GUIA: EDIT2 SECCION: Informacion General Pag. 2 CABEZA: Dignificar la vida politica en Haiti La firma de un acuerdo de diez puntos por parte del golpista militar de Haiti, Raoul Cedras, y el depuesto ex presidente Jean-Bertrand Aristide, segun el cual el primero renunciara al poder y lo devolvera al segundo, abre el camino para el retorno de la democracia a esa empobrecida nacion caribena. Aristide, electo en forma democratica a principios de 1991, opto ayer por firmar el acuerdo, aunque en un principio busco mayores garantias por parte de la Organizacion de las Naciones Unidas (ONU) de que no existirian contratiempos en la restitucion de la democracia. Ciertamente, aun quedan por aclarar algunos aspectos practicos de la transicion, reconociendo que el desprecio de los militares por la voluntad democratica de los haitianos ha sido manifiesta en muchas ocasiones. Incluso se teme que puedan surgir situaciones que impidan la entrada en vigor del acuerdo. Sin embargo, la firma del documento entre Cedras y Aristide propicia la opcion mas realista de solucion a los problemas de Haiti con la verificacion de la ONU y de la Organizacion de Estados Americanos (OEA). En Haiti, la norma durante este siglo ha sido la imposicion del terror a un pueblo desesperadamente pobre. Los intentos democraticos por civilizar la vida nacional no han logrado consolidarse ante la pervivencia de la cultura del terror en las fuerzas armadas y otros grupos de poder. Hay, no obstante, una esperanza real de cambio en esta ocasion, porque los militares se han plegado a la amenaza de la ONU y de la OEA de intensificar el embargo comercial al pais, si no se restaura la democracia. La coyuntura actual, en que la ONU y la OEA han formulado un plan de accion comun, ofrece una oportunidad unica para que estas organizaciones ayuden a los haitianos a dignificar e institucionalizar su vida politica. Bajo circunstancias normales, esta tarea corresponderia solo al pueblo haitiano, sin la intervencion de organizaciones externas, pero la situacion de caos, terror e inviabilidad economica en Haiti, indica que no se trata de un caso normal. Los haitianos requieren asesoria y la ayuda solidaria de la comunidad internacional, si su pais va a tener un futuro promisorio. La ONU y la OEA pueden hacer una contribucion muy positiva a ese futuro, si logran implementar el acuerdo al pie de la letra y con espiritu de justicia, democracia e imparcialidad. Entre otras cosas, el plan propone la busqueda de consensos entre los partidos politicos haitianos, auspiciada por la ONU, para acordar los procedimientos y leyes en el restablecimiento de un gobierno constitucional. Tambien incluye una propuesta de ayuda del organismo mundial para modernizar y capacitar al ejercito y a una nueva fuerza policiaca. Estas son, tal vez, las dos maximas prioridades para la dignificacion de la vida politica e institucional en Haiti, junto con el restablecimiento de la legalidad y de la democracia. Las instituciones democraticas de nuestro hemisferio han encarado duras pruebas no solo en Haiti, sino tambien en Peru, Venezuela, Guatemala y varios otros paises, pero han salido fortalecidas de todas ellas. Las perspectivas de una solucion en Haiti -el caso mas dificil de todos- confirman una vez mas la creciente consolidacion de la democracia a nivel continental en Haiti -el caso mas dificil de todos- confirman una vez mas la creciente consolidacion de la democracia .