PAG. 4 SECCION: DEPORTES CINTILLO: UN VIRUS QUE CONTAGIA CABEZA: LA PLAYERA AMARELLA SE HA TRANSFORMADO EN UNIFORME UNIVERSAL CREDITO: JC VARGAS, ENVIADO Ese virus llamado Brasil que se ha ganado el carino de aficionados de todo el mundo que desde esta tarde cantan ya la coronacion carioca, cuando todavia falta enfrentar a Italia, en un encuentro que nos recuerda el celebrado en Mexico 70, con elementos diferentes a los Pele y Riva, pero que volveran a escribir la historia de 24 anos despues. La playera amarilla se ha transformado en el uniforme universal. Lo mismo lo portan mexicanos que argentinos. Arabes y chinos. Todos quieren sentir al conjunto de Romario y Bebeto como el propio, aunque sea por unos dias. Desde temprano se supo del triunfo italiano y ya se hablaba de la final Brasil-Italia. Nadie daba un dolar por Suecia, equipo que salio al terreno de juego con el uniforme de victima y esperando ser sacrificado ante miles de espectadores que solo pedian la cabeza sueca y a Romario como verdugo. Comienza el partido y la ola gigantesca luce esplendorosa. Iluminada por banderas verde-amarillas que se mueven a ritmo de samba, mientras que uno que otro timido sueco saca un panuelo amarillo y azul, apenas perceptible para el vecino de al lado. El publico tambien sabe de estrategias. Por lo menos para comprar los boletos a la semifinal ha esperado hasta el ultimo minuto para tomar a los revendedores ahorcados y comprando incluso boletos a cincuenta dolares con precio de cien. Un carioca ha vendido dos entradas por cien dolares. Boletos que costaban 70 dolares, pero que al final no encontraban dueno. Curiosamente el estadio no se ha llenado. Solo cerca de 85 mil aficionados, en un Rose Bowl que tiene cabida para 96 mil. Al termino del encuentro, algunos aficionados se quedan en las tribunas bailando un ritmo cadencioso y al compas de silbatos, tambores y panderos. Mujeres de torneadas piernas morenas y espaldas desnudas mueven las caderas y agitan los brazos alegremente. Otros se lanzan a las calles principales de Pasadena y generan cantos contagiosos. La noche es muy joven, pero ellos no tienen tiempo de esperar el carnaval a la luz de la luna. Con el atardecer caminan con las manos levantadas y los rostros sonrientes. En cada esquina hay un silbato y dos o tres banderas. Bra-sil... Bra-sil! Todos de naciones diferentes. Blancos, negros, rubios y amarillos... Bra-sil!... Bra-sil! El trafico se hace mas lento por los boulevares. La gente toca su claxon y ruidosamente realiza desfile espontaneo por las calles. En el centro de prensa las maquinas de escribir no tienen tiempo de descansar. Los telefonos se congestionan y los faxes piden paz. Algunos reporteros brasilenos buscan comentarios de los colegas latinoamericanos. ¨Quien es tu favorito para ganar el mundial?... Bra-sil!... Bra-sil! Los refrescos de manzana sirven de champana para el festejo entre los reporteros. No recuerdan que falta un partido final y que existe todavia un equipo llamado Italia. Todos entonan la misma cancion... Bra-sil!... Bra-sil!... .