SECCION CULTURA PAGINA 34 CABEZA: Julio Scherer: la moral como estetica CREDITO: LORENZO LEON* Julio Scherer cifra un modelo de vida (calido y comprometido), una conducta profesional (cabal e imperturbable), un estilo de escritura (sobria, pero floral). Scherer significa tambien un ejemplo de civilidad y un tipo de artista (inspiro a Vicente Lenero Los periodistas y a Hector Aguilar Camin La Guerra de Galio), un perfil superior de periodista (con otros, uno o dos mas, como el, seguramente otro gallo nos cantara en la contemporaneidad tan azuzada por el interes, la usura, la autoconve niencia). Por eso al recordar en Estos anos (Oceano, 1995) las palabras de Lenin "hacer de la moral una estetica", Julio Scherer nombra la calidad de su experiencia. Desde Los presidentes (Grijalbo, 1985 primera edicion. Actualmente va en la 19) los libros de Scherer efectuan una operacion fundamental para la civilidad: develan la naturaleza secreta del poder y expanden la informacion. Su libro ahora es su veredicto sobre un regimen: el salinismo. Esta la sangre como substancia, una historia finalmente que es un acertijo, como una tarjeta con un nombre que se tiene que quemar de inmediato. Este silencio nos invade y envuelve con su aliento sepulcral. (Reunion Scherer-Castillo Peraza sobre el asesinato de Colosio). Es el libro de Scherer una composicion con multiples caminos, una esfera reflejante o con hebras de reflejos, que son imagenes atisbadas por una se6nsibilidad majestuosa de resonancias trumancapotescas: Hay un Zorrilla cuidando un rosal en el penal, como en las peliculas, o una Quina hablando con la television a todo volumen para evitar ser grabado. Esta un Ruiz Massieu a "punto de ser bueno" y un Colosio Murrieta caminando hacia el matadero en un drama familiar y social que sella nuestro tiempo con su huel la apezunada. El libro es consigna de vida publica y, tambien la realizacion plena de una poetica. Se trata de construir un lente de gran precision cientifica y pronunciar los hallazgos con lo mejor del nutrimiento literario clasico. Borges (a quien siempre ha rendido homenaje Scherer) tiene aqui un fruto de su leccion aunque se trate de experiencias sin friccion, el mismo autor carne de la narracion, habitat devastado por afrentas, "no permita que la derrota lo derrote", recuerda Scherer las palabras afectuosas de Alvar o Quijano, director de Marcha, vida digna como solitaria luz ante el poder militar uruguayo, que lo denigro, lo encerro, lo torturo, lo expulso, sin hacerlo perder nunca su fuerza intima y esencial. Sus enemigos son los enemigos de un sentido civico progresista, sin ataduras al interes individualista, al conformismo protagonico. Con Scherer podemos ver lo que es una tecnica democratica no asociada a tendencias organizativas, sino un flujo (la informacion veraz, profesionalmente investigada, criticamente asumida) que permea la estructura social para su desarrollo sano, democratico, civilizatorio. Scherer dispara por ello contra el secreto, y al develarlo se muestra a si mismo, en el descarno (la escena de su esposa agonica) en su rencor (contra Diaz Redondo) en la necesidad profesoral, tambien, de exponer la naturaleza de sus contrarios (Zabludowzky, "modelo de todo lo que desprecio"). En la espina de su voluntad esta la conviccion por la verdad y esta voz interna lo ha disciplinado como la fe a los misticos y su expresion literaria, de la mano de su trabajo periodistico nos hace ver la aventura scheresca como una de las mas arrojadas de la creacion intelectual mexicana de las ultimas tres decadas, arrojo cuyos dias uno (Borges) escogeria para llevarse a la tumba. El tiraje inicial del libro (20 mil ejemplares) seguramente se multiplicara varias veces, como una luz que nos ensena como estan las cosas en nuestro pais, como, escalofriantemente, estan las cosas. *Escritor, Premio Nacional de Cuento San Luis Potosi 1985, con su libro Hijos de las cosas. .