SECCION ESPECTACULOS PAGINA 31 BALAZO: AVIDEZ VISUAL CABEZA: LA MIRADA EN EL CENTRO CREDITO:CARLOS MONSIVAIS Algunos, yo entre ellos, en la revision del cine nacional en los anos sesenta, acusamos a Figueroa de hacer un arte de tarjeta postal, que inscribia a su nombre nubes y perfiles hieraticos, y que anulaba imagenes admirables ubicandolas en una metafisica nacional. Hoy, gracias a los videocasetes, se prueba lo absurdo del cargo. El pintoresquismo, que si existe, se concentra en la trama y en los dialogos abrumadores. Pero la fotografia de Figueroa no depende de una imposible "estetica nacional" sino de la avidez visual que reconoce fuerza artistica en donde solo se admitia la sucesion convencional de escenarios. Mas que ningun otro camarografo, Figueroa amplia territorios y presenta lo ocultado por el uso reverencial de la tradicion: la violencia tragica de la pobreza, el brillo hazanoso que guarda lo que siempre se ha visto sin aprecio, la belleza radical que contiene el Mexico que destruira la industrializacion, la profundidad a la que es posible llegar partiendo de un lugar comun. De Flor Silvestre a Bajo el volcan, Figueroa ha mantenido su altisimo nivel. Asi, en su obra, dada su madurez precoz, no existe "el desarrollo". En el ciclo que inicia Flor Silvestre, y que continuan Maria Candelaria, Bugambilia, Las abandonadas, La perla, Maclovia, Pueblerina, Enamorada, Rio escondido, La Malquerida, Salon Mexico, Una cita de amor, Victimas del pecado, Islas Marias, Un dia de vida, The Torch, Figueroa despliega la optica unitaria que es su mayor aportacion. Si es imposible apresar "lo mexicano", si se registra la conviccion nacionalista de modo definitivo. Y gracias a tal conviccion o a tal supersticion de la cultura, el Mexico inventado se torna, esteticamente, en el Mexico real. En las grandes secuencias de las obras maestras (Las abandonadas, La perla, Pueblerina, Enamorada, Rio Escondido, Salon Mexico, Victimas del pecado), la fotografia de don Gabriel posee vehemencia lirica, majestuosidad romantica, sabiduria epica. En Las abandonadas, Dolores del Rio desciende de la escalera, y se observa el supremo pasmo de la diosa de la revolucion. En La perla, Pedro Armendariz y Maria Elena Marqu es huyen en medio de la geografia fantastica, y los contrastes forman un solo clima implacable. En Pueblerina, la ultima pareja perfecta (Columba Dominguez y Roberto Canedo, que continuan a Dolores y Pedro, y a Maria y Pedro) se emborracha, baila El Palomo y canta Tu, solo tu, huye del pueblo en un atardecer plomizo y cuaja la desolacion como sintesis de la vida rural. En Salon Mexico, y en Victimas del pecado, la fotografia de interiores consigue paisaj es demoniacos, donde la rumba se vuelve el infierno sensorial, la provocacion, el extasis. .