desencadenarse. A partir de esta conviccion decidio cargar sobre sus hombros con la necesidad de buscar soluciones. En El fin y los medios (1937) rechaza tajantemente cualquiera de los ideales por los que la humanidad estaba dispueta a inmolarse. Nuevamente reclama la ayuda de las ideas. Esta vez con la intencion de urdir una ordenacion racional y factible del mundo, prestando atencion a que los medios d e ponerla en praactica no la conduzcan al sangriento destino de las utopias. En definitiva formula una utopia mas, aunque tan cuidadosamente pacifica que, en parte, desactiva su dictadura sobre el presente en aras del futuro. Ambos libros coinciden con un hecho trascendental en su vida. Sus dolencias visuales se agravan y esta a punto de quedarse ciego. Casi no puede leer ni escribir. Oye hablar de un sistema de reeducacion visual ideado por el doctor Bates, cuya heterodoxia provoca el rechazo de los oftalmologos tradicionales, pero cuyos resultados son esperanzadores. Prescinde de las gafas y de la lupa y se ejercita en el arte de aprender a ver. Al cabo de unos meses dobla su capacidad de vision y, en agradecimiento a Bates, e scribe El arte de ver, una pormenorizada racionalizacion de lo que, a pesar de ello, denomina Huxley se descubre a si mismo como campo de experimentacion y descubre la literatura como medio para dar cuenta de la experiencia personal. Anos despues repetiria el envite en Las puertas de la percepcion a partir de su experiencia con la mezcalina. Pero antes se enfrentara a las dos grandes obsesiones de los novelistas del periodo de entreguerras; el ser y el tiempo. Novelista de ideas, practicamente sin personajes y sin aconteceres, abordara ambos problemas en un ensayo, La filosofia perenne, donde antologiza un gran numero de testimonios, extraidos de religiones y culturas distintas, sobre la trascendencia de los limites de la personalidad y la vivencia de lo intemporal. En su busqueda por hallar una razon de ser del hombre, por primera vez, elude el metodo cientifico, aunque no puede evitar conjeturar que, algun dia, la ciencia mordera los talones de los misticos. Hombre de razon, convive con dificultad con sus nuevas creencias. La ciencia sigue siendo el canon a traves del cual se explica incluso lo inexplicable. Y recurre a arduas piruetas parasicologicas, a confusas explicaciones espiritistas en busca de argumentos para fundamentar su amalgama de las distintas tradiciones religiosas. Su relacion con la mezcalina responde a este intento de buscar un fundamento cientifico a una conciencia que se expande mas alla de las fronteras, provisionales siempre, de la ciencia. Como Gonter Blocker senala, se trataba de una droga que .